El 18 de marzo de 2020, apenas cinco días después de que se conociera el primer caso de covid-19 en Honduras, el entonces presidente Juan Orlando Hernández (JOH) anunció la adquisición de siete hospitales móviles de “última generación” para atender la emergencia sanitaria. La compra millonaria se realizó en efectivo, por adelantado y sin garantía del proveedor. Esta es la historia de cómo el gobierno de JOH activó la maquinaria de desinformación para maquillar un negocio desastroso para el país.
Por: Aimée Cárcamo, Alex Flores, Claudia Mendoza, Marlen Perdomo, Robert García
La llegada a destiempo de los dos primeros hospitales con daños estructurales, componentes en mal estado e incompatibles con la red eléctrica del país, entre otros desperfectos, generó una ola de críticas y cuestionamientos que puso al gobierno contra las cuerdas.
Para maquillar esta compra opaca y fraudulenta, el gobierno de Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras entre enero de 2014 y 2022, impulsó una campaña de mentiras y medias verdades.
La campaña abarcó más de 650 declaraciones falsas o engañosas ante los medios de comunicación; la difusión por redes sociales de mensajes similares, amplificados por cuentas aparentemente falsas; y la producción y difusión en una decena de canales televisivos, entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, de una serie de videos en los cuales reconocidos personajes de la sociedad civil y de la academia hablan de las supuestas bondades de los hospitales.
Ese fue el mecanismo con el que se buscó “infectar” el pensamiento de la sociedad hondureña para que se desconociera que las unidades modulares resultaron una estafa que costó US$47.4 millones, unos 1,200 millones de lempiras.
La campaña cuyo costo se desconoce -dado que las instituciones implicadas se negaron a responder a las solicitudes de acceso a la información pública hechas para este reportaje- se produjo cuando los picos de la pandemia del covid-19 rebasaban la capacidad del sistema sanitario hondureño y los cuestionamientos sobre la opacidad en la compra de los hospitales móviles ocupaban las portadas y los principales segmentos noticiosos.
Tanto la Secretaría de Salud como la agencia estatal de Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H), contestaron que no hicieron gasto alguno en publicidad relacionada con la pandemia, mientras que el Despacho de la Presidencia se negó a responder. En reiteradas ocasiones se solicitó una entrevista con Ebal Díaz, entonces ministro de la presidencia en el gobierno de JOH, pero a la fecha de esta publicación no se obtuvo respuesta.
Los resultados de esta investigación revelan que mientras la población hondureña luchaba por salvar su vida, el gobierno a través de ciertos funcionarios, académicos y representantes de la sociedad civil , ponía en marcha una campaña de desinformación con el fin hacerle creer a la opinión pública que los hospitales móviles eran instalaciones de primera generación.
Una adquisición contrarreloj
El 10 de febrero de 2020, un mes antes de que se registraran los primeros dos casos de covid-19 en Honduras, el gobierno de Juan Orlando Hernández -popularmente conocido como JOH- del derechista Partido Nacional, declaró estado de emergencia sanitaria. Tras esta declaración, se emprendió una serie de compras y contrataciones supuestamente orientadas a mejorar la capacidad del sistema sanitario para responder ante la pandemia.
Muchas de las transacciones fueron canalizadas a través de Invest-H, una entidad creada en el año 2005 para manejar fondos donados por los Estados Unidos a través del Convenio de la Cuenta del Desafío del Milenio. Con el paso de los años, Invest-H llegó a ejecutar fondos de diversas fuentes nacionales e internacionales.
Cuando surgió la emergencia, el director de Invest-H era Marco Bográn, sobrino de María Antonieta Guillén de Bográn, designada presidencial en el gobierno de Porfirio Lobo Sosa (2010 y 2014). Bográn también es sobrino de Arturo Corrales Álvarez, excanciller y exministro de Seguridad en los gobiernos de Lobo Sosa y de JOH, y conocido como uno de los estrategas de los grupos de poder en el país.
