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Líder guatemalteco defiende equilibrio entre medio ambiente y economía

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México – La idea de «mantener un equilibrio entre la conservación de los recursos naturales y el desarrollo socioeconómico de las comunidades» es la que ha hecho que el líder guatemalteco Marcedonio Cortave haya sido reconocido con el premio Elinor Ostrom, galardón que recibirá la próxima semana en Canadá.

Con su tarea como fundador y director de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (Acofop), Cortave lleva años ayudando a poner en práctica un modelo focalizado en el cuidado al medio ambiente sin renunciar a las actividades productivas en la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), situada al norte de Guatemala.

La Acofop ha desarrollado -en las áreas de la reserva en las que está permitido el uso racional de recursos- un modelo en el que «está comprobado que no puedes mantener un bosque si no está proporcionando bienestar a una población» y donde este último «además de ser un valor natural, se ha convertido en un valor económico», aseguró Cortave en una entrevista con Efe.

Cuando la reserva, de 2,1 millones de hectáreas, fue declarada área protegida en 1990, las comunidades de la zona se agruparon en la asociación en defensa de sus intereses y para afrontar un cambio en el aprovechamiento de los recursos, que ya se venía haciendo desde hace años de manera tradicional.

Desde entonces, en las comunidades se han ido implementando planes de manejo forestal para el aprovechamiento de la madera, que comprenden entre 30 y 40 años.

Con estos planes, los bosques se dividen en diferentes zonas (30 o 40, dependiendo de su potencial), y cada año se trabaja únicamente en una de ellas, lo que disminuye la deforestación y garantiza la sostenibilidad, explica el activista.

Este aprovechamiento de la madera, de «muy bajo impacto», se complementa con otras actividades productivas como la palma de xate, en cuyo proceso de trabajo se han eliminado los intermediarios, lo que ha promovido que la selección de la planta ya no se haga por volumen, sino por calidad.

También se dedican a aprovechar recursos como la pimienta o la nuez de ramón, indica Cortave, quien esta semana realizó una visita a la capital mexicana antes de viajar a Alberta.

Será en esta ciudad Canadiense donde el próximo 29 de mayo reciba el premio Elinor Ostrom de la Gobernanza Colectiva de los Bienes Comunes del 2015, en la categoría de «practicantes».

Hoy en día, asegura el activista, la parte del bosque que está en manos de las comunidades «está mucho mejor conservada» que los parques protegidos en los que no hay posibilidad de realizar aprovechamiento, debido a que el Gobierno no cuenta con los recursos necesarios para garantizar su cuidado.

«Quizá en otros países como Estados Unidos o en Europa, puede que tengan de alguna manera modelos de bosques intocables, pero en los países en vía de desarrollo como es el caso de Guatemala no nos podemos dar ese lujo», ya que es un país que cuenta con «pocas oportunidades» y tiene temas pendientes como la desnutrición infantil.

Cortave apunta que muchas veces es difícil que los discursos que se pronuncian en eventos como las grandes cumbres medioambientales lleguen al terreno de la práctica, donde las comunidades están trabajando: «Hace falta mucha más conciencia, aterrizar más en los modelos que existen, que están a la vista».

Una de las grandes preocupaciones de Acofop está relacionada con las concesiones comunitarias en sus áreas de manejo, que el Gobierno distribuyó hace casi dos décadas pero que ya se encuentran cerca de expirar, porque solo tenían vigencia durante 25 años.

Dentro de siete años, afirma Cortave, se termina el primer contrato relacionado con estas concesiones y «la pregunta es cómo va a ser la continuidad y la voluntad política del Gobierno de turno».

A la espera de ver los resultados de las próximas elecciones presidenciales en Guatemala, previstas para septiembre, sus esfuerzos se centran manifestar la necesidad de renovar los permisos y tratar de que se amplíen sus derechos en esos lugares.

Aún así, son conscientes de que la reserva es un área «con muchos intereses».

Hay estudios que demuestran la potencialidad de ciertas zonas con concesión comunitaria para actividades petroleras; avanzan los cultivos de palma africana y la ganadería extensiva y la reserva incluso es un foco para la narcoactividad, por su posición estratégica en el norte de Centroamérica.

A pesar de los reconocimientos internacionales y la exportación del modelo en otros países, Cortave lamenta que el Gobierno guatemalteco no haya reconocido la eficacia del sistema promovido por Acofop: «A veces sentimos tener más reconocimiento externo que en el mismo país», opina el activista. EFE

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