Diez personas fueron masacradas el sábado pasado en un supermercado situado en el corazón de la comunidad negra de la ciudad de Búfalo. El atacante fue un joven de 18 años que se describe a sí mismo como supremacista blanco y que estaba armado con un rifle semiautomático Bushmaster del tipo AR-15 que había adquirido de manera legal. Su objetivo, según un manifiesto incoherente y lleno de odio de 180 páginas que publicó en las redes, era “matar a tantos negros como fuera posible”. De las trece víctimas —incluidas tres que resultaron heridas—, once eran afroestadounidenses. El asesino transmitió en vivo la masacre a través de la plataforma de emisión de videos Twitch. Si bien el sitio, que es propiedad de Amazon, eliminó el terrible video en cuestión de minutos, este se publicó de inmediato en otros sitios y millones de personas accedieron a él en otras plataformas de internet.
Para confrontar la violencia racista es necesario comprender la verdadera historia de Estados Unidos. Sin embargo, una minoría ruidosa del país pretende prohibir libros, en lugar de prohibir las armas, con la intención de suprimir la enseñanza del racismo sistémico profundamente arraigado en la sociedad.
El atacante de Búfalo adhiere a una teoría conspirativa conocida como “el gran reemplazo”. Esta teoría postula de manera errónea que la tradicionalmente mayoritaria población blanca estadounidense está siendo reemplazada por personas de color, inmigrantes, judíos y musulmanes, con la ayuda y la complicidad de una élite globalista de izquierda. Según esta teoría racista del reemplazo, esta nueva población vota conforme a los dictados de sus supuestos patrocinadores del Partido Demócrata.
El asesino, que actualmente se encuentra detenido, dirigió su animosidad contra estos supuestos ”reemplazantes”, en particular contra personas afroestadounidenses. El caótico manifiesto escrito por el joven atacante —que se inspira en gran medida en otro similar publicado por el asesino racista que en 2019 perpetró las masacres en las mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda— revela una profunda ignorancia de la historia de la raza y el racismo en Estados Unidos.
En conversación con Democracy Now!, Ibram X. Kendi, fundador y director del Centro de Investigación Antirracista de la Universidad de Boston, advirtió: “Es probable que esta crisis de terrorismo doméstico perpetrado por supremacistas blancos empeore aún más. Varios estudios han demostrado que la educación antirracista y los libros antirracistas funcionan como un mecanismo de defensa, especialmente para los jóvenes blancos que están expuestos a las teorías de la supremacía blanca. Aprender sobre la historia de la supremacía blanca ayuda a estos jóvenes a reconocerla mejor”.
Varios de los libros de Kendi han sido prohibidos o eliminados de los planes de estudio y las bibliotecas escolares, incluida la obra ganadora del Premio Nacional del Libro de Estados Unidos ”Marcados al nacer: la historia definitiva de las ideas racistas en Estados Unidos”. Durante las audiencias de confirmación de la jueza afroestadounidense Ketanji Brown Jackson a la Corte Suprema, el senador del estado de Texas Ted Cruz cuestionó — entre otros varios libros— la obra infantil de Kendi titulada “Bebé antirracista”, lo que provocó que esta terminara integrando la lista de los libros más vendidos.
El profesor Kendi continuó: “La educación antirracista, ante todo, enseña a los niños y niñas sobre la historia de la ideología de la supremacía blanca, sobre el papel que jugó esa ideología en la esclavitud racial, en el colonialismo de los colonos blancos, en [las leyes segregacionistas de la época de] Jim Crow. […] Les enseña sobre nuestra realidad racial, para que puedan ver que, aunque nos veamos diferentes, aunque tal vez hablemos de manera diferente, todos somos iguales, pero que la causa de que haya desigualdades se debe, de hecho, al racismo”.
Según se informa, el terrorista doméstico de este caso eligió la ciudad de Búfalo para cometer la masacre después de buscar códigos postales cercanos a su localidad natal de Conklin, en el estado de Nueva York, cuya población es mayoritariamente blanca. El atacante viajó durante varias horas rumbo al vecindario Kingsley de Búfalo y el lugar elegido para perpetrar la matanza: el supermercado Tops Friendly Market de la avenida Jefferson. ¿Por qué eligió ese supermercado? India Walton, excandidata a la alcaldía de Búfalo y responsable de estrategia de la organización progresista RootsAction, explicó a Democracy Now!:
“El 80% de la población de la zona este de Búfalo son personas de color, personas negras específicamente, y tienen una sola tienda adonde comprar alimentos. […] A esta situación la hemos denominado ‘apartheid alimentario’, porque es una decisión política. El hecho de que no haya comida en la zona este de Búfalo y no haya disponibilidad de estos servicios básicos es una elección política. Hay personas que optaron de manera deliberada por no prestar dichos servicios en esta comunidad. Durante mucho tiempo nos han dicho que tenemos suerte de contar con este supermercado Tops [Friendly Market] de [la avenida] Jefferson, porque ningún otro quiere instalarse en el vecindario”.
El asesino en masa de Búfalo también consideró objetivos adicionales, incluida una escuela y una iglesia. Según los chats en línea que se le atribuyen, el atacante temía que la escuela tuviera demasiadas medidas de seguridad. Afortunadamente, fue detenido en el supermercado.
En su entrevista con Democracy Now!, Ibram X. Kendi agregó: “Los defensores de la supremacía blanca sostienen que las personas de color son la fuente de su dolor. Muchos de estos jóvenes varones partidarios de la supremacía blanca están siendo adoctrinados con esas teorías y es así que terminan llevando a cabo tiroteos masivos. Si no tomamos alguna medida al respecto, esto se va a poner cada vez peor”.
Limitar el acceso a las armas de fuego, ampliar el acceso a la educación sobre el papel del racismo en nuestra sociedad y aprender —como lo sugiere el título del libro de Ibram Kendi— “cómo ser un antirracista” son pasos fundamentales para detener el horror del odio y sanar las heridas enquistadas durante tanto tiempo.