Más de 1.800 controladores de 49 centros, el 98 por ciento de ellos, decidieron en asamblea acudir a la huelga para denunciar la situación en que han entrado las negociaciones para la firma de un nuevo convenio colectivo con AENA, la empresa estatal encargada de la gestión de los aeropuertos españoles.
La Junta Directiva de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA, el sindicato principal del colectivo) se reunirá mañana miércoles para fijar las fechas de la huelga y decidir si se realizará en una sola jornada o se extenderá a tres días.
Antes de conocerse el resultado de la votación, tanto el sector turístico como las compañías aéreas, expresaron su preocupación por una posible convocatoria de huelga.
La Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA) vaticinó que el anuncio de paro generará un gran número de cancelaciones y desvíos de turistas hacia otros destinos del Mediterráneo, mientras que la aerolínea española Iberia coincidió en apuntar que supondrá una pérdida de clientes.
El presidente de AECA, Felipe Navío, señaló que una huelga de controladores aéreos sería «fatídica» para el sector turístico y la economía española.
Uno de los desencadenantes de esta protesta sindical ha sido la nueva ley que regula la actividad de los controladores aéreos y los servicios de navegación aeroportuaria, aprobada en abril.
También influyeron en la decisión de ir a la huelga dos decretos aprobados recientemente por el Gobierno.
Uno de ellos, aprobado hace dos semanas, liberalizó el servicio de los controladores aéreos en los aeropuertos españoles, abriéndolo a la empresa privada, mientras que el segundo, aprobado el viernes pasado, regula las jornadas de trabajo y el descanso.
Los controladores también están muy molestos por las acusaciones lanzadas desde el propio Ejecutivo sobre la presunta realización de huelgas encubiertas en las últimas semanas, y en las que el Ministerio de Fomento llegó a pedir la intervención de la Fiscalía del Estado para investigar el elevado y repentino número de bajas médicas del colectivo.
El secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Ramón Estalella, se declaró hoy «indignado» ante la posibilidad de que se paralice el tráfico aéreo, porque «podría provocar un caos, sobre todo si se hace como hasta ahora, de forma encubierta, sin los servicios mínimos exigibles e impidiendo que los aviones puedan circular».
Estalella adelantó que exigirá al Gobierno «firmeza y soluciones valientes» para que el colectivo no paralice el país y propuso que sean sustituidos por controladores de otros países o por militares.
El Gobierno español ya anunció hace unas semanas que había puesto en marcha un programa de formación de controladores aéreos militares para eventuales sustituciones y garantizar el servicio.
El ministro de Fomento, José Blanco, dijo hoy, antes de conocerse la votación a favor de la huelga, que los controladores aéreos militares podrían estar habilitados «muy pronto», aunque aclaró que no deseaba tener que optar por esta vía.
