Ahora resulta que la selección de España es mediocre. Pero hace apenas dos semanas, luego de la goleada a la “poderosa” Costa Rica, los medios deportivos, encabezados por Marca, no hallaban “dónde poner el dulce” de la emoción.
Para entonces, Luis Enrique, el arrogante DT de La Roja, era un genio; y sus jugadores dejaron de ser hombres de carne y hueso para convertirse en jets.
Después de la masacre a los ticos —pesar por Keylor—, los medios españoles comenzaron a guisar la liebre antes de cazarla, y colocaban a su equipo a la par de Francia, Brasil y Argentina, y Pedri era igual o mejor que Iniesta; Busquets, de repente, ya no tenía 34 años, sino que parecía un cipote de diecisiete años (ojo, que en España cipote es otra cosa); y Gavi, uffff, un híbrido de Gatusso, Deschamps, Patrick Vieira y Kanté.
Ya no se midieron la mano y “ganaron” su segundo mundial en las portadas de sus diarios y en los foros de TV.
Nadie quiso reprocharle a Luis Enrique sus pecados capitales, entre ellos, colocar a Rodri de defensa central y no como escudo en la mediacancha; apostar a la nostalgia de un tiki taka sin sentido en el que hubo exceso de toques de balón y pocos goles (con excepción de ese 7 a 0); la decisión de prescindir de un 9 de área, un “killer”, un “bomber”…
A eso sumó hoy el disparate de ubicar a Marcos Llorente como lateral derecho ante Marruecos, a pesar de que contaba con Carvajal.
Y se murió con su capricho de dejar a Busquets en todo el partido.
Es irónico. El 23 de noviembre, la prensa española aseguraba que “España encontró un oasis en el Mundial”, y, ahora sí, que se agarre el mundo, porque Luis Enrique es un loco bello y sus muchachos son descarados, atrevidos, rebeldes…
Hoy, ya no hay nada de eso y los medios españoles se despachan con palabras como “fiasco”, “fracaso”, “decepción”, “mediocridad”.
Así, con el chasquido de dedo, cambian las cosas.
Hasta el gurú de las estadísticas, Mr. Chip, con los números en la mano dijo, en la previa: “España 70; Marruecos 30. Y os digo más: España en cuartos de final…”.
¿En cuartos de final?
Vas demasiado rápido, muchacho. ¿Ya le ganaste a Marruecos?
Las estadísticas son bonitas, por supuesto, pero es un error amarrar de antemano los resultados.
¿Cuál era la probabilidad de que Uruguay se coronara campeón ante Brasil en el propio Maracaná en 1950?
¿O que los toscos alemanas iban a derrotar al bellísimo y efectivo ballet húngaro de Puskas en Suiza 54?
En 1958, Mr. Chip habría dicho “es imposible que un muchachito de 17 años meta tres goles en la semifinal y dos en la gran final”.
¿Muy viejos los ejemplos?
Ok.
En 1974, Mr. Chip hubiera dicho: “estoy convencido que la Naranja Mecánica de Cruyff, Rep, Neeskenes, Haan, Krol y Rensenbrink hará pedazos a Alemania en la gran final”.
Y un rato después… ¡Beckenbauer levantaría la copa!
Con Mr. Chip, Maradona no hubiera metido el segundo gol a los ingleses. Pensándolo bien, tampoco el primero.
No hay estadísticas ni soberbia que valgan a estas alturas.
Adiós, España. Gracias, Marruecos, por hacer añicos todos los pronósticos que ya te daban por eliminada. PD