Brasil – A falta de dos meses para la cumbre del clima de la ONU (COP30), los pueblos indígenas de la Amazonía exigen ser escuchados en las negociaciones. La petición llega en un momento en el que varios proyectos legislativos en Brasil amenazan sus territorios, ya asediados por las invasiones, la minería ilegal, los madereros y el narcotráfico.
«La selva solo existe gracias a los pueblos indígenas», afirmó la lideresa del pueblo desana, Janete Alves, desde São Gabriel de Cachoeira, en la triple frontera con Colombia y Venezuela.
Según explicó en una entrevista telefónica a EFE, las comunidades amazónicas se están organizando a nivel regional, nacional e internacional para llegar con una posición unificada a la COP30, que se celebrará en noviembre próximo en la ciudad brasileña de Belém (norte).

Tras enfrentar el año pasado la peor sequía y temporada de incendios desde 2010 y sentir una creciente presión sobre sus tierras, relacionadas con intereses económicos, los pueblos originarios reiteran la importancia de su papel para mantener en pie los bosques.
«Estamos articulando con otros pueblos de Brasil y de la Amazonía, porque no va a ser fácil. Queremos mostrar que estamos siendo asediados y que defender la selva es defender la vida», señaló Alves.
Las organizaciones indígenas advierten que su participación no puede ser meramente simbólica. Aunque no tienen derecho a voto en las discusiones, exigen que sus propuestas sean consideradas en las decisiones globales sobre el clima.
La eterna lucha de los «guardianes de la selva»
Datos de la plataforma MapBiomas señalan que, entre 1985 y 2023, apenas el 1,2 % de la vegetación nativa en territorios indígenas fue destruida, frente al 19,9 % registrado en áreas privadas.
Pese a los esfuerzos, los pueblos originarios enfrentan la amenaza constante de mineros ilegales, madereros y narcotraficantes que avanzan sobre sus territorios, muchas veces sin que el Estado logre frenarlos.
A eso se suman las disputas por tierras con grandes hacendados, debido a la falta de regularización de un buen porcentaje de tierras indígenas.

Según datos oficiales, existen 632 territorios indígenas en Brasil. De ese total, 464 están homologados y regularizados, pero 158 se encuentran apenas en proceso de estudio, una etapa que puede extenderse hasta por 40 años, según estudios de la ONG Instituto Socioambiental (ISA).
En el Legislativo, la presión aumenta con proyectos de ley que buscan abrir las tierras indígenas a la minería, al gas, y a permitir la construcción de obras de infraestructura «de interés nacional», entre ellas centrales hidroeléctricas.
Alves recordó que ya existen ejemplos devastadores, como el del pueblo yanomami, en cuyo territorio el mercurio de la minería ilegal envenenó ríos y suelos, generando enfermedades, hambre y muerte, una problemática que aún persiste pese a los esfuerzos del Gobierno por expulsar a los mineros.
La lideresa insistió en que falta apoyo del Ejecutivo para la defensa de sus territorios, pues en la región de Río Negro solo reciben recursos de ONG internacionales, que son utilizados en proyectos.
«Pero esta es una región grande, que necesita de cuidado, de presencia. No está siendo fácil», advirtió.
La base del futuro
La labor de los pueblos originarios en la conservación de la Amazonía es reconocida por organizaciones que trabajan por la conservación del bioma.
La directora adjunta de Imaflora, Patricia Machado, atribuye ese resultado al modo de vida tradicional de esas comunidades.
«Ellos ven la selva como algo que debe estar allí para las próximas generaciones», explicó a EFE.
No obstante, subrayó que falta un reconocimiento más amplio de los servicios ambientales que los indígenas prestan en la Amazonía, ya que «su trabajo impacta a todos» y no solo a quienes viven en la selva.
Entre los programas que coordina Imaflora está Origens Brasil, una red que promueve «relaciones comerciales éticas» entre empresas y comunidades indígenas en la Amazonía, y que en 2024 movilizó más de 8,6 millones de reales (1,6 millones de dólares) en transacciones de productos como nueces de Brasil, caucho, cumarú y artesanías.
Actualmente hay 4.800 productores registrados en la red, que representan a 88 organizaciones y que se relacionan con 41 empresas.
La gestión sostenible de bosques y la cooperación con comunidades locales será uno de los temas centrales del III Foro Latinoamericano de Economía Verde, organizado por la Agencia EFE en São Paulo el próximo 4 de septiembre.
El encuentro reunirá a autoridades y expertos para debatir sobre la crisis climática y cuenta con el patrocinio de ApexBrasil, Norte Energía y Lots Group, así como el apoyo de IBMEC, el Observatorio del Clima e Imaflora. EFE