El 14 de marzo de 2020, después que el Congreso Nacional aprobara 420 millones de dólares para atender la calamidad sanitaria, la entonces ministra de Salud, Alba Consuelo Flores, remitió a Bográn el oficio 630-SSS-2020, encargándole la “adquisición directa al proveedor idóneo de siete hospitales de aislamiento necesario para la atención de infectados” con covid-19.
Apenas dos días después, el director de Invest-H firmó la primera de dos órdenes de compra a favor de Elmed Medical Systems, una empresa radicada en Orlando, Florida que supuestamente tenía una fábrica en Turquía. Su propietario, el guatemalteco-estadounidense Axel López, quien se hace llamar el “Rey del Dinero” y “Mr. Hispanopreneur” recibió un desembolso millonario en efectivo y por adelantado. Después se conocería que López no tenía relación vinculante con la empresa turca y su “sede” era solamente un apartado postal.
Más adelante Bográn sostendría haber encontrado la empresa de López “a través de un barrido en Internet”. Sin embargo, fotografías del empresario junto a la tía de Bográn, María Antonieta Guillén, ponen en duda su versión sobre que había escuchado de López hasta el mes de marzo del 2020.
Pocos días después de que la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) publicara su primer informe denunciando una sobrevaloración de los hospitales de entre 12 y 30 millones de dólares, Bográn fue destituido como director de Invest-H. Para mediados de julio de 2020, el Ministerio Público (MP) anunció que abría una línea de investigación sobre el caso por evidencias de presunta corrupción.
En total, el Estado hondureño pagó por adelantado y sin garantía del proveedor 47.4 millones de dólares por los siete hospitales móviles.
Los dos primeros hospitales llegaron a Honduras a mediados de julio del 2020 y los restantes cinco hasta noviembre de ese mismo año. Tras una minuciosa inspección, la Fiscalía detectó que presentaban daños estructurales y componentes en mal estado, además de que la mayoría de los equipos médicos entregados funcionaban en ciclos energéticos de 50Hz, haciéndolos incompatibles con el estándar de 60Hz utilizado en la red eléctrica del país.
Los fiscales concluyeron que los contenedores adaptados como clínicas médicas no reunían “las condiciones requeridas para el aislamiento y tratamiento de personas afectadas por covid-19”.
Por su parte, el personal médico denunció que las dimensiones estrechas de los contenedores no permitían la separación adecuada entre camas, por lo que se tuvo que disminuir en 30% la capacidad máxima de pacientes en cada unidad. Tampoco funcionaban los mecanismos de distribución de oxígeno y el agua se filtraba por los techos cuando llovía.
Según informes del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), muchos de los equipos eran usados, desgastados y obsoletos.
Una campaña deliberada
Frente a esta oleada de críticas y en medio de un creciente número de muertos y hospitalizados por la pandemia, el gobierno de JOH montó una campaña mediática para contrarrestar los señalamientos y generar una imagen favorable sobre la millonaria compra.
La campaña abarcó más de 650 declaraciones falsas o engañosas ante los medios de comunicación y la producción y difusión de una serie de videos en más de una decena de medios televisivos, en la que participaron funcionarios de salud, académicos y personas de la sociedad civil exponiendo las “bondades” de los hospitales móviles. La estrategia incluyó también la difusión de mensajes a través de redes sociales, medios escritos y digitales. En el caso de las redes, estos fueron amplificados por cuentas aparentemente falsas.
Esta cruzada mediática con medias verdades y mentiras encuadra en lo que los especialistas llaman estrategias de manipulación. Así lo explicó el experto argentino en comunicación social, Martín Becerra, en el marco de los Ciclos CAP, una iniciativa de formación académica dirigida a los periodistas de la región norte de Centroamérica.
Las campañas de desinformación para ser eficaces, dijo Becerra, no solo están compuestas de elementos falsos y de otros verdaderos, también conllevan datos que son sacados de contexto para favorecer la desinformación.
En países como los centroamericanos polarizados y radicalizados por factores de índole político, la desinformación está a la orden del día. “El accionar de gobiernos autoritarios y la casi inexistente división de poderes y de controles cruzados, obstaculizan la moderación de campañas de desinformación”, subraya el experto.
