Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – El partido en el poder, Libertad y Refundación (Libre), ofrece a partir de ahora tres nuevas vacantes de empleo en las secretarías de Relaciones Exteriores (Cancillería), Defensa y Derechos Humanos, en vista que los titulares de esos tres importantes ramos del engranaje gubernamental, han sido electos para cargos de elección popular en los comicios primarios del 9 de marzo, últimos que estuvieron tapizados por las llamadas maletas electorales móviles que se pasearon por horas en los principales centros de carga electoral: el municipio del Distrito Central, donde se encuentra la capital, y la norteña ciudad de San Pedro Sula, sin que haya una explicación contundente de lo sucedido.
En estos comicios, Libre eligió su candidata presidencial en la actual titular del Ministerio de Defensa, Rixi Ramona Moncada, y como sus designados presidenciales al canciller Eduardo Enrique Reina y la ministra de Derechos Humanos, Angélica Álvarez. Le acompañan en esa fórmula el sociólogo Armando Orellana.
La ley indica que estos tres funcionarios deben renunciar a sus cargos seis meses antes de las elecciones generales del próximo 30 de noviembre, no obstante, dado los acontecimientos del 9 de marzo donde muchos votantes esperaron hasta 15 horas para ejercer el sufragio en Tegucigalpa y San Pedro Sula, bajo la custodia de las Fuerzas Armadas, la presión porque renuncie la ahora virtual candidata de Libre, Rixi Moncada, se acentúa dado el conflicto de interés que representa y por el entuerto en que se encuentran los militares que no han podido ofrecer respuestas contundentes del por qué autorizaron la salida de maletas electorales sin custodios en buses rapiditos para que se pasearan por la capital.
El 9 de marzo cuando los comicios internos y primarios de las tres principales fuerzas políticas del país estaban listos y no se esperaban mayores incidentes, los dos principales centros que concentran la mayor carga electoral y deciden una elección, el Distrito Central (Tegucigalpa y Comayagüela) junto a San Pedro Sula, en la zona norte, empezaron a reportar las primeras incidencias: los centros de votación estaban cerrados, unos abrieron tarde, otros tenían material incompleto, pero en el peor de los casos, las maletas electorales no habían llegado y estaban desaparecidas, nadie daba respuesta.
Ello llevó a los votantes a esperar entre tres y 15 horas para abrir sus centros de votación, a tal punto que, en su más reciente comunicado, la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica llamó a esos votantes como “los héroes del 9 de marzo”, al señalar que se han convertido en un ejemplo mundial de un pueblo dispuesto a defender sus derechos constitucionales de manera pacífica, perseverante e inteligente: merecen respeto y agradecimiento, y no agravios como los del pasado domingo electoral, sentenciaron los obispos.

Una candidata golpeada a quien piden renuncia
Esos hechos han golpeado directamente al partido Libertad y Refundación que busca retener el poder por cuatro años más a partir del 27 de enero de 2026. La ministra de Defensa, Rixi Moncada, era la precandidata del oficialismo y enfrentaba una dualidad ética por el doble sombrero que porta: titular de Defensa y al mismo tiempo aspirante presidencial, poniendo de esta forma en una encrucijada a la institución castrense que por mandato constitucional es la responsable de la custodia de las urnas y de garantizar elecciones libres y alternabilidad en el poder.
Por primera vez las Fuerzas Armadas desde el retorno a la democracia hace más de cuatro décadas se ven implicadas en una situación tan compleja al tener que obedecer a una aspirante presidencial que utilizó incluso como propaganda en sus redes sociales las actividades propias de su cargo que ejercía con los militares, cuya cúpula incluso dio el salto a la politización partidaria al arengar en público y en los cuarteles en contra de la oligarquía, los medios de comunicación y las políticas foráneas que “lesionaban” la soberanía. La ministra de Defensa abrió así una línea política partidaria en el instituto armado al grado de comprometer su autonomía como garantes de la alternabilidad democrática.
Moncada siempre negó que tuviera dilemas éticos al respecto, pero lo acontecido el 9 de marzo la pusieron en otra posición, porque si bien las Fuerzas Armadas un mes antes de los comicios primarios se pusieron a la disposición de las autoridades electorales por mandato de ley, en la práctica, la cooperación no fue tan efectiva, y los hombres de verde olivo no pudieron responder a la altura de los acontecimientos ante lo sucedido el día de las elecciones primarias.
A medida que salen cabos sueltos de lo acontecido se les adjudica que ellos dieron la orden para que salieran de las bodegas donde se encontraban las maletas electorales una serie de buses rapiditos contratados a última hora—a espaldas de las autoridades electorales- con el material que anduvo paseando por la capital sin un rumbo definido. Ese material salió sin custodios militares y custodios civiles electorales, en su gran mayoría. Hubo complicidad interna en el Consejo Nacional Electoral (CNE). El responsable del transporte fue despedido, pero la madeja no termina de aclararse. El Ministerio Público ha iniciado una investigación que asegura tendrá culpables.
