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La Escuela y los embarazos en adolescentes

Una señora adulta con un niño en la cintura y una niña de doce o catorce años de edad con un niño bajo sus brazos ha sido la imagen tradicional de la mujer y las niñas rurales y suburbanas. Ser mujer, indígena y rural y/o suburbana es enfrentar las mayores barreras de superación socioeconómica, incluyendo el acceso a servicios básicos como salud y educación.

La discusión entre el derecho a decidir sobre el inicio de la vida sexual y sus potenciales consecuencias siempre existirá. Sin embargo, existe una realidad que hay que enfrentar día a día, los embarazos en adolescentes evitan o reducen la posibilidad en una niña de educarse en condiciones satisfactorias.

La reivindicación es simple, las niñas deben estar en la escuela en los tiempos y las edades que coinciden con los niveles educativos propuestos. Cualquier modificación a esta condición, producida por un embarazo precoz, reconfigura su futuro inmediato y traspasa a las niñas a la población vulnerable y deprimida.

Está demostrado que entre menos interrupciones de días clases se acumulan, menor es el porcentaje de niñas embarazadas. Igual se puede evidenciar que entre más oferta educativa rural o suburbana se tenga, se reducen las opciones de niñas rurales embarazadas, convirtiendo a la escuela en una especie de refugio frente a la tradición cultural de la familiar de exponer a las menores a experiencias de adultas.

La Escuela como espacio de prevención a los embarazos en adolescentes tiene al menos dos desafíos importantes, primero la educación en salud sexual y reproductiva como herramienta de defensa y protección y segundo la apertura de más espacios y oferta educativa rural y sub urbana principalmente.

La educación en salud sexual y reproductiva como herramienta de prevención se hará en el espacio de las escuelas de madres y padres de familia que a partir de 2015 se abrirá para encontrar la escuela con la familia. Será la familia, junto a los docentes los primeros en abordar esta temática para después y de una forma consensuada poder trasladar la información a las niñas.

La educación de las familias es de igual importancia que la educación que sobre salud sexual reproductiva se dará también a los niños y adultos. La pregunta obligada es quién embaraza a la niña, la respuesta nos delimita los actores complementarios que también serán educados en prevención.

La mejora de cobertura educativa es una vía para la reducción de embarazos en adolescentes con impacto directo y visible. La ampliación de la escuela básica de seis a nueve grados está permitiendo que niñas que tradicionalmente abandonaban la escuela a los doce años de edad, se estén quedando hasta el noveno grado avanzando hasta los quince años de edad.

La Secretaría de Educación se suma a la iniciativa nacional de reducción de embarazos en adolescentes que lidera la Primera Dama de la Nación Ana García de Hernández, con un profundo convencimiento que desde espacio de prevención es posible que miles de niñas cada año tenga la oportunidad de ser niñas, de educarse, de crecer sanamente y gozar de sus derechos sin interrumpir sus sueños.

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