Tegucigalpa/ Navarra (Especial Proceso Digital) – Se declara defensor de la autorregulación en el periodismo. Considera que el futuro cercano coloca a los periodistas frente a los desafíos de la Inteligencia Artificial (IA), a la que deben ajustarse como una compañera útil, que les agilice el trabajo y que sea el complemento perfecto para agregar elementos útiles, pero, que nos les toque la esencia de la profesión. Él mira con preocupación las dificultades que atraviesa la libertad de prensa en Centroamérica y en el resto de la región y considera que la reputación de un medio vale más que los “clic” cuando son engañosos o sensacionalistas.
– Considera que los medios digitales son espacios de libertad y salvaguarda a la libertad de expresión.
– “Soy un firme defensor de la autorregulación, de que sean los propios periodistas y los medios los que articulen criterios éticos para fortalecer el trabajo periodístico y que no sea ninguna organización o ente externo o de afuera el que desee controlar el trabajo de los periodistas”, dijo el académico español.
Es Ramón Salaverría, un investigador en medios digitales desde la última década del siglo pasado, catedrático de periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra en Pamplona, España. Sus proyectos en el campo de la comunicación son múltiples y en general sus publicaciones, investigaciones y colaboraciones académicas representan una enorme contribución para los medios y sus tendencias en un siglo XXI, tanto en las Américas como en Europa.
Ramón Salaverría es un activo analista de las tendencias editoriales de los medios y ese estudio le permite señalar que el periodismo digital ha abierto un campo de libertad en la medida que ha generado mayor diversidad de medios en las diferentes regiones del mundo.
La reputación, dice, es la ventana para construir un periodismo de calidad a largo plazo y más adelante agrega que “es por eso que necesitamos flexibilidad con las tecnologías y firmeza con los valores”.
Respecto al cuestionamiento sobre la vida del papel o medios impresos, Salavarría recuerda que para el periodismo la clave y lo importante no es el soporte sino la calidad del contenido.
Proceso Digital entabló con el profesor Salaverría una conversación gustosa sobre el periodismo, sus tendencias, preocupaciones y desafíos y entre otras cosas él se proclamó como “un firme defensor de la autorregulación, de que sean los propios periodistas y los medios los que articulen criterios éticos para fortalecer el trabajo periodístico y que no sea ninguna organización o ente externo o de afuera el que desee controlar el trabajo de los periodistas”.
Igualmente, este académico tiene claro que el perfil de los periodistas va a transformarse frente a la IA y que se van a apoyar en las máquinas para producir mayor volumen de contenido, pero a la vez, gracias a esas tecnologías van a poderse dedicar más a hacer coberturas informativas originales y más apropiadas para el público de sus medios.
Desde el otro lado del océano (Atlántico), en su academia, el profesor Salavarría contestó las inquietudes que Proceso Digital le formuló:
Ramón Salaverría (RS) / Como analista de las tendencias digitales en la comunicación, ¿cómo ve los pasos del periodismo digital en esta región del continente?
Proceso Digital (PD)/ Al igual que en otros territorios del mundo, el periodismo está en proceso de transformación profunda en América Latina, hay un cambio tecnológico que está produciendo una adaptación de los medios y de los propios periodistas a las tecnologías digitales, aunque en gran medida podríamos decir que ese proceso se está completando.
Hace algunos años, a principios de este siglo, incluso en el año 2010 se estaba en un proceso de adaptación, pero en estos momentos la propia audiencia en gran medida es plenamente digital en las formas que accede al contenido y los periodistas que, también se van rejuveneciendo, porque el tiempo pasa para todos, pues entienden las tecnologías digitales como algo esencial.
Junto con eso, el periodismo digital en América Latina en su conjunto, pero, particularmente en algunos países, se ve en algunas circunstancias difíciles desde el punto de vista político, de la delincuencia, hay múltiples presiones que hacen que el trabajo de los periodistas en algunos países, particularmente, no sea nada sencillo y en ese sentido el periodismo digital ha abierto un campo de libertad en la medida que ha generado mayor diversidad de medios y unas posibilidades de contar la información más apegadas a la calle.