Los consejeros del CNE tuvieron que echar mano de sus carros particulares y de algunos empleados voluntarios para perseguir los buses rapiditos y recuperar las urnas para llevarlas a los centros de votación y lograr así que la gente ejerciera el sufragio. En algunos centros de votación el derecho al sufragio duró hasta en horas de la madrugada del 10 de marzo, tras una resolución del CNE de ampliar los horarios de votación en aquellos centros que iniciaron tarde. Y la gente esperó, aguantó y votó, salvó el proceso, coinciden los analistas.

La diplomacia y los derechos humanos, también libres
Pero los cuestionamientos se han centrado en las Fuerzas Armadas, la ministra de Defensa—ahora virtual candidata presidencial por el oficialismo—y los consejeros del CNE. En el caso de los militares, éstos no han podido sacudirse las responsabilidades, el día de los comicios el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Roosevelt Hernández se dedicó a visitar zonas en helicóptero como proselitismo electoral y tuvieron que llamarlo del CNE para que regresara y empezara a atender y responder a la emergencia presentada pues los militares no estaban dando la cara a nivel del alto mando.
Y sectores políticos y de sociedad civil han levantado la voz para exigir la renuncia de la ministra de Defensa, Rixi Moncada, antes del tiempo que prevé la ley en vista de la gravedad de las incidencias bajo unas fuerzas castrenses que ella controla. No puede seguir con los dos sombreros, aseguran. Se abre así esa vacante en Libertad y Refundación, donde la virtual candidata presidencial a partir del 10 de marzo cobra mayor protagonismo y vigencia a lo interno del gobierno de la presidenta Xiomara Castro pues se ha iniciado un reacomodo de las fuerzas de poder y control en torno a la presidenciable.
Otro cargo que entrará en la vacancia es la del canciller de la República, Eduardo Enrique Reina, pues pasa a ser uno de los designados dentro de la fórmula presidencial, aunque trascienden nombres de posibles sucesores, entre ellos el vicecanciller, Gerardo Torres, por ser de la confianza de la familia presidencial, la decisión aún no ha sido tomada dada la nueva coyuntura política que se produce con la asunción del presidente Donald Trump en Estados Unidos.
El gobierno de Castro intenta recomponer su relación con Washington y la retórica de Torres no parece abonarle dada su emotividad y constantes agravios a Estados Unidos y a sus representantes en el país. Pero será la familia presidencial y la candidata oficialista Rixi Moncada quiénes escogerán al rector de la diplomacia hondureña en tiempos de convulsión mundial.
El canciller Reina deberá en el tiempo que le resta, alternar su actividad diplomática con el proselitismo político y en el caso de la crisis suscitada el domingo 9 de marzo, su papel diplomático y de militante de Libre se ha centrado en defender a capa y espada a las Fuerzas Armadas y echar la responsabilidad de lo acontecido al bipartidismo político representado en los partidos Nacional y Liberal, en la oposición. Dice que hay una “conspiración” para desestabilizar a los militares.
La otra vacante que se abre en el gobierno de Libre es la de la Secretaría de Derechos Humanos, cuya titular Angélica Álvarez, acompaña también en la fórmula presidencial como designada a la candidata Rixi Moncada. Álvarez se ha caracterizado por ser una activista que terminó de politizar y anular el rol de la Secretaría de Derechos Humanos, no ha podido rescatar el Mecanismo de Protección, y en los sucesos del 9 de marzo, el papel de esa dependencia brilló por su ausencia. Sus intervenciones en las redes sociales fueron para indicar que “intereses oscuros” buscaban violentar la democracia, y que los problemas técnicos presentados son imputables “a proveedores y al CNE que deben ser investigados para librar responsabilidades”, tras alabar el “heroico papel” del representante de Libre en el CNE, el consejero Marlon Ochoa.
La Secretaría de Derechos Humanos, hasta ahora, no ha emitido un reporte de valoración de lo sucedido en cuanto limitar a los hondureños el derecho humano de ejercicio al sufragio, como un principio fundamental estipulado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la cual el Estado de Honduras es suscriptor.
Otros funcionarios públicos que ejercen cargos intermedios y que se postularon para cargos de elección popular a nivel electivo de diputados también deberán renunciar en mayo próximo, y ello obligará al gobierno a inyectar nueva sangre a su gabinete de gobierno, donde el control del mismo pasará a manos de la candidata presidencial Rixi Moncada, mientras la presidenta Castro se apresta a intensificar sus giras inaugurando obras sociales que permitan a Moncada obtener una holgada ventaja contra sus contendores en cuanto a proyección social e inversión pública en el gobierno de la refundación y el socialismo democrático que pregona Libre. De momento, tres vacantes se encuentran libres y hay tres nuevas oportunidades de empleo. (PD).