«No me quedaré. Ya he estado fuera siete días y estoy perseguido por las llamadas telefónicas», dijo Lula, quien alegó sus deberes como presidente para no quedarse a la clausura del Mundial, del que la selección de su país fue eliminada en los octavos de final.
Entre las obligaciones a las que aludió están las labores de asistencia a los afectados por las inundaciones en el noreste de Brasil.
Zuma, con quien Lula presidió la firma de un acuerdo de asociación estratégica en el Palacio de Gobierno de Pretoria, lamentó que el presidente brasileño no se quede a la final del Mundial: «He invitado a mi hermano (Lula), pero me ha explicado que le reclaman sus obligaciones y no he insistido para persuadirle», indicó.
Lula ya adelantó ayer en Zambia, donde estuvo de visita antes de llegar a Sudáfrica, que, una vez cumplidas sus obligaciones, intentaría regresar a Brasilia «el viernes o el sábado», y no el próximo lunes, como estaba anunciado.
Decepcionado con la eliminación de la selección de su país en el actual Mundial, según han destacado los medios de su país, Lula no desea asistir a la final entre España y Holanda, como estaba previsto en su programa de viaje.
Ayer, el gobernante brasileño presentó en Johannesburgo el emblema del Mundial de Fútbol Brasil 2014 y hoy tiene previsto estar también en el acto de presentación de la campaña turística de su país para dentro de cuatro años.
Lula inició el viernes de la semana pasada la última gira por África de su Presidencia, en la que ha visitado Cabo Verde, Guinea Ecuatorial, Kenia, Tanzania, Zambia y Sudáfrica, con lo que es el gobernante brasileño que más países africanos ha recorrido en su mandato: 27 de los 53 del continente.
