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Las barrenderas limpian la ciudad en medio de la indiferencia y el peligro

Tegucigalpa – Forman parte del paisaje urbano, especialmente en bulevares y avenidas, pero a la vez su actividad pasa inadvertida para el resto de la población. Su actividad cotidiana parece sencilla, pero a pesar de lo fácil conlleva ciertos riesgos, en algunos casos suelen ser graves e incluso mortales.
 

– Varias han muerto cuando cumplían sus deberes, otras enfrentan problemas de salud.

– La capital y otras ciudades se han acostumbrado ver en el paisaje urbano a estas trabajadoras de la salud pública.

Son las limpiadoras de las vías públicas, pero conocidas popularmente como las barrenderas municipales, que hoy celebran el día dedicadas a ellas como un reconocimiento a su labor.

Un chaleco, una escoba y una carreta, son las herramientas que acompañan a estas mujeres que diariamente realizan una labor importante, recogiendo la basura que las demás personas han dejado tiradas en los tragantes, áreas verdes, medianas, bulevares, parques, mercados y al interior de los barrios y colonias de Tegucigalpa y Comayagüela.

Proceso Digital buscó conocer algunas personas que forman parte de esta faena y conversó con Rosa María Torres, quien reside en la colonia La Guadalupe, tiene tres hijos, es madre soltera y ha trabajado por dos años en las denominadas cuadrillas de aseo.

Torres comenzó a trabajar en sustitución de su madre quien se vio obligada a abandonar su trabajo por problemas de salud adquiridos en la realización de esta labor, aunque no especificó cuál era el padecimiento de su progenitora.

Al igual que Rosa María, en el Distrito Central, trabajan 1,292 auxiliares del aseo en 323 cuadrillas que ejecutan su faena todos los días, en tres turnos diferentes, uno de 6:00 a 11:00 de la mañana, otro de 10:00 a 3:00 de la tarde y el último de 2:00 a 7:00 de la noche.

Peligros y salud

En ocasiones, estas mujeres arriesgan hasta su integridad física, exponiéndose al peligro de ser atropelladas por conductores ebrios o un accidente automovilístico, porque no cuentan con medidas de seguridad, como la colocación de conos mientras ejecutan su trabajo.

Tal es el caso de Sandra Lizeth García, quien tiene cinco hijos en edades de siete, seis, cinco, dos y seis meses, los cuales deja en su casa al cuidado de su madre para poder trabajar.


Relató a Proceso Digital que en una ocasión, se llevo “un susto”, porque mientras se encontraba barriendo en una de las calles del barrio Morazán, un vehículo presento desperfectos mecánico e impacto en un poste, muy cerca donde ella se encontraba.

Lo referido por García es solo uno de los tantos peligros que corren las barrenderas municipales que día a día, arriesgan su vida con el propósito de llevar sustento a sus hijos, a los que sueñan con verlos crecer con salud y una educación adecuada.

Igualmente, Ana María Rodríguez, quien vive en el colonia la Joya y tiene asignado un sector de la colonia Miraflores para mantenerlo aseado, reveló a Proceso Digital que solamente lleva cuatro meses de trabajando.

Ella ejecuta esta labor en sustitución de su hermana, que luego de sufrir una caída mientras realizaba su trabajo, se lastimó una mano, requiriendo una cirugía, lo que le impidió volver a consumar tal labor.

Rodríguez tiene dos niños de 7 años y 17 meses, los cuales deja al cuidado de su hermana (dañada de la mano) para poder salir a trabajar.

La salud de estas personas también podría verse afectada a futuro por los gérmenes que conlleva la basura que recogen.

La doctora Rosa Kafatti, infectologa del Hospital Escuela, refirió que las enfermedades que se pueden registrar de forma constante en las vidas de las personas encargadas del aseo son gastrointestinales, broncopulmonares, dérmicas y lesiones al manipular de forma inadecuada la basura que recogen.

La especialista resaltó que el personal del aseo no hace uso de las medidas de seguridad necesarias como el uso de guantes, mascarillas para el polvo y botas para la lluvia, igualmente enfatizó que con su ropa de vestir realizan tal labor, “solamente se ponen una gabacha, imagínese”.

Igualmente recordó que hace un tiempo, ella fue testigo de la muerte de una señora que barría las calles, al ser atropellada por un vehículo.

Son varias las personas que en miras de cumplir con este trabajo, han resultado atropelladas por conductores, perdiendo sus piernas y en ocasiones hasta su vida y lo mínimo que la población puede hacer por ellas es tomar en cuenta su esfuerzo y labor, evitando tirar la basura en las calles.

Madres solteras en su mayoría

Rosa, Sandra y Ana, son tres mujeres que tienen algo en común que las identifica, además de desempeñarse en las cuadrillas de aseo municipal, es que se encuentran en condición de madres solteras, con pocos recursos económicos y necesitadas de un trabajo digno, al igual que muchas de las féminas que realizan esta labor.

Dagoberto Padilla, jefe de las microempresas en la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), manifestó que el personal de aseo en su mayoría son madres solteras, aunque no maneja un dato especifico de cuántas de ellas lo son.

“Lo que sucede es que esta es una opción que tienen las personas que no encuentran trabajo en otro lado y a una señora ya no le dan trabajo, entonces ellas vienen a trabajar aquí”, expresó.

Por un pago de 2,250 lempiras mensuales, estas mujeres trabajan todos los días y épocas de año y por si fuera poco hasta los días festivos, en los cuales su labor resulta multiplicada porque de acuerdo con los registros manejados por el departamento de desechos sólidos de la Alcaldía, son toneladas de basura las que se reúnen durante esos días, por lo que estas cuadrillas ejecutan labores de contingencia con la recolección de las misma.

El departamento de limpieza de la Alcaldía Municipal, informó que diariamente se recolectan 114 toneladas de basura en Tegucigalpa, mientras que en los días festivos, pasa a 200 toneladas de basura.

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