PD / Justamente esa reflexión que hace de los riesgos del periodismo en América Latina, y básicamente me podría referir a la región centroamericana, México y especialmente Honduras, en los últimos años hemos tenido cerca de un centenar de periodistas asesinados, la mayoría de esos crímenes están en la impunidad, muchos de ellos ligados a medios digitales, hay mecanismos oficiales para protección de periodistas, pero son débiles y la impunidad persiste en estos países – ¿Qué sugerencia o que herramienta podría compartir con la prensa latinoamericana, particularmente con la del Triángulo Norte de Centroamérica?
RS/ Múltiples organizaciones internacionales, la propia Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), vienen denunciando desde hace largo tiempo, las presiones y la violencia que se ejerce ante todo tipo de periodistas, y también ante los periodistas que trabajan en los medios digitales, a veces no son ni periodistas, pero comparten opinión, reflexión en las redes y por encontrarse frente a distintas organizaciones o personas que desean acallar esas voces, son objeto de presiones y en otros casos de ataques que acaban con sus vidas.
Esto es de sobra conocido y efectivamente, en Centroamérica en particular, es donde hay mayor presión que en el resto del mundo, ante esto analizaría los medios digitales como un espacio de libertad, algunos de los medios que han sido objeto de presiones en Centroamérica han visto sus redacciones asaltadas y sus infraestructuras dañadas; en Venezuela los han privado hasta el propio papel para poder publicar periódicos, cuando ese tipo de presiones se dan el ámbito digital permite una gran versatilidad porque una de sus grandes virtudes es la facilidad de difusión del contenido.
Frente a eso, hay que instar a los periodistas a un trabajo dentro de lo que cabe, lo más seguro que se permita, guardar el anonimato de las fuentes, conservar el secreto profesional porque la libertad de prensa se puede ver seriamente dañada.
PD/ Otro riesgo es que también existen leyes que hasta dan paso a la intromisión en los medios de comunicación en varias naciones de la región…
R/Sí hay medidas, incluso denuncias internacionales, denuncias de organizaciones no gubernamentales que están reclamando por presiones que atentan de hecho contra un derecho fundamental de cualquier ser humano que es el derecho a la información y es el derecho a expresar la opinión.
PD / Vivimos en una época disruptiva, tiempos de transformación, la multimedia, la IA y las novedosas herramientas digitales que surgen ¿Son eso, herramientas para el periodismo o son periodismo?
RS / Los medios son medios que se utilizan para hacer el periodismo, son medios instrumentales como su propio nombre indica y no hay que entenderlos como un fin, yo suelo decir que la expresión periodismo digital, el digital es el adjetivo y periodismo es el sustantivo y la gramática nos enseña que es el adjetivo el que suplementa al sustantivo y no a la inversa.
Por tanto, todo periodista debería recordar que el hecho de trabajar con las herramientas digitales sólo es un complemento, es un adjetivo a lo fundamental que es en este caso es trabajar con claridad la información, buscar el contenido actual y relevante al público y difundirlo con estándares de calidad.
PD / En ese sentido, cuál es la apuesta, la reputación, por un lado, pero también tenemos la turbulencia de las redes sociales, el periodismo de clic, la premura muchas veces que hace caer a algunos medios de comunicación en la no verificación, ¿Cómo lidiar con esa vorágine?
RS / Creo que buena parte de los medios viven y han vivido en los últimos años en una situación de desorientación y en una especie de competencia alocada por multiplicar el tráfico a toda costa e incluso, si eso pasa por degradar la realidad del contenido, no verificar la información. Compartir informaciones que no tienen ningún tipo de relevancia social y cuyo único foco puede ser su espectacularidad o sensacionalismo y que sólo le interesa el clic que quizás otra cosa, creo que esto ha hecho perder un poco la reputación, no ya de algunos medios, sino que del periodismo como profesión, creo que el reconocimiento social de la profesión periodística se ha visto dañada por estas prácticas que nos han demostrado que son pan para hoy y hambre para mañana, porque hoy te pueden incrementar un porcentaje de las visitas, pero a largo plazo está causando un gran perjuicio sobre su reputación.
Y es esto a la larga lo que realmente deben de cuidar los medios, y es por este motivo que algunos investigadores nos hemos aliado en un proyecto que pretende precisamente medir la reputación y no las audiencias de los medios o el número de seguidores que tienen en las redes sociales y que está muy bien y conveniente saberlo, pero pensamos no es el elemento que puede contribuir a construir un periodismo de calidad a un largo plazo.
