La subasta en Suiza de objetos del hijo del último rey de Italia recauda 270,000 euros

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Ginebra – La subasta a lo largo de esta semana de diversos objetos de Víctor Manuel de Saboya, hijo del último rey de Italia y destacada figura de la prensa del corazón europea, se saldó con una recaudación de 260,000 francos (269,000 euros), según anunció la firma encargada de la venta.

Las ventas, ligeramente superiores a lo previsto por la casa de subastas Genève Enchères, han sido calificadas de «gran éxito» por el cofundador de la firma, Olivier Fichot, citado en la web de la compañía.

«Fuer un gran honor subastar objetos de un origen tan prestigioso», indicó Fichot tras una venta que se inició el lunes 18 por internet y se completó el miércoles 20 y jueves 21 en sala.

La subasta incluía desde porcelanas del siglo XVIII pertenecientes a la real Casa de Saboya a objetos más modernos que adornaron la vivienda en el exilio suizo de Víctor Manuel y su esposa, la excampeona de esquí acuático Marina Doria, en su exclusiva casa de las afueras de Ginebra, que vendieron este año.

En la sección más contemporánea se vendieron objetos como un tapiz del prestigioso artista Alexander Calder, estatuas, motocicletas o muebles de estilo pop, que en su día decoraron la casa en la que los príncipes de Saboya acogieron a celebridades y celebraron actos benéficos.

Víctor Manuel de Saboya y Marina Doria continúan viviendo en Suiza, aunque trasladaron su residencia habitual a los Alpes, mientras que su hijo Manuel Filiberto, príncipe de Venecia, sigue dejándose ver por Ginebra pero alterna sus estancias en esta ciudad con temporadas en Mónaco, EEUU e Italia.

Víctor Manuel, de 86 años, es hijo del último monarca de la Casa de Saboya en Italia, Humberto II (aunque reinó apenas un mes en 1946), y nieto de Víctor Manuel III, quien amparó durante su reinado (1900-1946) el ascenso de Benito Mussolini al poder.

Tras la guerra, los italianos optaron en un referéndum celebrado en 1946 establecer una república, y los herederos varones de la dinastía acabaron en el exilio hasta que en 2002 el Parlamento italiano permitió su regreso al país. EFE

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