La CDU de Merkel opta por el centrista Laschet y evita el giro a la derecha

Berlín – La Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana defendió la vía centrista, con la elección como nuevo líder del primer ministro del «Land» de Renania del Norte-Westfalia Armin Laschet, y evitó entrar en la era «post Angela Merkel» con un giro derechista.

Laschet, representante del continuismo y apoyado por el popular ministro de Sanidad, Jens Spahn, se impuso en el congreso virtual del partido a su principal rival, el derechista Friedrich Merz, enemigo histórico de la canciller y favorito del mundo empresarial.

Ni Laschet ni Merz, como tampoco el tercer aspirante Norbert Röttgen -quien quedó fuera en la primera ronda de votaciones- están entre los políticos mejor valorados del país.

La siguiente batalla será la designación del candidato del bloque conservador a las generales del 26 de septiembre, las primeras desde 2005 sin el liderazgo de Merkel. Los nombres que se barajan -junto al nuevo líder- son el ministro Spahn y el líder de Baviera, Markus Söder, los dos políticos más populares del país tras Merkel.

La victoria de Laschet fue más ajustada de lo que indicaría su posición en el partido – ocupa una vicepresidencia y teóricamente le respalda la delegación del «Land» más poblado del país. En la primera ronda quedó algo por debajo de Merz, mientras que en la desempate obtuvo 521 votos, frente a los 466 de su rival.

Contra populismos y por el espíritu del equipo

Laschet se había dirigido a los delegados en un tono muy personal; recordó los orígenes mineros de su familia – lo que parecía marcar las diferencias respecto al multimillonario Merz – y alertó contra la polarización plasmada en Estados Unidos por el asalto al Capitolio de seguidores del presidente saliente Donald Trump.

También ahí había un mensaje contra Merz, quien hasta hace poco mostraba al menos «comprensión» hacia Trump. En su discurso ante los delegados, Merz descartó toda cooperación futura con la ultraderecha alemana. En la ronda de preguntas se distanció también de la corriente «Werte Union» -«Unión de Valores»-, cercana a la derecha radical.

Asimismo en esa ronda de preguntas telemáticas a los aspirantes hubo un mensaje de apoyo a Laschet por parte de Spahn, quien pidió el voto para el primer ministro renano. El día anterior, en su saludo virtual a los delegados, Merkel se pronunció por el «espíritu de equipo», lo que se interpretó como un apoyo al tándem centrista.

Congreso temático y algo robotizado

Los tres candidatos se habían presentado ante los 1,001 delegados -número simbólico, que en las votación queda algo por debajo de los mil- con discursos de unos 20 minutos de duración, a lo que siguió la primera votación telemática y luego la de desempate.

El formato telemático ha sido la fórmula de compromiso impuesta por las restricciones de la pandemia. Alemania entró en 2021 con máximas de contagios y víctimas mortales con o por la covid-19, pero no se podía postergar el congreso tras dos aplazamientos en 2020.

Sin aplausos, sin comentarios, sin corrillos ni declaraciones a los medios todo adoptó un aspecto de congreso robotizado, en un pabellón inmenso, a modo de plató desde el que los aspirantes pedían el voto a unos delegados físicamente ausentes.

La propia Merkel dirigió su mensaje inicial, el viernes, en formato virtual. Lo mismo hicieron los invitados internacionales, desde el canciller austríaco Sebastian Kurz al líder liberal polaco Donald Tusk o la del exilio bielorruso, Svetlana Tijanóvskaya.

La cuestión bávara y el ministro más expuesto

La elección del nuevo líder de la CDU era un paso inaplazable hacia la definición del candidato conservador a las generales «post Merkel», que se prevé en marzo. Al bávaro Söder se le atribuyen aspiraciones a luchar por la Cancillería -aunque sostiene que su puesto está en su «Land»-, lo mismo que al ministro Spahn.

Son dos apuestas arriesgadas. El último candidato a canciller de la CSU fue Edmund Stoiber, en 2002. Merkel, quien llevaba dos años en la presidencia de la CDU, le cedió entonces esa designación, presionada por varios hombres fuertes del partido.

Spahn es, a la vez, el ministro mejor valorado de Merkel, pero también el más expuesto: cualquier revés en la lucha contra la pandemia puede revertir en su contra.

¿Qué queda del liderazgo femenino?

Con la elección del nuevo presidente la CDU se cerraron veinte años de liderazgo femenino en la primera fuerza del país. Merkel la presidió de 2000 a 2018. Ahí tomó su riendas la entonces secretaria general y ahora ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer.

Ese intento de sucesión planificada se frustró hace un año, en medio de una fuerte crisis de liderazgo por parte de AKK -como se denomina a Kramp-Karrenbauer- que anunció su retirada como jefa el partido en cuanto se eligiera su sucesor.

La derrota de Merz -quien ya aspiró a la presidencia en 2018- es, de algún modo, una victoria para la «Frauen Union» -«Unión de Mujeres» de la CDU-, enemiga frontal de Merz, al que además de cercanías peligrosas por la derecha se atribuye misoginia.

Merkel reformó un partido que anteriormente habían forjado dos grandes patriarcas -Konrad Adenauer y Helmut Kohl-. El año pasado la cúpula aprobó una resolución por la que se marca el objetivo de alcanzar la paridad de género en el partido en 2025. (ag)

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