Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – La capa de humo o bruma gris como comúnmente se le denomina a la contaminación aérea, que se ha experimentado en las últimas semanas en el país y particularmente en las principales ciudades es mucho más que opacidad en el ambiente, es “veneno” puro para la salud del ser humano, pero de igual forma tiene consecuencias devastadoras en la vida silvestre.
– Nubes de peligro: la contaminación aérea tiene efectos devastadores tanto a la salud humana como a la vida silvestre.
– OMS refiere que la contaminación del aire deriva en enfermedades crónicas y muerte prematura. Las muertes relacionadas a contaminación aérea se estiman en 7 millones a nivel mundial, cada año.
– El Consejo Nacional de Defensa y Seguridad anunció un presupuesto de 19 mil millones de lempiras para proteger los bosques ante la gravedad ambiental nunca antes vista.
Los especialistas explican que se dice que el aire está contaminado cuando en el ambiente interior o exterior hay uno o más agentes ya sean químicos, físicos o biológicos que modifican las características naturales de la atmósfera.
Entre los principales contaminantes se destacan la materia particulada, tal como se ha especificado en los últimos días que este es un indicador sustitutivo habitual de la contaminación del aire.
En este punto se cuenta con sólidos datos científicos que demuestran los efectos para la salud asociados a la exposición a este contaminante. Los principales componentes de la materia particulada son los sulfatos, los nitratos, el amoníaco, el cloruro de sodio, el carbono negro, los polvos minerales y el agua.
Otro de los contaminantes es el monóxido de carbono (CO), que es un gas tóxico incoloro, inodoro e insípido que se produce por la combustión incompleta de combustibles carbonados como madera, petróleo, carbón vegetal, gas natural y queroseno. También está el Ozono (O3); el ozono a nivel del suelo (sin confundirse con la capa de ozono en la atmósfera superior), es uno de los principales componentes de la niebla fotoquímica y se forma como resultado de la reacción con gases en presencia de luz solar.
Luego figuran también como contaminantes del aire el Dióxido de nitrógeno (NO2). El NO2 es un gas que por lo general se libera con la combustión de combustibles en los sectores del transporte e industrial y el Dióxido de azufre (SO2), que es un gas incoloro con un olor penetrante. Se genera como resultado de la quema de combustibles fósiles.
Los especialistas indican que estos contaminantes mezclados son una bomba letal para los seres vivos con consecuencias inmediatas, pero también a mediano y largo plazo.
Emergencia ambiental y L.19 mil millones
Para contrarrestar los altos niveles de contaminación, nunca antes vistos en Honduras, el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS), declaró emergencia ambiental y la inversión de 19 mil millones de lempiras para proteger el bosque.
El CNDS, integrado por las máximas autoridades de defensa, seguridad, justicia y gobierno, declaró “cero deforestación” a partir de la fecha hasta 2029.
Pese a la creación del Programa Andrés Tamayo y una inversión de 1 mil 600 millones de lempiras -de acuerdo a las cifras del propio gobierno- la actual crisis ambiental requiere de una atención pormenorizada en aras de defender el recurso verde de la nación.
“Estamos en un punto crítico, un momento decisivo en la trayectoria ambiental del país”, dijo el ministro de Ambiente, Lucky Medina, para agregar que “en los últimos 20 años, Olancho, la Mosquitia y las diferentes zonas de reserva de Honduras, ha visto desaparecer cerca del 50 % de sus ecosistemas por la codicia de este sistema de modelo de explotación y extractivismo que está destruyendo nuestros recursos naturales”.
El santuario de la biodiversidad y patrimonio cultural está bajo la sombra de amenazas inminentes. En estas tierras, especialmente en la reserva de Río Plátano, el jaguar, la guara roja, el tapir y el pecarí de labios blancos viven en libertad, y están siendo amenazados. Mientras más de 100,000 habitantes indígenas Miskitu, Tawahka, Pech y Garífunas no tienen la capacidad de custodiar estos territorios ancestrales.
Factor de riesgo
El especialista en cambio climático César Quintanilla, en entrevista con Proceso Digital, alertó sobre la inhalación continua de contaminantes como el monóxido de carbono y el dióxido de carbono, ambos provenientes de vehículos e incendios forestales.
«El tema de las quemas agrícolas es crucial porque producen carbón negro, uno de los mayores contaminantes», explicó Quintanilla. Aunque el carbón negro permanece en la atmósfera solo por semanas, su impacto en la salud puede ser irreparable.
