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Latinoamérica entrega cheque en blanco al Chavismo de Maduro y se hace de la vista gorda con la represión

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Tegucigalpa/Caracas – Mientras las protestas no cesan y los muertos se incrementan, la crisis de Venezuela sigue en creciendo y la misma ha servido para que los bulliciosos y belicosos gobiernos izquierdistas y las organizaciones no gubernamentales latinoamericanas se llamen a un silencio absoluto, sentando un nefasto precedente para futuras crisis políticas.
 

OEA y Unasur han desaparecido, mientras aumentan el número de muertos por las protestas en el país del sur del continente.

El “chavismo” venezolano, otrora amo absoluto de la movilización popular en tiempos de su fundador y guía supremo Hugo Chávez, perdió en primer lugar la calle, la cual ha sido tomada por sus opositores.

La oposición proclama orgullosamente que tiene el control de las movilizaciones, mientras el gobierno y sus aliados han ido perdiendo la capacidad de convocar a la gente, aunque si tienen a su disposición los temibles “colectivos” motorizados que se convirtieron en las fuerzas de choque paramilitares.
En la víspera del segundo mes de protestas, las mismas comenzaron el 4 de febrero en las universidades de San Cristóbal en Táchira, y luego se propagaron por el resto de las ciudades hasta llegar a la capital Caracas.

En estos casi dos meses de protestas, las muertes se acercan a los 40, centenares de heridos y las diarias represiones de parte de las fuerzas policiales y la Guardia Nacional Bolivariana no han podido hacer romper el silencio cómplice de los gobiernos de Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina e incluso Uruguay, por citar sólo los principales exponentes de la izquierda sudamericana.

Mientras la situación no es la misma cuando ocurre en otros gobiernos, donde rápido salen a condenar las violaciones a las personas y las represiones.

Igualmente es desconcertante la actuación de los organismos defensores de los derechos humanos, que al igual que los gobiernos referidos no se han pronunciado y las denuncias han sido escasas.

Únicamente los gobiernos de Panamá y Colombia han hecho críticas a la represión, aunque con mayor énfasis el panameño, pero como siempre ha tenido la feroz respuesta del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien al igual que Chávez descalifica con vocabulario soez a sus detractores, además de etiquetarlo con la figura de “mandadero del imperio” en referencia a Estados Unidos.

OEA y Unasur desaparecidos

Mientras los gobiernos se han llamado al silencio, los entes internacionales Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) virtualmente han desaparecido de la escena regional y se han alineado tras Maduro y el “chavismo”.

Ha sido tal la negligencia de la OEA, que su responsable José Miguel Insulza, incluso se jacta de señalar a la prensa que culpan al organismo de todo lo que pasa en Venezuela.

Mientras Unasur, que corrió a criticar a Honduras tras la crisis política de 2009 y luego suspender a Paraguay cuando fue destituido por el Congreso el entonces presidente Fernando Lugo, ha enviado delegaciones a Caracas, pero de hecho sólo a conocer la versión del “chavismo” y de Maduro.

Hasta el momento no ha hecho un solo llamado de atención a Maduro y ni decir una crítica al gobierno venezolano.

De hecho cuando la misión de cancilleres de Unasur se encontraba en Venezuela la represión no se detuvo e incluso hubo destituciones y encarcelamientos de alcaldes, sin que hubiera un intento de mediar.

Durante su estadía en Caracas, la misión de cancilleres de Unasur no fue a visitar al encarcelado dirigente opositor Leopoldo López.

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