¿Dónde está el dinero?
La negativa de acceso a información pública por parte de las autoridades implicadas en el tema de los hospitales móviles, ha impedido hacer una aproximación global del gasto de esta campaña y los costos pagados a cada medio de comunicación. Sin embargo, de acuerdo con datos proporcionados por algunas firmas publicitarias consultadas para esta investigación, la difusión de un spot televisivo oscila entre 2 mil y 3 mil 500 dólares por una mención de dos minutos en canales nacionales y entre 300 y 500 dólares en medios regionales, según el nivel de audiencia y el segmento en el cual se transmite.
Este equipo periodístico identificó que entre marzo del 2020 y noviembre de 2022, el gobierno de JOH realizó al menos 650 publicaciones sobre los hospitales móviles con una tendencia falsa o engañosa. El análisis se realizó partiendo de una base de datos de 5 mil 600 noticias televisivas, radiales y de prensa escrita y digital que fueron recopiladas por Seproc, una empresa hondureña dedicada al monitoreo de medios.
A partir de los datos se constató una estrategia mediática del Gobierno que contenía dos mensajes principales: Primero, que Marco Bográn, exdirector de Invest-H, habría actuado solo y es el único responsable de las irregularidades en el proceso de compra; y segundo, que los hospitales adquiridos eran de alta calidad y brindaban una respuesta importante para la salud del pueblo hondureño.
El primer pico de comparecencias para controlar el daño de la imagen del gobierno se registró en julio del 2020, justo después de la primera denuncia de sobrevaloración y concurrente con la destitución de Bográn y la llegada de los dos primeros hospitales. Durante ese mes se registraron más de 100 declaraciones del gobierno ante los medios de comunicación promoviendo estos mensajes.
Por ejemplo, el 16 de julio del 2020, el entonces presidente Hernández declaró que “debe investigarse al detalle cada centavo y cada proceso (…) El gobierno irá hasta las últimas consecuencias dentro de lo que la ley permite para que el pueblo hondureño reciba lo que fue prometido”. JOH también tildó de “malnacidos” a las personas que se aprovecharon de la pandemia para hacer negocios sucios.
Los JOHbots
El uso de “JOHbots”, como se conocen en Honduras a las cuentas falsas y automatizadas que reproducían en las redes sociales mensajes favorables a Juan Orlando Hernández, fue un eje central de la estrategia de comunicaciones del exmandatario.
En 2017, la analista de redes sociales Erin Gallagher público el hallazgo de miles de JOHbots en Twitter. Las cuentas “son claramente falsas y por lo general existen únicamente a su favor para retuitear [los post de] el presidente de Honduras,” concluyó Gallagher. Un reportaje de la revista Time publicado pocos días antes de las elecciones del 28 de noviembre 2021, encontró que las cuentas falsas a favor de JOH seguían muy activas.
Los JOHbots operaron también en Facebook. En 2019, una exempleada de la compañía, Sophie Zhang, afirmó haber encontrado miles de cuentas falsas en esa red social que reproducían contenido que favorecía al entonces presidente.
Los autores de este reportaje encontraron evidencia de que el ejército de JOHbots fue desplegado también para influir en la percepción del público sobre los hospitales móviles.
Entre las cuentas que de forma continua publicaron mensajes positivos sobre los hospitales móviles estaban la de Juan Orlando Hernández, Casa Presidencial, Secretaría de Salud y de Ebal Díaz, secretario de Estado de la presidencia de Honduras y uno de los funcionarios de mayor confianza del exmandatario.
Un tuit publicado el 20 de julio de 2020 por Casa Presidencial, asegurando que los hospitales móviles tendrían una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) “para combatir los efectos” del covid-19, generó 28 comentarios, de los que 19 eran negativos para el gobierno con reclamos por el atraso en la habilitación de los módulos, la sobrevaloración y el mal estado de estos, además de la corrupción en general.