Además, la combinación de gases como el monóxido de carbono, óxidos nitrosos, metano, azufres y metales pesados “resulta en una mezcla tóxica que inhalamos diariamente”, lamentó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha instado de forma insistente a tomar medidas contra la contaminación del aire, que es el segundo factor de riesgo para las enfermedades no transmisibles.
En 2015, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución histórica sobre la calidad del aire y la salud, reconociendo la contaminación del aire como un factor de riesgo para enfermedades no transmisibles como la cardiopatía isquémica, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el asma y el cáncer, y el costo económico que conllevan.
La Organización Mundial de la Salud-OMS reconoce que la contaminación atmosférica es uno de los principales riesgos ambientales para la salud, pues es el mayor contribuyente ambiental a las muertes prematuras, al causar unos siete millones de ellas cada año.
Según el informe del State of Global Air de 2020, 500 mil recién nacidos mueren cada año a consecuencia de la contaminación ambiental, una quinta parte de todas las muertes de neonatos
Aumento de problemas cardiopulmonares
En las últimas semanas, el Hospital Cardiopulmonar El Tórax ha experimentado un incremento significativo en el número de pacientes mayores con problemas cardiopulmonares. La neumóloga Suyapa Sosa, atribuye este aumento a la presencia de una densa bruma que ha afectado a Tegucigalpa y otras ciudades.
La doctora Sosa destaca que las partículas finas y los aerosoles contaminantes están causando patologías tanto inmediatas como a largo plazo. «No toda la población está igual de expuesta», menciona, «pero los niños y las personas con enfermedades crónicas, como las cardíacas y respiratorias, son las más vulnerables». Los síntomas inmediatos incluyen dolor de cabeza, rinitis, conjuntivitis, tos y ronquera. Sin embargo, los pacientes con condiciones preexistentes, como el asma o la bronquitis, están sufriendo un aumento en las crisis de broncoespasmo.
La galena informó que, en las últimas dos semanas, ha habido un aumento de pacientes mayores de 60 años con enfermedades pulmonares como enfisema y bronquitis crónica, quienes, a pesar de seguir su tratamiento en casa, han llegado descompensados al hospital. «Esto tiene que ver con la parte del medio ambiente», subraya la doctora.
Además, la especialista en entrevista con Proceso Digital, mencionó que a largo plazo se espera un aumento en enfermedades como diabetes, enfermedades cerebrovasculares, cánceres y enfermedades neurodegenerativas.
Para mitigar los efectos de la contaminación, la Dra. Sosa recomienda varias medidas preventivas. «Es crucial mantenerse en interiores, cerrar ventanas y puertas para evitar la entrada de aire contaminado, y usar purificadores de aire si es posible».
También aconseja limitar la actividad física al aire libre y mantener los espacios interiores limpios. Los pacientes con enfermedades crónicas deben estar en constante monitoreo y buscar atención médica si presentan síntomas como cansancio, opresión torácica o silbidos en el pecho.
En cuanto al uso de mascarillas, Sosa advierte que las mascarillas quirúrgicas no son efectivas para filtrar las partículas PM 2.5. Se recomienda el uso de mascarillas KN95 o N95, que deben ser utilizadas correctamente para garantizar un buen sellado.
La doctora Sosa enfatizó la necesidad de un esfuerzo colectivo para abordar el problema de la contaminación. «Todos tenemos que comprometernos”. A corto plazo las medidas reactivas como el teletrabajo para reducir el tráfico y las emisiones de gases contaminantes, son adecuadas sin embargo hay que tomar acciones serias de cara al futuro con la implementación de políticas públicas que involucren a expertos de diversas áreas. «Esto ya es una acción colectiva de la sociedad y así se tiene que manejar», concluye.
Amenaza a la vida silvestre
Tal como ya se expuso la contaminación del aire tiene efectos devastadores, pero no solo en la salud humana, sino también en la vida silvestre. La bióloga Rosario Acosta ha alertado sobre los daños significativos que esta polución está causando en diversas especies animales, incluyendo mamíferos, aves y reptiles.
«La contaminación del aire afecta las vías respiratorias de mamíferos, aves y grandes especies como felinos y tapires», explica la bióloga Acosta.
Animales más pequeños, esenciales para la reforestación, también se ven gravemente afectados. Estos animales, conocidos por su papel en la restauración del bosque, pueden sufrir daños en la piel y en los ojos debido a la contaminación, además de otras consecuencias a largo plazo.
