– De su lado, el gerente de la ENEE, Emil Hawit, sostuvo que esa empresa estatal es recuperable, al tiempo que señaló que actualmente se está tercerizando y no privatizando la institución.
Según el ex funcionario, a estas alturas, la situación de la ENEE se complica más y a medida que la tarifa vaya subiendo, los hurtos también van subiendo, porque la situación económica del país no es nada saludable, por lo que muchas personas buscan la forma de ahorrar dinero de la manera más fácil.
Señaló que para hurtar energía, esas personas también tienen la colaboración de algunos empleados de la empresa.
En ese sentido, dijo que el hurto más las perdidas técnicas, están acabando con la empresa y el querer privatizar la institución, no es la solución.
Agregó que enderezar la ENEE significa apretar la faja y meter a la cárcel a mucha gente de las altas esferas y advirtió que esto podría generar hasta una “guerra civil” en Honduras.
“El querer meter a la cárcel a la gente que está hurtando energía no alcanzarían las cárceles porque es algo horroroso”, señaló.
Recordó que la energía eléctrica es un producto que todo mundo consume y cuando se quiere aplicar la tarifa real o verdadera o empieza a apretar, trae cualquier cantidad de problemas.
Bendeck parafraseó un conocido pasaje bíblico que reza que “el que esté libre de pecado que lance la primera piedra; no creo que alguien que haya estado o que esté en la empresa estatal ha pecado”.
Indicó que funcionarios, políticos y sindicato “han pecado”, en la mala administración de la estatal eléctrica, a la que calificó como “una bomba de tiempo” que de no ponerle ojo y tratar de ir frenando lo que está ocurriendo, se puede tornar en un problema sumamente grave para el país.
Señaló que otro problema que se presenta en la empresa es el “enchambamiento político”, que no contribuye a mejorar sus finanzas.
Reveló que su salida de la empresa estatal “no fue porque le corté la energía a familias de la alta sociedad, sino porque un ex ministro del gobierno de Manuel Zelaya requería la firma de un contrato de 62 millones de dólares”, señaló el ex funcionario sin mencionar nombres.
Por su parte, el actual gerente de la ENEE, Emil Hawit, aseveró que la empresa es recuperable, aunque reconoció que ha sido mal administrada porque sólo ha sido subsistido con bonos del Estado.
El funcionario explicó que el 20 por ciento de las pérdidas son por hurto y reiteró que ahora se está tercerizando y no privatizando.
Las administraciones anteriores “no hicieron nada, nosotros hemos bajado las pérdidas y 575 empleados han salido de la empresa”, argumentó.
Justificó que los aumentos en la planilla se deben al contrato colectivo.
“Los que roban no son los más pobres” admitió el gerente de la ENEE al tiempo que confió en la recuperación de la crisis por la que atraviesa la estatal eléctrica, pero insistió que no será fácil.