Ante el vendaval de señalamientos de corrupción y mal manejo de la pandemia, en la plataforma de Twitter la cuenta del mandatario así como la de Casa Presidencial bloquearon a seguidores críticos de su gestión gubernamental. Ante la avalancha de críticas en torno a los hospitales móviles, la administración de Hernández también recurrió a ejércitos de bots para intentar neutralizar los comentarios negativos.
Por ejemplo, un hilo de Twitter del exmandatario publicado el 26 de julio de 2020 sobre la llegada de los primeros dos hospitales móviles tuvo más de 200 comentarios. Entre los mensajes positivos, 45 eran de cuentas que tenían entre 0 y 5 seguidores, 46 habían sido creadas entre enero y julio de ese año y 17 no tenían foto de perfil.
Las “latas” mejor pintadas de Centroamérica
“Impresionante”.
“Con tecnología de punta”.
“De extraordinaria calidad”.
“Una respuesta a la población”.
Así calificaron a los hospitales móviles varios personajes reconocidos de la sociedad civil hondureña, en una serie de videos que empezaron a aparecer en las redes sociales de YouTube, Facebook y Twitter, entre agosto y octubre del 2020. Todos tenían la marca “Hechos de Verdad”.
En los videos, que duran aproximadamente un minuto cada uno, figuran Omar Rivera, un reconocido personaje de la sociedad civil que fue miembro de la Comisión Depuradora de la Policía Nacional y quien actualmente dirige el Foro Nacional de Convergencia (FONAC); Alberto Solórzano, pastor de una de las iglesias evangélicas más grandes de la capital, expresidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras y también exmiembro de la Comisión Depuradora de la Policía; José Ordóñez, pastor y representante de la Confraternidad Evangélica en la zona norte del país; y Francisco Herrera, rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Otros de los referentes que aparecieron en los videos fueron el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), Hugo Maldonado, y la diputada por el entonces gobernante Partido Nacional, Johana Bermúdez. Algunos de los personajes visitaron el hospital móvil de San Pedro Sula, a 256 kilómetros de la capital, y otros el hospital móvil de Tegucigalpa, la capital.
Durante el mismo periodo también salieron otros 16 videos sobre el hospital móvil de San Pedro Sula, publicados en el canal de YouTube “Honduras Positivo” y bajo la marca “Honduras con Hechos.” Entre estos se destacan cuatro entrevistas con directores de hospitales públicos regionales, quienes tras recorrer el hospital móvil de San Pedro Sula se expresan de forma positiva.
Un analista de medios y publicidad consultado para reportaje que solicitó no ser citado, opinó que el objetivo de la estrategia gubernamental fue “bajar el tono de la campaña negativa mostrando el único hospital que estaba operativo y utilizando los testimonios de líderes de opinión pública”.
Según estimaciones del especialista, la elaboración de los videos promocionales de los hospitales móviles en los que se utilizó a personas reconocidas por la población, tuvieron un costo estimado entre 3 mil y 4 mil 500 dólares cada uno, lo que sumaría no menos de 27 mil dólares, unas 653 mil lempiras.
“Normalmente se paga producción, actores, organización, posproducción, animaciones, logos, gráficas; comisiones de otro tipo que se inventan porque con este tipo de trabajos lo que se busca es sacarle jugo al gobierno porque creen que es arca abierta, y el gobierno se presta a ello”, señaló otro entrevistado cercano a la Casa de Gobierno, que también pidió el anonimato.
Las voces de los protagonistas
Uno de los actores sociales más protagónicos de Honduras es el director del FONAC, Omar Rivera, que a mediados del 2021 cuando visitó el hospital móvil de San Pedro Sula, expresó: “Esto que hemos encontrado, aquí es mucho mejor a lo que se tienen de disponibilidad en muchos municipios, es importante que el pueblo hondureño lo conozca, aquí existe una respuesta pertinente a la demanda en el marco de la crisis, es tecnología de punta.”
“Los módulos están adecuadamente diseñados con tecnología que no todos los centros hospitalarios del país tienen; definitivamente es mucho mejor a lo que hemos tenido en décadas, y puede constituirse en una respuesta oportuna a las demandas ciudadanas. Estos siete hospitales, en caso de repunte de casos, son una respuesta”, acotó Rivera.