Esta crisis de contaminación no es la primera, pero según Acosta, «es la primera vez que se tiene algo tan severo a nivel nacional, con una visibilidad tan baja y afectaciones irreversibles para la fauna silvestre». Señala que se necesitarán recursos significativos para monitorear y evaluar científicamente la gravedad de la situación y sus consecuencias a largo plazo.
Desafíos adicionales para la fauna
Los incendios forestales y la deforestación ya habían colocado a muchas especies en una situación crítica. «Los animales que sobreviven a incendios y deforestación ahora enfrentan niveles peligrosos de humo, lo que aumenta su vulnerabilidad», esto afecta especialmente a las aves y los mamíferos, que son muy sensibles a los cambios climáticos y las condiciones ambientales extremas, comentó.
Otro de los desafíos para las especies con la contaminación, incendios forestales y olas de calor es la migración por la pérdida de su hábitat. La deposición de contaminantes puede alterar los hábitats naturales, afectando la disponibilidad de alimentos y refugios para muchas especies.
La degradación de los hábitats naturales por incendios y deforestación ha provocado migraciones forzadas en las especies. «Se ha observado que los animales huyen de las zonas quemadas, moviéndose a lugares donde normalmente no se encontrarían», explicó la especialista. Sin embargo, no existen registros detallados del impacto en las especies animales, ya que no hay estudios forenses después de los incendios forestales, lamentó.
En ese sentido, los especialistas apuntan la necesidad de investigación y prevención, para ello se aboga por la creación de protocolos de investigación y monitoreo para evaluar el daño a la biodiversidad tras los incendios.
«Honduras necesita hacer una inversión importante en investigación y monitoreo de las especies afectadas por actividades antropogénicas», insistió. Asimismo, llama a la conciencia nacional para convertir a Honduras en un país preventivo en lugar de reactivo en cuestiones ambientales.
Impacto en la reproducción y supervivencia
La contaminación del aire también tiene un impacto significativo en la fertilidad y supervivencia de los animales. Acosta mencionó que «los animales están más centrados en la supervivencia, lo que descontrola la temporalidad de sus ciclos de apareamiento, especialmente en aquellos con problemas respiratorios».
Contaminación aérea también impacta la flora y fauna
En cuanto a las plantas el aire contaminado deja daños en las hojas, la exposición a contaminantes como el ozono troposférico puede causar necrosis en las hojas, reduciendo la fotosíntesis y el crecimiento de las plantas.
De igual forma las plantas se ven afectadas por la acidificación del suelo, es decir que la deposición de contaminantes ácidos (como el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno) puede acidificar el suelo, afectando la disponibilidad de nutrientes esenciales para las plantas. En forma general la contaminación del aire puede alterar la composición y la diversidad de los ecosistemas vegetales.
Otro punto que los especialistas marcan como importante en la afectación que causa el aire contaminado es por la bioacumulación de tóxicos, donde los contaminantes pueden entrar en la cadena alimentaria, acumulándose en los tejidos de los animales y causando efectos tóxicos a lo largo del tiempo.
Tanto diversos estudios científicos como especialistas médicos, en cambio climático y vida silvestre coinciden en que la contaminación del aire tiene efectos devastadores tanto a corto como a largo plazo en la salud humana y en la biodiversidad del planeta. Ante este contexto es crucial tomar medidas para reducir la emisión de contaminantes y proteger tanto la salud pública como el medio ambiente. LB
Consecuencias del aire contaminado en la salud humana
A corto plazo
– Problemas Respiratorios: La exposición a altos niveles de contaminación puede causar irritación en las vías respiratorias, tos, flema y dificultad para respirar.
– Exacerbación de enfermedades: Personas con asma o enfermedades respiratorias crónicas pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas. Hay un aumento en la incidencia de infecciones respiratorias agudas, como la bronquitis y neumonía.
– Irritación ocular y de la piel: La contaminación puede causar irritación en los ojos y la piel, generando reacciones alérgicas.
A largo plazo
– Enfermedades Cardiorrespiratorias: La exposición prolongada puede llevar al desarrollo de enfermedades crónicas como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y enfermedades cardiovasculares.
– Cáncer de Pulmón: Existe una relación bien documentada entre la exposición a contaminantes del aire, como el material particulado (PM2.5) y ciertos compuestos orgánicos volátiles, y un mayor riesgo de cáncer de pulmón.
– Daño neurológico: Los médicos refieren que hay algunos estudios recientes que sugieren que la contaminación del aire puede estar vinculada con el deterioro cognitivo y un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y Parkinson.