El mandatario hondureño entregará el poder el 27 de enero del próximo año con varios temas pendientes, y ciertos sectores que trabajan a favor de los migrantes consideran que no respondió a las expectativas.
La voluntad tal vez estuvo de parte del presidente Lobo, pero en el camino se presentaron circunstancias que impidieron que les cumpliera a los miles de hondureños que conforman la diáspora catracha en los diferentes países del mundo, pero en particular en los Estados Unidos.
La falta de empleo en el país y los altos índices de inseguridad obligan a los compatriotas a tomar sus maletas y aumentar cada año la cifra de ciudadanos que se lanzan en busca del llamado sueño americano.
Al consultar a las autoridades del Centro de Atención al Migrante Retornado (CAMR), nos encontramos que desde que Porfirio Lobo asumió la presidencia, la emigración y la deportación de hondureños ha venido como un tobogán: subiendo y bajando. Leer nota completa