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Las mujeres estamos empeñadas sacar este país adelante: comandante de la base aérea Héctor Caraccioli

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Es la comandante de la principal base militar de Honduras, con sede en el atlántico puerto de La Ceiba, tiene 43 años y es piloto de combate experta en el avión Tucano, su formación incluye una amplia gama en volar todos los aviones de transporte a los que ha tenido acceso en sus 26 años dentro de la Fuerza Aérea Hondureña. Ella es la teniente coronel Dulce María Vásquez.

Esta mujer, una de las que ha roto barreras dentro del estamento militar, más allá de las fronteras patrias, habla con pasión de su compromiso con Honduras y dice que una de las tareas que se deben privilegiar desde el gobierno es poner un freno a la desigualdad y atender a los excluidos que demandan oportunidades, especialmente en la educación.

Para la teniente coronel Dulce María Vásquez, las funciones de las Fuerzas Armadas y en especial de la rama aérea, deben mantener en su eje central, la protección de los recursos naturales y el medio ambiente y la contribución con las poblaciones más vulnerables en todos los campos que el ámbito permita, entre ellos la atención a las contingencias y a la salud.

Dice que estos son tiempos en que la región debe enfocarse en atender las necesidades urgentes de la población y dar respuestas con una institucionalidad fortalecida, pero, donde, además, deben involucrarse las familias, la escuela, el gobierno y todos los sectores sociales.

“Es una gran responsabilidad ostentar este cargo (comandante de la base aérea Héctor Caraccioli), donde le podría decir que, nosotras las mujeres estamos haciendo todo aquello que está encaminado a hacer las cosas bien, de una buena manera, dando todas nuestras capacidades y poniendo en práctica todo nuestro conocimiento. Demostramos que tenemos ese deseo de hacer las cosas cada vez mejor en cada una de las acciones y misiones que nos son encomendadas”, apostilló la joven comandante, casada con su colega, el coronel Vladimir Flores Suazo de la Fuerza Aérea y madre de la joven Dulce María, una estudiante universitaria de 19 años y Vladimir, de 10 años, quien ya se muestra apasionado por la aviación con énfasis en helicópteros.

La teniente coronel Dulce María Vásquez ha logrado escalar posiciones en un campo dominado por hombres.

Tras más de cuatro décadas, una mujer dirige, por primera vez, la más importante base aérea del país, que además es la sede de los F5. ¿Lo considera un privilegio? Le consultó la enviada de Proceso Digital en una conversación virtual y ella dijo que “claro que lo es, el comandante general, mi coronel (Francisco Javier) Serrano, me da la oportunidad este año que estamos cumpliendo nuestro 44 aniversario, en nuestra base Héctor Caraccioli Moncada, este es mi segundo comando y el primero en una base aérea”.

Recordó que el año pasado (2021), fue directora de la Escuela de Capacitación de Suboficiales y este año el dirigir una base aérea representa una responsabilidad donde aparte de la misión propia de la base, se cumplen tareas que están enmarcadas en la Constitución de la República, como es el apoyo a otras instituciones del país.

La comandante Dulce María Vásquez, además de formarse militarmente posee una licenciatura en ciencias aeronáuticas y otra en administración de empresas; también tiene una maestría en comando y estado mayor y actualmente cursa estudios superiores en dirección empresarial y finanzas.

Ella, originaria de Danlí, El Paraíso, en la zona oriental del país, detalla que a lo largo de su carrera militar ha realizado todos los cursos necesarios para los procesos de ascenso y muchos otros en diferentes universidades. Remarca, que ha volado diferentes aeronaves, más que todo aviones de transporte. A lo largo de su carrera ha estado asignada a las distintas bases y únicamente le falta completar el ciclo en la ubicada en la norteña San Pedro Sula.

“Estuve bastante tiempo asignada a la base Hernán Acosta Mejía y en la base Enrique Soto Cano en la cual fui la primera subcomandante”, compartió.

Siempre ha sido el orgullo de su familia.

