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La Rehef advierte que Honduras atraviesa la ruta de disminución en las inversiones y adquiere más deuda

Tegucigalpa – Mientras el país enfrenta altos niveles de pobreza, desempleo y una frágil institucionalidad, el Congreso Nacional aprobó recientemente tres nuevos préstamos con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) por un total de 190 millones de dólares, unos cinco mil millones de lempiras.

Esta decisión ha generado fuertes reacciones en sectores sociales y económicos, especialmente desde la Red Hondureña de Educación Financiera (Rehef), que cuestionó si es necesario seguir endeudando el país sin garantizar un retorno en inversión y desarrollo.

Aunque los préstamos están destinados a financiar proyectos con aparente potencial de impacto social, como la igualdad de género, la inclusión social y la reactivación del sector cafetalero, el debate de fondo va más allá de los fines: ¿es sostenible seguir endeudando a un país tan pobre como Honduras, sin garantizar un retorno en inversión real y desarrollo sostenible?

La Rehef cuestionó la lógica que ha venido marcando la política financiera del país en los últimos años: una dependencia creciente del endeudamiento externo, sin una estructura clara que garantice resultados concretos en la mejora de la calidad de vida de la población.

“El problema no es solo cuánto se pide prestado, sino cuánto de eso realmente se convierte en inversión productiva. Honduras está en una ruta peligrosa de más deuda y menos inversión efectiva”, advirtió en un comunicado.

Aunque los montos y los propósitos parecen adecuados en papel, la ejecución es la gran deuda pendiente del Estado hondureño.

Según Rehef, muchos de los fondos aprobados en el pasado han sido mal gestionados o desviados, sin rendición de cuentas clara y sin impacto visible.

“Lo que se necesita no son solo préstamos, sino una visión de desarrollo coherente, con capacidad de ejecución, transparencia y resultados”, señala el comunicado.

El gobierno ha defendido los préstamos argumentando que estos recursos son clave para dinamizar la economía y reducir brechas sociales, especialmente en un contexto de alta desigualdad y limitaciones fiscales.

Sin embargo, voces críticas dentro del Congreso Nacional y fuera de él denuncian que sin reformas estructurales profundas, el endeudamiento solo amplía el déficit y posterga los verdaderos cambios que el país necesita. PD

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