Pero fue el líder de la Confraternidad Evangélica, el pastor Alberto Solórzano, el más emocionado con los hospitales móviles: “Lo voy a resumir, en una palabra: impresionante. Desde la llegada, la entrada, el acceso, todo automatizado, climatizado, el equipo de primer nivel, la toma de temperatura, el sistema de cámaras, el laboratorio de radiología, todos los equipos que hay, es impresionante. No es de pensar que esta infraestructura solo va a servir para este momento, esta infraestructura va a servir mínimo para los próximos 25 años”, aseveró Solórzano.
Octubre de 2020 fue el mes en el que las declaraciones falsas o engañosas alcanzaron su mayor propagación. Bajaron en noviembre y repuntaron en los meses de diciembre de 2020 y enero de 2021.
En ese lapso de tiempo aparecieron en los videos el rector interino de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Francisco Herrera, quien tras recorrer el hospital móvil de San Pedro Sula expresó: “Hemos escudriñado los rincones, hemos visto las salas, las instalaciones sanitarias y nos han mostrado las bondades del sitio, el equipamiento, que, sin duda alguna, sin ser experto en el área de cuidados intensivos, pero es evidente que ese equipo es de extraordinaria calidad”.
“Consideramos que esto supera las expectativas que teníamos en relación al sitio. Estoy seguro que algunos de los aparatos, en especial los respiradores, son de extraordinaria última generación”, sostuvo Herrera, quien es médico patólogo.
En iguales términos se expresaron algunos galenos, en particular las doctoras Ledy Brizzio directora ejecutiva del hospital “Mario Catarino Rivas” de San Pedro Sula y Lilian Gallo, directora del hospital de El Progreso, en Yoro.
Brizzio dijo: “estamos frente a una oportunidad para mejorar la red de salud y atención a los pacientes”, en tanto Gallo aseveró que “estamos ante un hospital con todas las condiciones de un hospital de alto nivel para poder atender a nuestra población dignamente”.
Posterior a la difusión de los videos, en las portadas y contraportadas de los principales medios impresos se publicaron cintillos con citas textuales tomadas de las declaraciones de las personas más influyentes que hicieron el recorrido por el hospital móvil de San Pedro Sula, el primero en llegar.
En medio de las denuncias e incluso abandono de algunos hospitales móviles como el destinado al nororiental departamento de Olancho, la campaña de desinformación se mantuvo hasta los últimos meses de la administración de JOH. El 12 de noviembre de 2021, la diputada nacionalista Johanna Bermúdez continuaba asegurando que los hospitales móviles comprados por Invest-H “son de primera y tienen tecnología de primera”.
Lo mismo señalaba el presidente del CODEH, Hugo Maldonado, al indicar que “todo lo que vimos era nuevo. Yo conozco todos los hospitales del país y, en realidad, la tecnología es de primera”.
Un año después…
Doce meses después de la difusión de los videos, algunos de sus protagonistas justificaron sus declaraciones, aduciendo que desconocían que eran parte de una estrategia de desinformación o información engañosa. En tanto otros se rehusaron a dar una entrevista para este reportaje y algunos más siguen sosteniendo que son los hospitales con la mayor tecnología que tiene Honduras.
En entrevista concedida a mediados de noviembre de 2021, el secretario ejecutivo del FONAC, Omar Rivera, explicó que él propuso la destitución del entonces director de Invest-H, Marco Bográn, y que su visita respondió a una invitación que se le hizo como miembro de la Mesa Multisectorial que se creó para el manejo de la pandemia.
“Yo bajo ninguna circunstancia avalo que se haya comprado a sobreprecio, o que en determinado momento los hospitales no hayan sido entregados a tiempo, o que algunos hayan tenido problemas. Lo que yo únicamente digo es que ese, el de San Pedro Sula, que yo fui a observar, está prestando servicio a la ciudadanía en el marco del trabajo que rectora el hospital Mario Catarino Rivas”, dijo Rivera.