Hondureñas se hacen camino al andar

¿Las aviadoras hondureñas son las que más han progresado en Centroamérica, como la hace sentir eso? se le consultó y ella externó que “a nivel centroamericano nuestra Fuerza Aérea fue pionera en aceptar mujeres a nivel latinoamericano en el año 1996 y, en el año de 1998, ingresaron las primeras cadetes colombianas. Para mí es un orgullo saber que nuestras autoridades confiaron desde un inicio. Para entonces solo Estados Unidos, en el continente, tenía pilotos militares en su fuerza aérea”.

Dice que las pioneras hondureñas pusieron, entonces, su mayor esfuerzo y no defraudaron. “Logramos graduarnos cuatro cadetes centroamericanas en aquel momento de las cuales, tres éramos hondureñas y una panameña y eso abrió la brecha para que nuestras otras compañeras pudieran ingresar y hasta la fecha son muchas las que siguen ingresando” externó con satisfacción y con una leve y prolongada sonrisa.

Para este momento la Fuerza Aérea Hondureña cuenta con 10 mujeres pilotos, pero son muchas más en áreas como mantenimiento de aviones, defensa aérea (entre las que están las que controlan los radares), en seguridad de instalaciones, comunicaciones, material de guerra, y en todas las áreas y especialidades de la academia de aviación como comunicaciones, medicina, derecho, etc… “Tenemos esa oportunidad y hemos demostrado que vamos al par de los hombres, hacemos las cosas por convicción y ponemos lo mejor por el país”, agregó con temple.

¿Cómo observa el balance aéreo en la región? se le prosiguió preguntando y ella dijo que “pienso que a nivel regional actualmente hay un balance porque no estamos enfocados en guerras. El mundo tiene otras prioridades, nos orientamos al cuidado del medio ambiente, estamos muy enfocados a las evacuaciones aeromédicas, el apoyo en desastres naturales y creo que ha sido un sentir común de la región: fortalecer sus fuerzas aéreas para mejorar este tipo de recursos aeronáuticos es prioridad de los diferentes gobiernos”.

Su disciplina está intacta como desde el primer día que ingreso a la milicia.

Mucha voluntad, pocas aeronaves

Adicionó que “hemos podido observar que en estas situaciones (tragedias naturales) la aviación ha contribuido para los rescates en huracanes, lo hemos observado recientemente durante los huracanes Eta y Iota, entonces fue algo triste, saber que tenemos las capacidades como recurso humano, pero no las sufrientes aeronaves para ayudar a la población que tanto nos necesitó, aunque hicimos el mayor esfuerzo”.

“Se necesitan más aeronaves y sería importante que el gobierno nos pudiera reforzar”, refrendó la comandante de la base aérea Héctor Caraccioli Moncada, al recordar que también las evacuaciones médicas, que son más recurrentes en la selvática región de La Mosquitia hondureña, son fundamentales atender y es una labor que se sigue haciendo pero que podría tener en cuenta más ampliamente con recursos disponibles. “Se han salvado muchísimas vidas en La Mosquitia”, reafirmó.

El Salvador ha mejorado muchísimo su fuerza aérea. Se han modernizado al grado que los especialistas en estos temas coinciden al afirmar que sus capacidades ya sobrepasaron por mucho a Honduras. ¿Qué opina? Repreguntó Proceso Digital y ella dijo: “Pues ellos han adquirido algún tipo de aeronaves diferentes a las que nosotros tenemos, las oportunidades como cualquier país latinoamericano de mejorar y quizá han hecho algunas alianzas, no estoy bien segura como han obtenido esos recursos pero cada gobierno y cada país hace lo mejor de sí para poder dar ese apoyo y enfocarse en la población, no creo que ningún país a nivel regional este pensando en esos tiempos sino en apoyar u orientarnos a la población para crecer y ser mejores como seres humanos”.

Respecto a lo expresado por la presidenta del país Xiomara Castro, quien al tomar posesión externó su interés en fortalecer las Fuerzas Armadas e hizo énfasis en la rama aérea, la comandante Vásquez recordó que según los pilares que la gobernante enfocó en su discurso (de toma de posesión) “pudimos darnos cuenta de que está muy interesada en la educación, la seguridad nacional, la protección del medio ambiente y la salud. Creo que ella está pensando en fortalecernos con aeronaves que puedan apoyar más a esos rubros, más aviones para evacuaciones, para operaciones aeromédicas, preparar más médicos y enfermeros y ayudar más a la gente, pienso que una prioridad es que tengamos helicópteros que tengan con tecnología para apagar incendios forestales, por ejemplo.

