Madrid – Las oleadas de inmigrantes africanos por el mar Mediterráneo están provocando serios problemas en los países de Europa del Sur, que no saben cómo atajarla o responder a esta crisis humanitaria.
El buque “Aquarius” navegaba hacia el puerto de Valencia (España) con 629 africanos en condiciones malas después que Italia haya cerrado sus puertos a unos inmigrantes que el nuevo gobierno italiano los ha declarado como ”indeseables”.
Los inmigrantes africanos habían salido en pateras y embarcaciones pequeñas desde las costas libias hacia Italia y corrían peligro de naufragar, como muchos otros centenares que se ha ahogado a mitad del trayecto.
Fueron rescatados por organizaciones de voluntarios (ONG) que se dedican a avistar embarcaciones de inmigrantes con problemas de navegación cerca de las costas libias.
Ante la negativa de Italia y el silencio cómplice del resto de Europa, España se ofreció a acogerlos, en una decisión personal del socialista Pedro Sánchez, el nuevo presidente del gobierno español.
En Valencia ya están preparados para acoger a estos inmigrantes, que posiblemente lleguen este viernes o el sábado. Serán distribuidos algunos en otras ciudades españolas que se han ofrecido, como Madrid, Barcelona y Bilbao.
El gesto de Sánchez ha sido elogiado ampliamente en España y Europa, pero criticado por la oposición del Partido Popular (PP) que la ha tildado de “pura demagogia” electoralista.
El PP acaba de salir del poder tras una moción de censura contra Mariano Rajoy, como presidente del gobierno español, presentada por Sánchez, quien asumió el cargo.
El PP alega también que la decisión de Sánchez puede provocar un “efecto llamada”, para que las mafias en Libia, que controlan estos viajes marítimos, enfoquen ahora sus objetivos en España, en vez de Italia.
Si esto sucede, los puertos españoles se verían inundados de centenares de inmigrantes africanos, y el gobierno socialista se vería en serios apuros políticos.
La oposición no se cansa de pregonar también que la masiva llegada de estos inmigrantes africanos va a saturar el sistema de seguridad social española, que ya está en bancarrota de todas maneras.
Entre los 629 africanos (en su mayoría de Nigeria y Malí) se encuentran 123 menores y siete mujeres embarazadas.
En un último gesto de arrepentimiento, el gobierno italiano ha enviado dos buques miliares para escoltar al “Aquarius” a Valencia y llevarles alimentos, bebidas y medicinas.
Y para aliviar el hacinamiento, los buques italianos van a permitir el traspaso de unos 300 inmigrantes a sus unidades, siempre y cuando puedan desembarcarlos en Valencia.
Hasta ahora, el resto de los países que forman parte de la Unión Europea se han lavado las manos de este serio problema de la masiva inmigración africana, que ha convertido al Mediterráneo en un cementerio marítimo.
Los países recipientes más afectados son Italia, Grecia, Malta y España, además de Turquía.
Si hay unanimidad de criterio de que el problema hay que atajarlo en origen, en los países africanos. Y sobre todo en Libia, para desmontar las mafias que trafican con vidas humanas que huyen de la pobreza en sus países.