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La transición española: ¿Un ejemplo para las dictaduras?

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Miami, (EEUU) – Tras la muerte del dictador Francisco Franco en España, en 1975, la transición hacia la democracia duró, en forma audaz y pacífica, cinco años.

En América Latina, los países que sufren dictaduras podrían usar de referente la transición democrática española, a pesar de las grandes diferencias que existen.

En el continente americano persisten dos claras dictaduras izquierdistas: Cuba y Venezuela, con pocos visos de una transición hacia la democracia.

En la isla caribeña, el 25 de noviembre de 2016 murió el líder de la revolución cubana, comandante Fidel Castro, tras 49 años de mando, antes que se lo traspasara en vida a su hermano menor, el general Raúl Castro.

francofoto6Raúl y Fidel Castro.

En contraste con la muerte de Franco, hecho que desencadenó el cambio desde dentro del mismo sistema que él creó, en Cuba no ha pasado nada similar.

Raúl Castro se va a retirar, supuestamente, de la presidencia este 19 de abril, mientras persiste la incógnita de quien le va a reemplazar. Lo más probable que sea el primer vicepresidente, Miguel Díaz Cañete.

Díaz Cañete, nacido en 1960, podría dar una imagen más joven y moderna dentro de la gerontocracia cubana, donde aún predominan los viejos generales octogenarios de la revolución cubana.

francofoto5El comandante Fidel Castro y el entonces primer presidente del gobierno español Adolfo Suárez.

Pero Díaz Cañete es un claro producto de la revolución y un destacado burócrata del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Cuba tiene, como tenía España en tiempos de Franco, un congreso títere que decía sí a todo lo que le mandaba el gobierno para decidir. En Madrid, eran Las Cortes, y en La Habana, es la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Esta última, sin duda ratificaría a quien designe de dedo Raúl Castro, quien va a seguir controlando hasta que muera el Partido Comunista, el Ejército y el Complejo Militar Industrial Cubano, el GAESA.

francofoto1Juan Carlos jura como rey de España, dos días después de la muerte de Franco.

En Madrid, tras la muerte de Franco y tras atrincherarse los falangistas para evitar un cambio de régimen, el presidente de las Cortes, Torcuato Fernández-Miranda tuvo el coraje de permitir los tibios pasos legislativos hacia una democracia, a instancia del Rey Juan Carlos I y del Jefe de Gobierno, Adolfo Suárez.

En Cuba, no existe nada parecido a Fernández-Miranda ni mucho menos de Suárez o al Rey Juan Carlos I.

Suárez procedía del Movimiento Nacional, el único partido autorizado en España por muchas décadas, y tuvo las agallas de impulsar la transición hacia la democracia.

Y sobre todo, de legalizar al Partido Comunista de España, prohibido hasta ese momento, y verse en secreto con su líder Santiago Carrillo, que entró clandestinamente a España disfrazado con una peluca.

Yo viví en España, como periodista, los últimos diez años de la dictadura de Franco y me encargué de transmitir su muerte a los periódicos de América Latina, el 20 de noviembre de 1975, abonados a la agencia de noticias en la que trabajaba. 

franco1Francisco Franco, en su lecho de muerte.

Y en la madrugada siguiente, pude entrar al Palacio Real para ver el cuerpo sin vida del hombre que había gobernado España, con mano dura y represiva por 36 años. 

Fui también testigo de los cinco años que duró la transición hacia la democracia y el intento fallido de golpe de Estado a Suárez el 23 de febrero de 1981, por un despistado teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, a instancias de jefes militares ultraderechistas nostálgicos de los tiempos de Franco. 

En Cuba, es difícil pronosticar que pasará con el primer presidente de la isla que no lleve el apellido Castro en casi 60 años. 

Lo más probable es que sea “más de lo mismo”, con unas ligeras aperturas económicas, pero no políticas. 

Para eso, estarán vigilando desde la sombra, Raúl Castro y Ramiro Valdés Menéndez, este último ha venido controlando el aparato represor. 

Además, en España el partido único oficial tenía cierta influencia, que el PCC cubano no la tiene. 

franco2El Teniente Coronel Antonio Tejero asalta el congreso español. (Foto de Manuel Barriopedro-EFE-Premio a la mejor foto del año, World Press Photo 1981).

En Cuba, el verdadero poder lo tiene el ejército, tanto el militar como el económico, mientras que en España los militares, especialmente la vieja guardia, solo hacían “ruidos de sables” y participaban en los desfiles patrios. 

Falta por ver, aunque hay mucho pesimismo sobre esto, si en Cuba pueda surgir una transición similar, de la dictadura a la democracia. O convertirse en la Vietnam de América Latina, en el aspecto económico.

Este proceso, qué de suceder, sería acompañado por algunos exiliados cubanos bien entroncados en la economía global norteamericana, los hijos de la dinastía Castro y empresarios militares cubanos con cuentas en paraísos fiscales como Andorra, Suiza y Panamá.

franco5Miguel Díaz Cañete, el más joven entre viejas glorias de la revolución cubana. A su lado derecha, Raúl Castro. A la izquierda José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdez Menéndez. Detrás, el canciller Bruno Rodríguez. Foto: Prensa Latina

Es posible que para ese paso, se pida una impunidad para la familia Castro y sus millones acumulados.

Tras la muerte de Franco en España, sus familiares (viuda, hija y nietos) pudieron disfrutar de sus propiedades y millones. Las únicas fricciones son entre ellos mismos por las disputas sobre la herencia y títulos de nobleza, que, incompresiblemente, les concedió el rey Juan Carlos I.

No olvidemos que tanto Franco como Fidel Castro fueron hijos de gallegos. Nicolás Franco Salgado-Araujo era de El Ferrol y Ángel María Castro, de Lugo.

Y ambos padres estuvieron en Cuba luchando en 1898 contra los mambises que peleaban por la independencia de la isla y contra el dominio español.

El padre de Franco, como capitán de la Armada española y el de Fidel Castro, como soldadito raso de los “voluntarios” españoles.

francofoto8Miles de exiliados cubanos celebraron en Miami, Florida, la muerte de Fidel Castro.

A su lado derecha, Raúl Castro. A la izquierda José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdez Menéndez. Detrás, el canciller Bruno Rodríguez.

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