Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, expresó este viernes a los aspirantes a sacerdotes y diáconos durante la eucaristía de los jóvenes, la pastoral e inicio de la jornada mundial por la paz, que la vocación no es privatizada y se cultiva y germina en la comunidad.
En la eucaristía, celebrada la tarde este viernes en la Iglesia Catedral San Miguel Arcángel de Tegucigalpa que lució abarrotada, participaron jóvenes que han pedido ingresar al Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa a través de la arquidiócesis de Tegucigalpa.
“Comenzamos este año nuevo con alegría y lo comenzamos de la mano de María y es por eso que nuestra madre iglesia nos introduce en 366 días de gracia porque este año es bisiesto, nos regala un día más para poder amar, para poder servir, para poder hacer el bien”, dijo Rodríguez a los jóvenes.
Alabó a los jóvenes que siguen a Cristo y que no se avergüenzan de dar su cara por el Señor y es admirable cómo toman en serio su bautismo y su confirmación ya que Dios necesita de ellos para poder seguir evangelizando.
Apuntó que son ya 49 años desde que el beato Pablo VI instituyó la jornada mundial de oración por la paz y desde hace casi 70 años el tercer arzobispo de Tegucigalpa, monseñor José de la Cruz Turcios y Barahona, estableció la tradición de las horas santas para orar por la paz en Honduras y en el mundo y para ir formando poco a poco la cultura de la paz.
Indicó que desde entonces, a veces con altibajos, esa tradición continúa al tiempo que aseveró que personas de otros países le han preguntado que cómo hace la Iglesia Católica hondureña para hacer que las personas asistan a la celebración si el 1 de enero cuando todo mundo está durmiendo y él les contesta que “el amor a Dios es más fuerte que el sueño y la fe y la devoción es más fuerte que cualquier goma que pueda haber en este mundo”.
En ese sentido, manifestó que es bello observar como los jóvenes se acercan a Cristo por lo que los felicitó así como a los pastores que siguen animándoles para seguir adelante.Destacó que se estima que cada año hay unas 10 mil confirmaciones de jóvenes que no se confirman simplemente como un sacramento más sino como un signo de encuentro personal, con el Señor Jesús y con su militancia en la pastoral juvenil.
Les recordó que este año tienen un desafío muy grande por la jornada mundial de la juventud de Cracovia, la tierra de San Juan Pablo II y aquellos que se deciden a participar “ya tienen que estarle echando monedas al cochinito para que puedan tener lo necesario para esa bella experiencia de fe”.
Añadió que también se celebra la jornada de oración por las vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada y al matrimonio con énfasis en la vocación sacerdotal que es tan importante para que no falten en ninguna de las comunidades los sacramentos especialmente la reconciliación y la santa eucaristía.
Indicó que en el año del jubileo extraordinario de la misericordia, el papa Francisco quiere que todos puedan experimentar el gozo de pertenecer a la iglesia que es tierra fértil donde germina, crece y da fruto la vocación.
Dio gracias a Dios porque el año que finalizó se ordenaron 48 entre diáconos y sacerdotes en la iglesia de Honduras, cuando antes salía uno que otro a las cansadas y en ese sentido ya hay más de 500 sacerdotes en el país y cerca de mil religiosas lo que significa que las mujeres están sacando la delantera y eso es fruto de una comunidad orante que no se cansa de orar y de pedirle al señor.
Indicó que la primera comunidad es la familia y ahí es donde siembra el Señor, donde florece y donde el Señor pasa llamando “ve y sígueme” al tiempo que agradeció a los sacerdotes y seminaristas de todas las parroquias por celebrar la hora santa.
Cuestionó que “la vocación no es privatizada como le encanta a la economía de hoy que quiere privatizar todo y tanto nos privatiza que se queda sin nada porque todo lo encierra, no puede ser, la vocación madura en una comunidad”.