Confía que el trabajo de la presidenta Xiomara Castro logre mejorar las condiciones del instituto castrense.

Aparte de eso, los helicópteros que tienen equipo de búsqueda y rescate y poder apoyar especialmente durante los desastres naturales.

Respecto a si ella ha pensado convertirse en comandante general de la Fuerza Aérea Hondureña siendo que el país tiene una presidenta mujer, ella manifestó que “desde que ingresé a la academia mis objetivos han sido ir cubriendo todas las áreas y hasta el momento lo he logrado. Luego con mi grado, con el tiempo pude ser subcomandante de dos bases aéreas. He estado asignada en todas las bases excepto en la de San Pedro Sula, pero creo que estoy con el tiempo. Es importante estar en todos los puestos para los cuales hemos sido formados y si Dios me lo permite y puedo llegar a ser comandante, sería un honor, con el objetivo de fortalecer la Fuerza Aérea en beneficio de la población.

Participa con ahincó en cada uno de los eventos de las FFAA.

El machismo, un mal de larga data

¿Hay machismo dentro de las Fuerzas Armadas? Se le consultó y ella dijo que “todavía existe el machismo, en ciertas áreas. Quizá a nivel de los oficiales está bastante superado. En la tropa he podido observar, precisamente ahora como comandante, que nuestras policías de seguridad femenina a veces tienen ciertos problemitas porque muchas veces ellas superan a la tropa, entonces en ese sentido tenemos que trabajar mucho y nos reunimos y hablamos con ellas y ellos para que puedan entender que ellas tienen las mismas capacidades”.

Prosiguió detallando que “ya las cadetes y estudiantes técnicas en otros grados, allí se ha superado bastante, aunque no en un 100 %”. No está tan acentuado, se ha sabido asimilar que estamos en la Fuerza Aérea desde hace 26 años y que incluso tenemos oficiales graduadas en el extranjero y son un ejemplo”.

El recluta que lloró

Es muy jovial y le pone alegría a su trabajo.

Se ríe y empieza a narrar una de sus anécdotas y vivencias ocurrida cuando como cadete cursaba su segundo año en la academia y dice que en ese contexto le tocó dirigir a sus inferiores y ordenarles: “estábamos de cadetes, yo estaba en segundo año y se presentaron los cadetes de primer año, entonces estábamos poniéndoles a hacer ‘trole’ (ejercicio físico), lógicamente los antiguos le dan órdenes a los nuevos. Yo tenía a cargo un pelotón de varones y les instruía a correr para acá, correr para allá y eso… nada extraordinario, formándoles”.

Prosigue: “en eso veo que uno de ellos se puso a llorar y yo le dije» ¿por qué llora?  Y él empezó a decirme – es que yo nunca, nunca, había recibido tantas órdenes de una mujer”.

Interrumpe mientras ríe y confiesa que aquello le provocó tanta risa, lo que al cadete molestó aún más y más lloraba, entonces lo que ocurrió fue que otras cadetes mujeres se acercaron a preguntarle sobre lo que pasaba y “yo les dije es que este cadete no quiere que yo le meta trole porque él dice que nunca ha recibido órdenes de las mujeres y para que, mejor no me hubiera dicho, de ahí, no lo dejamos volver a tener gusto”, relató entre risas al rememorar un capítulo que aspira cada vez se vuelva menos recurrente.

Un país de excelencia

Para esta joven piloto y comandante de la base aérea Héctor Caraccioli, los hondureños tenemos un país maravilloso por sus grandes recursos naturales y su envidiable posición geográfica. Dijo que para sacarlo adelante hace falta un cambio de mentalidad y recordar que se demanda de un giro, como otras naciones, que han estado en situaciones que no han sido las mejores, pero han logrado salir adelante con educación y apostándole a que haya igualdad, una lucha en favor de los pobres, oportunidades para estudiar y trabajar e instituciones fortalecidas. (PD)

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