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La extorsión tiene en lista a nuevos clientes: las grandes empresas

Tegucigalpa – El delito de la extorsión parece haber decidido extender sus operaciones hacia las grandes empresas, luego que en las últimas semanas varios carros repartidores de refrescos han sido quemados por estas estructuras criminales que diariamente cobran millones de lempiras, especialmente a la economía informal del país.
 

– El Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala) ha sido calificado como el epicentro mundial de la extorsión.
 
– Las autoridades de investigación tienen serias dificultades para detectar a estos grupos ilícitos que lavan cantidades millonarias de dinero cada año en Honduras.
 
– Policía pide hacer uso de la denuncia ciudadana para frenar las distintas modalidades en el cobro del mal llamado “impuesto de guerra”.
 
Cierta sorpresa y a la vez temor ha causado la quema de dos unidades repartidoras de productos de grandes empresas, en dos hechos distintos, en las últimas semanas. La investigación establece que estos sectores de la economía se niegan a pagar millonarias sumas de dinero a extorsionadores, quienes a cambio prometen dejarlos trabajar “tranquilamente”.
 
camion-quemadoEl extremo de estos hechos se produjo esta semana en el momento que varios malhechores salieron al paso de dos unidades repartidoras de refrescos y se las llevaron con rumbo desconocido, incluyendo a la tripulación, aunque horas después fueron dejados en libertad, pero un automotor fue incendiado como medida de intimidación.
 
Ambos hechos ocurrieron en la ciudad de San Pedro Sula, por lo que las autoridades del orden tratan de impedir que se sigan produciendo este tipo de ilícitos.
 
Semanas atrás, también había ocurrido que una unidad repartidora de refrescos había sido incendiada por facinerosos cuando hacía su ruta en una colonia sampedrana.
 
Cifras extraoficiales dan cuenta que en El Salvador se pagan al año unos 400 millones de dólares (ocho mil 400 millones de lempiras); en Honduras 200 millones de dólares (cuatro mil 200 millones de lempiras); y Guatemala con 61 millones de dólares (mil 280 millones de lempiras). 
 
Un dato que llama la atención es que de los 200 millones de dólares que se cobran por extorsión en Honduras, 54 millones van a manos de pandillas y es resto queda en grupos que se auto identifican como maras, aunque sólo usan el pánico que provoca el fenómeno de las pandillas para asustar a la gente y obligarla a pagar “el tributo”.
 
Las medidas tomadas por las autoridades hondureñas de encarcelar en forma masiva a miembros de pandillas, no ha sido una solución real, porque no se disminuyen las tasas de extorsión. Los malvivientes siguen operando desde las cárceles, según se colige de los reportes oficiales.
 
Operativos para dar con malhechores
 
Coronel-fusina-noroccidentaUn fuerte operativo policial se desplegó en las últimas horas en varias colonias de La Lima, Cortés, con el objetivo de desbaratar a las organizaciones criminales que habrían quemado una unidad de transporte esta semana en el norte del país.
 
El encargado de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) en el norte del país, coronel Román Reyes Gómez, explicó que realizaron acciones de saturación en varias colonias de La Lima, luego de diversas denuncias de pobladores de la zona.
 
Específicamente las acciones de seguridad tuvieron lugar en las colonias Jerusalén y La Planeta, donde operan varios grupos de pandillas.
 
“Tenemos información que aquí se esconden importantes cabecillas de pandillas”, agregó.
 
El oficial reconoció que la quema de vehículos repartidores obedece al incumplimiento en el pago del mal llamado “impuesto de guerra”, por lo que afirmó que “lo que le pedimos a la población es que denuncie a los que cometen estos hechos criminales”.
 
“Si a nosotros nos denunciaran con tiempo este tipo de extorsiones, actuaríamos y evitaríamos lo que ha sucedido en las últimas semanas”, puntualizó Reyes Gómez.
 
La extorsión golpea a toda Honduras
 
Migdonia-ayestasLa encargada del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, reflexionó que la extorsión es un problema que no sólo afecta a los pobladores de barrios y colonias en las que hay pequeños emprendedores que manejan pulperías y comercios, ya que el flagelo alcanza a medianos y grandes empresarios como transportistas, escuelas y hasta iglesias.
 
Sobre la quema de vehículos repartidores de refrescos como forma intimidatoria de las organizaciones criminales, Ayestas refirió que mientras no exista una respuesta contundente sobre los autores intelectuales de los que llevan a cabo este tipo de ilícitos, el mensaje que se envía es que no hay capacidad de investigación.
 
Abogó para que se desarrollen mayores procesos de investigación y de esa forma atacar este fenómeno que empieza (extorsión a grandes empresas) porque con el paso del tiempo es mucho más difícil controlar la problemática.
 
Ayestas puntualizó que “el problema de la inseguridad es que vende miedo en todos los niveles, si lo vemos específicamente en la extorsión, esta se cobra en los barrios más pobres hasta en las colonias más privilegiadas del país. Insisto que si no hay investigación criminal nunca se dará con los responsables aún y cuando la Fuerza Antiextorsión ha dado grandes resultados, pero vemos que el crimen los está rebasando”.
 
La extorsión está donde hay papel moneda
 
Arabesca-Sánchez1De su lado la criminóloga Arabesca Sánchez expuso que a los que se encargan del delito de la extorsión se sienten atraídos por tener flujo de efectivo inmediato, por eso hacen sus clientes preferidos a las ocupaciones que manejan papel moneda en forma diaria.
 
“Los mercados, pulperías, puestos de tortillas, polleras, entre otros, son negocios que sufren en carne propia la extorsión”, ejemplificó.
 
Mencionó que desde que la Policía arreció los operativos antiextorsión, los grupos criminales comenzaron a cambiar cualquier día de la semana y pasaban por los negocios a cobrar a cualquier hora el famoso impuesto de guerra.
 
Fue así que los extorsionadores diversificaron negocios para que cualquier día de la semana a cualquier horario igualmente sacarían cierta cantidad de dinero.
 
“Más veo que los extorsionadores se han mantenido en la economía informal y creo que en los únicos negocios que no han podido entrar son los establecimientos que se ubican en los centros comerciales”, explicó.
 
Lamentó que la extorsión provoca el cierre de establecimientos comerciales, que se traduce en condiciones de pobreza para el país.
 
“Imagínese como queda Honduras cuando por un lado el gobierno ofrece los famosos prestamitos al emprendurismo, mientras por otro lado cualquier cosa que ese pequeño emprendedor se establezca, igual comienza a ser víctima de extorsión.
 
Es así que mientras este fenómeno criminal no se controle, van a ser efectivas las medidas paliativas de las autoridades”, apuntó.
 
Sánchez exteriorizó que “no sé qué pasa con las unidades investigativas del país que todavía no logran establecer de donde fluyen esos capitales ilícitos anualmente, no se ha podido establecer quienes son los dueños de esas cuentas bancarias o cómo esos dineros son lavados. Las prácticas son iguales en Colombia, México, Guatemala, El Salvador y Honduras”.
 

Propuso al gobierno que el delito de la extorsión sea abordado de lo regional a lo interno. “Aquí el paliativo ha sido capturar a ese que hace el cobro, pero no se dan golpes duros a las estructuras que cobran extorsiones”, finalizó.

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