PD / ¿Los valores que caracterizan al periodismo en este momento, en pleno siglo XXI, son los mismos que los del siglo XX?, por decir algo…
RS / Hay que distinguir los valores de las destrezas, creo que hay unos valores que son absolutamente permanentes, en cambio las destrezas profesionales son las que van evolucionado, el problema lo tenemos cuando hay periodistas que son inflexibles con las tecnologías y en cambio enormemente volubles con sus valores. Tendría que ser exactamente a la inversa, periodistas firmes, con una serie de valores éticos, profesionales y en cambio adaptables a las tecnologías que van llegando y las que llegarán porque en los últimos tiempos lo que nos ha demostrado la tecnología para producir y difundir los contenidos periodísticos evoluciona con enorme rapidez.
Es por eso que necesitamos flexibilidad con las tecnologías y firmeza con los valores.
PD / Los medios tradicionales de alguna manera han tenido que irse transformando para adaptarse al mundo digital ¿Esto será algo que les alargue la vida temporalmente o se quedarán para siempre?
RS/ Los medios tradicionales, la prensa, la radio, la televisión, las propias agencias han experimentado un proceso de transformación y más que un proceso de transformación yo diría una sesión de liderazgo, porque en la primera mitad del siglo XX, los medios hegemónicos fueron la prensa, la radio, en la segunda mitad de ese mismo siglo el medio principal fue la televisión por términos de audiencia e impacto social.
Ya en este siglo XXI lo que tenemos es que los medios digitales acumulan y atraen la mayor parte de la audiencia y en algunos países particularmente los occidentales, se han convertido no solamente en los medios que atraen un volumen de público, sino también los que vertebran la mayor parte del negocio, porque el negocio vinculado al trabajo periodístico, a la venta de contenidos, a la difusión de publicidad también han experimentado una transformación importante, de modo a que, si todavía queda un editor de prensa, director de un canal de radio o televisión que piensa que puede dar la espalda a toda la transformación digital de la que estamos siendo testigos, puedo garantizar que, ese en concreto, tiene los días contados.
PD / En ese contexto, ¿el papel, para dónde va?
RS / El futuro del papel hasta cierto punto es poco relevante desde el punto de vista periodístico, desde que investigo en el ámbito de los medios digitales a comienzos de los años 90, ya va para los 30 años, he perdido la cuenta de las veces que me han preguntado cual es el futuro del papel y desde siempre he respondido lo mismo: – realmente importa poco porque lo importante de la información no es el soporte sino la calidad de la información que se transmite, en un tiempo la información de mayor calidad, sí tuvo un soporte como forma principal de difusión, pero ahora encontramos información de calidad, entendiendo la calidad como veracidad pero también atención de los asuntos informativos relevantes, información actualizada, lenguajes ricos desde el punto de vista gráfico, textual, multimedia, todo este tipo de ingredientes se están encontrando ya en los medios digitales, entonces preocuparse por cual sea el destino del papel tiene importancia porque es relevante para el negocio de ciertos medios, pero no es importante para el periodismo, para el periodismo la clave no es el soporte, sino la calidad del contenido.
PD / La autorregulación, ¿cuál es su opinión al respecto?
RS/ La característica del trabajo periodístico exige unos principios de libertad y la libertad del trabajo periodístico no puede verse coartada por una censura, por unos intereses ideológicos, estatales, económicos, empresariales, sean del sesgo que sean y desde ese punto de vista, entendiendo que los periodistas deben de rendir cuentas ante la sociedad y cuando cometen delitos y abusos, por supuesto que esos delitos y abusos deben ser perseguidos pero, yo soy un firme defensor de la autorregulación, de que sean los propios periodistas, los medios que articulen criterios éticos para fortalecer el trabajo periodístico y que no sea ninguna organización o ente externo o de afuera el que desee controlar el trabajo de los periodistas.
PD / ¿Cuál es el perfil del periodista del siglo XXI de cara al futuro de la IA?
RS / Suelen preguntar mucho sobre cuáles son las destrezas tecnológicas que debe de tener un periodista, para mí es un asunto secundario entre otras cosas porque la tecnología evolucionan con enorme rapidez, un periodista más que una persona que es capaz de hacer cosas, debe ser un profesional con un criterio para analizar la información, eso es lo verdaderamente importante, lo permanente de los buenos periodistas: su criterio, su capacidad de análisis, si esto se combina con una versatilidad a la hora de adaptarse a las cambiantes tecnologías, ahí tenemos a un periodista que tendrá largo recorrido, no se trata de aprenderse tal o cual tecnología o programa o aplicación de internet o dispositivo porque son fugaces, evolucionan con enorme rapidez y mirando a largo plazo lo que hace falta es tener un criterio y una capacidad de análisis que se aprende con lectura, con estudio y con un trabajo detenido.
