Tegucigalpa – Cuando un hondureño con compromiso familiar toma la decisión de emprender un viaje hacia Estados Unidos, generalmente es para buscar solucionar sus problemas económicos, pero cuando lo hace un niño, la historia es diferente.
– Los niños emigran por violencia de pandillas e intrafamiliar pero gran parte va para reunificarse con sus padres.
-Mil 726 niños fueron retornados en lo que va de 2017, según datos oficiales.
En Honduras en los últimos años miles de menores de edad han emprendido su viaje hacia Estados Unidos y no lo hacen por una obligación, sino porque necesitan reunificarse con sus padres que se adelantaron en el viaje y otros porque están amenazados por pandillas y sufren por la violencia.
La regla tradicional indica que los hombres viajan primero, les siguen sus mujeres y, ya pasado el tiempo, cuando logran superar sus crisis de inserción, mandan a buscar a sus hijos quienes también emprenden la ruta sin documentos, apoyados en “coyotes” (traficantes).
Según la coordinadora de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica, Sor Lidia Mara Silva de Souza, una de las principales causas de la migración de los niños es la violencia, no solo del crimen organizado, pandillas o reclutamiento forzado, sino de la violencia familiar.
Mientras las autoridades han dado vida a iniciativas para que el retorno de los niños en un ambiente no traumático, los defensores humanitarios dicen que hace falta mucho por hacer en el tema que por años no recibió atención alguna. “Por más que se ha detectado el problema, no existe un programa de reinserción o de integración en el país. Nos vemos cada vez más vulnerables en el tema migratorio. Hay quienes viajan por la falta de oportunidad, estudio, salud, trabajo, incluso hay unos que no conviven con la familia porque había violencia”, dijo Mara Souza.Leer nota completa.
