Rechazan lo que la ciencia ha demostrado fuera de toda duda y prefieren aferrarse a leyendas mágicas sobre “la creación”.
Ponen la fe ciega – y fanática me permito agregar- sobre la razón y la evidencia.
Es muy difícil limpiar la mente del fanatismo y la superstición religiosa, es como un virus, implanado por familiares, sacerdotes, sacerdotisas, chamanes, brujos o pastores y, sobre todo, por la ignorancia.
Esas fantasías de dioses, santos milagrosos y vírgenes, cielo e infierno, ángeles de la guarda, serafines y querubines generalmente son enquistadas en la mente para siempre.
Todas están relacionadas con la necesidad que tienen algunos de que exista un ser superior que, además de creador, también es el último justiciero, el que premia y compensa una vida de sacrificios y dolor, que castiga al malo que logró escapar a la justicia terrenal y, sobre todo, el que nos ofrece la ilusión de la vida eterna.
Necesitan creer en dioses y magos y, por lo tanto, rechazan la ciencia como explicación válida para el fenómeno de la vida.
Se asocian en religiones adaptadas a su criterios y están dispuestos a pasar por alto todas las incongruencias de los “libros santos” en que están basadas esas religiones.
Por ejemplo, uno de esos libros religiosos dice que hay que tomar venganza ojo por ojo diente por diente. Es eso válido? El Talión está sobre las leyes de nuestra sociedad?
Se vale descartar todo lo malo, equivocado o salvaje que pueda decir ese libro (si, la Biblia) y sólo aceptar lo que consideran bueno y sagrado?
Pueden eliminarse selectivamente pasajes y sólo dejar lo que nos gusta? Algunos alegan que se trata del Antiguo Testamento, pero luego se quedan sin palabras cuando se les recuerda que también ahí están los diez mandamientos.
Vale entonces sólo una parte -la que nos gusta- y el resto no?
Si una parte de la Biblia está equivocada (Josué deteniendo al sol ) o si tiene cosas terribles como la orden de matar a sus hijos cuando desobedecen, todo el resto debe ser descartado.
Debería de ser así, nosotros eliminamos o cambiamos las leyes que se consideran injustas pero, se puede suprimir “la palabra de dios”, cuando recomienda el asesinato?
En el fondo de las cosas y crúdamente, de verdad es la palabra de dios, algún dios?
La Biblia, el Corán, el Talmud y otros “libros santos”, no pueden estar equivocados sólo en parte. Si tienen un error, tan sólo uno, nada de lo demás realmente puede tener origen “divino”.
No todos aquellos a los que se les inoculó desde niños el virus de alguna religión logran después reconocer y descartar esas fantasías y locuras cuando se enfrentan a la evidencia.
Siguen creyendo en fábulas cuyo origen es muy parecido al de San Nicolás o el Chupacabras.
Saben científicamente cómo “se hizo la luz”, pero prefieren seguir creyendo la versión de un gran mago.
La necesidad -por parte de algunos- de que exista esa clase de seres no los convierte en reales.
La ignorancia que dio origen a los mitos de Zeus, Amon Ra, Quetzalcoaltl, Odin o Buda debería desaparecer ante la apabulladora evidencia suministrada por la ciencia y tecnología modernas.
Ahora ya sabemos el origen de truenos y rayos; seguir creyendo que “desde el Olimpo son lanzados por Zeus cuando está enojado, es negar la razón y crear dioses a nuestra imagen y semejanza.