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Latinoamérica debe apostar por la adaptación frente al cambio climático

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México – A pesar de que Latinoamérica emite únicamente el 9 % de las emisiones globales de carbono, la región está «altamente impactada» por el cambio climático, por lo que debe volcar sus esfuerzos en las estrategias de adaptación, aseguraron hoy expertos en un seminario celebrado hoy en la capital mexicana.

Los procesos de adaptación llevarían a incorporar las vulnerabilidades a las que se exponen los diferente sectores con motivo del cambio climático, algo que no está exento de «altos costos», indica a Efe Verónica González, de la Oficina de Evaluación y Supervisión (OVE) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El incorporar estas estrategias, que se mueven en el largo plazo, significaría realizar cambios como la manera de construir las carreteras -teniendo en cuenta posibles inundaciones- o de planificar los cultivos, dijo González, una de las ponentes en el seminario internacional «Cambio climático y desarrollo en América Latina».

Los efectos negativos del cambio climático en la región se traducen en situaciones como el hecho de que ya no se pueda plantar café en ciertas zonas en las que ha subido la temperatura o que, en la zona andina, la desaparición de los glaciares haga que escasee el agua para riego.

José Luis Sánchez Salas, participante en el evento por parte de la Secretaría de Agricultura, reiteró la necesidad de emprender proyectos de adaptación que puedan hacer frente a «las sequías prolongadas y los huracanes».

Entre las medidas promovidas por la secretaría, especificó la promoción del uso de semillas criollas adaptadas a las regiones, que permitan «resistir a las necesidades de uso de agua en periodos críticos».

Aunque la región «tiene algunos centros de innovación tecnológica que están muy avanzados», admitió González, hay actores que son especialmente «vulnerables» en el panorama actual, los pequeños productores, quienes en ocasiones no ven posible cambiar sus cultivos por tener poco acceso al financiamiento.

«Valorar a los pequeños productores es un tema todavía pendiente en nuestra región», dijo Fernando Soto, de FAO México, quien recordó que a nivel nacional «el 80 % de los bosques pertenece a ejidos y comunidades», una situación que se repite de forma similar en «casi la totalidad» de los países de América Latina.

Por ello, reivindicó la necesidad de poner a estos trabajadores en «el centro de una política pública diferenciada» para ayudar a la sostenibilidad frente al cambio climático.

El sistema de producción agrícola y alimentario se enfrenta también, a nivel mundial, al reto del aumento de la población global, y «la cuestión no es cuánto puede producirse, sino cómo y hasta cuándo», ya que el modelo económico actual está empujando «hacia los límites» los recursos, sostuvo Soto.

En los últimos tiempos, dijo, se están desarrollando dos áreas con las que se intenta intensificar la producción agrícola de manera sostenible, teniendo en cuenta el cuidado del suelo.

Estas son la agricultura de conservación, basada en factores como la rotación y la diversificación de cultivos, y la agricultura «climáticamente inteligente», que se centra en la diversidad, la flexibilidad en términos de tiempo y las prácticas para afrontar situaciones extremas.

En América Latina, el 12 % del PIB regional proviene de la agricultura, que es una importante fuente de empleo sobre todo en las zonas rurales, en las cuales el 70 % de los ingresos principales vienen de este sector.

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