Tegucigalpa – El analista político Lester Ramírez advirtió que el panorama en Honduras se está deteriorando rápidamente, y que las consecuencias de la actual crisis política podrían no verse hasta enero de 2026, cuando asuma un nuevo gobierno.
Según Ramírez, la inestabilidad y la incertidumbre actuales son más que una percepción, ya que se están viviendo «en carne propia» debido a la falta de rectificación por parte del gobierno.
«El país está experimentando una inestabilidad basada en una narrativa donde no se pretende corregir lo que ha sucedido. Mientras no haya una rectificación política, ética y moral, la población seguirá percibiendo que el gobierno ha perdido legitimidad y apoyo popular», comentó Ramírez.
También indicó que esta situación se mantendrá durante las campañas electorales primarias y generales, afectando la credibilidad del partido gobernante, Libertad y Refundación (Libre).
El analista destacó tres condiciones necesarias para estabilizar el país y garantizar la alternancia en el poder. Primero, separar a los involucrados en la trama de corrupción relacionada con el «narcovideo» que ha afectado al entorno de la presidenta Xiomara Castro. Segundo, reconsiderar la denuncia del Tratado de Extradición con Estados Unidos, que ha generado preocupación incluso dentro del propio partido Libre. Tercero, asegurar que las elecciones se celebren bajo observación nacional e internacional, garantizando transparencia y evitando la injerencia en el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Sobre el temor de un golpe de Estado, Ramírez fue claro en señalar que actualmente no existen condiciones para que ocurra uno. «En los últimos golpes de Estado en Honduras, las Fuerzas Armadas han tenido un papel clave, pero en este momento no tienen ninguna intención de realizarlo», afirmó. Sin embargo, advirtió sobre el riesgo de un autogolpe, como una medida desesperada del partido gobernante para evitar una derrota en las próximas elecciones, lo cual calificó que sería como un «suicidio político».
Finalmente, Lester Ramírez instó a la oposición en el Congreso Nacional a estar vigilante, pues considera que el poder en el Congreso aún está bajo la influencia del partido de gobierno y la familia de la presidenta. «Es crucial que los diputados y los partidos de oposición protejan la democracia en este momento crítico», concluyó. LB