Las víctimas de la masacre ocurrida en Cadereyta el 13 de mayo de 2012, llegaron por la vía aérea a la sede de la Base Aérea Hernán Acosta Mejía.
El arribo se logró gracias a la colaboración del Gobierno de México y de las gestiones por parte de representantes de la Dirección de Asuntos Consulares y Política Migratoria, en coordinación con la Embajada de Honduras en México y el Consulado de Honduras en San Luis Potosí.
En el recibimiento estuvieron presentes familiares de los connacionales; Roberto Herrera Cáceres, Comisionado de Derechos Humanos; el Embajador de México en Honduras, Víctor Hugo Morales; y la vicecanciller, Diana Valladares.
Los cuerpos repatriados fueron reconocidos como: Fabricio Anabel Suazo, Javier Edgardo Tejeda, Ramón Antonio Torres, Mauricio Francisco Suazo, originarios de La Paz; así como Elmer Said Barahona y Heber Josué González de Comayagua, José Enrique Velásquez de La Villa de San Antonio, y Leonel Dagoberto Rivera de San Esteban, Olancho.
Además de Óscar Orlando López, Carlos Luis Rivera Valladares y Eva Nohemí Hernández, quienes están pendientes de notificación de los resultados de exámenes de ADN.
A principios de este año y a solicitud de autoridades del Gobierno de México, se realizó un doble cotejo de pruebas de ADN, a fin de que las mismas sean totalmente fidedignas y no haya errores en la identificación plena de los cuerpos de los hondureños, los cuales fueron exhumados y trasladados al Distrito Federal.