“Creo que los hospitales móviles lamentablemente fueron una adquisición que se ejecutó sin la planificación del caso. Es evidente que tuvo que haber participado personal técnico de la Secretaría de Salud en el diseño, las especificaciones, y se tuvo que hacer un contrato que garantizara que la empresa cumpliera en tiempo y forma y el hecho de no haberlo realizado de esa manera es lo que tiene al país en una situación lamentable”, agregó.
Sobre su participación en el video, Rivera descartó que fuera parte de una campaña de desinformación: “Yo fui a una visita junto a la mesa multisectorial y en el marco de esa visita fue que nos hicieron esa entrevista. Fueron varios, está el rector de la Universidad, el pastor Solórzano y otros miembros de la mesa multisectorial”, indicó.
En tanto, la congresista nacionalista Johana Bermúdez sigue creyendo que los hospitales móviles son una maravilla: “Si usted visitara el hospital modular, justo el que está radicado aquí en el departamento de Francisco Morazán -donde se encuentra la capital hondureña-, contiguo a las instalaciones del Patronato Nacional de la Infancia, usted se va a dar cuenta que efectivamente las instalaciones son de primer nivel, con tecnología de punta, con condiciones adecuadas”.
“Obviamente, para lo que realmente fueron adquiridos las unidades móviles no cumplieron con los estándares que necesitábamos nosotros los médicos especialistas, pero, en este momento de la historia, esos hospitales están siendo, por lo menos ese hospital modular que está ubicado aquí, que es el que yo conozco muy bien, está dando soluciones a todas las cirugías ambulatorias que por años habían sido una cuota de mora en los hospitales”, aseveró Bermúdez al defender su participación en los videos promocionales generados desde el poder ejecutivo.
Por su parte, en entrevista otorgada en el mes de enero de 2022, el presidente de la oenegé de derechos humanos, Hugo Maldonado, dijo que en su caso “hubo una funcionaria, la ingeniera de los hospitales móviles de apellido Rodríguez que se puso en contacto conmigo y que estaban abierta las puertas al CODEH, y que hiciésemos la veeduría respectiva. Esto fue porque nosotros hicimos la iniciativa en una conferencia de prensa para hacer una veeduría a los hospitales y en respuesta ellos se comunican, que tenemos las puertas abiertas. Fuimos y se nos entregó un brochure de lo que era el hospital, de lo que tenía cada módulo para pacientes graves, pacientes medianos y para pacientes normales”.
Maldonado asegura que todo lo que vio y recorrió en las instalaciones del hospital de San Pedro Sula era nuevo y que, en ese momento, “no había salido nada sobre la situación nefasta de la supuesta compra venta y que del recibo que fue sacado de 48 millones de dólares. No había pasado nada. Era una guerra política la que se tenían entre unos y otros, y aquí el más sacrificado fue el pueblo hondureño”, aseguró.
El presidente de la oenegé humanitaria olvida que cuando hizo ese recorrido, ya el Ministerio Público había iniciado una línea de investigación por presunta corrupción y fraude en la compra de los siete hospitales móviles.
Al final la estrategia de verdades y mentiras a medias, montada para maquillar las latas móviles como obras maravillosas de la ingeniería biomédica, no tuvo el impacto que el gobierno buscaba. Esta vez la mentira no caminó más lejos que la verdad.
Actualmente, el único hospital adquirido por Invest-H que funciona atendiendo enfermos con coronavirus es el de San Pedro Sula. El instalado en Tegucigalpa lo hace a medias. Los otros han sido destinados para auxiliar a pacientes que sufren dolencias de menor riesgo.
Por esta compra fraudulenta, acompañada por una cruzada de desinformación, únicamente el exdirector de Invest-H, Marco Bográn y el exadministrador, Alex Moraes, enfrentan la justicia. El proveedor guatemalteco, Axel López, sigue prófugo y el expresidente Juan Orlando Hernández, partícipe de la trama, enfrenta un pedido de extradición de Estados Unidos por sus nexos con el narcotráfico.
Edición: Abram Huyser Honig
Este reportaje se realizó en el marco del Ciclo de Actualización para Periodistas (CAP) sobre democracia, desinformación y libertad de expresión.