Tegucigalpa – La economista Liliana Castillo advirtió que la inversión extranjera directa (IED) en el país se ha mantenido estancada desde hace ocho años y que, en lugar de incrementarse, ha venido disminuyendo, a pesar de los generosos incentivos fiscales que se ofrecen.
“En este tema de la inversión extranjera hemos visto desde hace ocho años que se ha estancado la inversión extranjera directa. Antes representaba entre el 5 % y 6 % del Producto Interno Bruto (PIB), pero en los últimos años ha disminuido considerablemente, sobre todo a raíz de la pandemia del COVID-19”, explicó Castillo.
La economista detalló que en algunos años, la IED apenas alcanzó los 500 millones de dólares y que en 2024 la cifra llegó a 990 millones de dólares. Sin embargo, precisó que en 2024 “los 990 millones registrados corresponden únicamente a reinversión de utilidades, no a capital fresco”, lo cual es preocupante porque ese nuevo capital es el que usualmente genera más empleo.
Castillo llamó a analizar de forma seria por qué no se está atrayendo inversión extranjera nueva, pese a los incentivos fiscales que ofrece el país. “Aquí los beneficios fiscales representan alrededor del 6 % del PIB, mientras que en otros países de la región apenas alcanzan el 3.5 %, y aun así ellos reciben más inversión”, apuntó.
La especialista enfatizó que los inversionistas evalúan múltiples factores antes de decidir en qué país invertir, y uno de los más importantes es la confianza. “Hay que fortalecer la seguridad jurídica, la seguridad ciudadana y no crear más incertidumbre política, social y económica. Esa es la base para que venga inversión fresca”, concluyó. LB