PD / Las redes sociales en América Latina son muy consumidas y en la mayoría de los países son utilizadas más para ocio que para educación, u otras tendencias productivas ¿Cómo lidiar con las redes sin vulnerar la libertad de las personas, guardando el contexto de un periodista?
RS / Las redes sociales son un complemento del periodismo, pero no son su sustituto, tampoco es algo opuesto al periodismo, es una extensión, pero hay que entender cuáles son sus capacidades y sus límites, yo defiendo que los periodistas se hagan presentes en las redes sociales porque hoy en día buena parte de la materia prima informativa necesaria para poder hacer el trabajo periodístico está en las redes sociales, por lo tanto, darles la espalda a las redes sociales sería absurdo.
Ese material que circula por las redes no es periodismo debe de ser verificado, contrastado, contextualizar, adecuadamente explicado, por lo tanto, cuando se piensa que lo que circula por las redes sociales es un periodismo completo es no entender en qué consiste el periodismo. El periodismo es analizar la información, jerarquizarla y contarla después de haberla verificado, contarla de una manera clara e interesada al público y es ahí donde se puede producir la contribución de los periodistas.
PD / Uno de los últimos trabajos académicos en los que usted ha participado está vinculado con el primer ranking reputacional de medios de diferentes países del mundo ¿puede informarnos del asunto?
RS / El ranking estimado de medios digitales es como mencionaba antes, es un ranking que trata de analizar los medios digitales de acuerdo con su reputación digital, no es un ranking basado en número de lectores o en el número de clic, no es una cuestión de audiencia, tampoco es un ranking de popularidad en redes sociales, ese tipo de parámetros quedan al margen, lo que se mide es el reconocimiento de un sitio periodístico por parte de otros sitios web, es de hecho el procedimiento que hace Google para jerarquizar las distintas páginas web.
Cuando una página recibe muchos enlaces por parte de otras páginas, esa página se reconoce como una página de gran prestigio, es el reconocimiento que está recibiendo y que hace que otras páginas apunten hacia ella porque le reconocen el contenido de calidad y por eso recomiendan los enlaces para conectarse con ese contenido.
Siguiendo esa misma lógica, la aplicamos exclusivamente a los medios digitales y de momento en esta primera oleada tenemos cerca de cinco mil, en 200 países y lo que queremos hacer es analizar cuál es la reputación de los medios digitales en la escala global, lo hacemos para todo el mundo y también para cada uno de los países, en el caso de Honduras analizamos una veintena de medios y puede compararse cuales son los medios que tienen mejor reputación digital.
PD / ¿Cuál es el futuro del periodismo digital y su incidencia?
RS / Vengo acompañando la evolución del periodismo digital desde los años 90, por tanto, tengo una cierta visión, cierta trayectoria que me permite distinguir la espuma pasajera de los cambios profundos y permanentes, hay algunos cambios que llegaron para quedarse; por ejemplo, la participación, el hecho de que los medios ya no son unidireccionales que no se limitan a contar la información, sino que deben aprender a escuchar a su público e interactuar con él. Otra de las transformaciones son los dispositivos de acceso a la información, al principio el acceso de las redes era a través de computadoras y ahora el consumo es a través de dispositivos móviles.
¿Cuáles serán los cambios principales que se avecinan en esta tercera década?, pues creo que es la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA), tecnologías que van a completar el trabajo humano de los periodistas, con recursos automatizados que permitirán elaborar contenidos textuales, audiovisuales, gráficos, sonoros, multimedia de manera automática. – ¿significa esto que el papel de los periodistas va a desaparecer?, – creo que no, lo que pienso es que el perfil de los periodistas va a transformarse, van a ser periodistas que se van apoyar en las máquinas para producir mayor volumen de contenido, pero al mismo tiempo, el tiempo se les va a liberar gracias a esas tecnologías y lo van a poder dedicar hacer coberturas informativas más originales y más apropiadas para el público de sus medios. (PD)