El aviso, publicado en dos periódicos del Congreso, acusa a FAIR de promover el miedo y el odio y no «soluciones de sentido común» para el «maltrecho sistema de inmigración» estadounidense.
Uno de los grupos que participan en la campaña publicitaria, America’s Voice, considera que FAIR sólo está interesado en la «demagogia y polarización» que ahuyenta las posibilidades de una reforma migratoria en Estados Unidos.
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, grupos como FAIR y el Centro para Estudios de Inmigración, que pide apretar las tuercas contra la inmigración ilegal, han pintado el problema como un asunto de seguridad nacional.
Dentro y fuera del Congreso, ambos centros presionan en contra de la legalización de los indocumentados, a quienes acusan de robar empleos a los estadounidenses (particularmente en puestos menos remunerados), contribuir al aumento de la criminalidad o de ser, llanamente, una carga pública.
De nada les sirven los informes, basados en cifras y declaraciones oficiales, que intentan demostrar lo contrario.
De hecho, FAIR respondió hoy con un mordaz comunicado en el que denunció una gran campaña de «desprestigio» y «distorsión» de grupos que, a su juicio, recurren a «lenguaje incendiario» porque no han podido imponer su visión de amnistía.
«El tono y contenido de estos anuncios demuestran que su estrategia para silenciar a los que proponen una verdadera reforma migratoria ha dado pie a la campaña de relaciones públicas más fea y más negativa en la historia de la política estadounidense», dijo FAIR.