Tegucigalpa – El joven Kevin Solórzano, acusado de asesinar a un ex fiscal del Ministerio Público, fue sometido este día a una evaluación sicológica en la Dirección General de Medicina Forense (DGMF), y al salir de la misma expresó: “Estoy confiando en Dios”.
– “Yo siempre me voy a defender porque soy inocente y he hablado con la verdad”, dijo sin poder contener las lágrimas tras salir de Medicina Forense.
Una multitud de periodistas aguardaban por el joven universitario, quien tiene 118 días de guardar prisión como uno de los victimarios del ex fiscal Edwin Eguigurre, hecho ocurrido el pasado 11 de noviembre en la aldea El Chimbo en la periferia de Tegucigalpa.
Elegantemente vestido, con su corte tradicional de pelo y barba tupida, Kevin mostró angustia en su rostro, al tiempo que las lágrimas rodaban sus mejillas, momento que aprovechó su hermana, Melissa Solórzano, para darle un sentido beso y limpiar la humedad de su cara.
Al ser consultado sobre las causas por las que el Ministerio Público lo acusa de haber participado en el asesinato del ex fiscal Eguigure, el imputado respondió: “Pregúntenle ustedes a la justicia” y luego agregó que no ha recibido amenazas en la Penitenciaría Nacional de Támara.
“¿Es usted inocente?”, le preguntó un periodista. A lo que contestó: “Siempre”.
Kevin dijo no entender por qué se tomó la decisión de evaluarlo sicológicamente y denunció que sus abogados defensores no fueron informados de esto.
Otro comunicador interrogó: “¿Te sentís bien en la Penitenciaría?”, lo que provocó una sonrisa irónica del universitario acompañada de la respuesta: “Estaría mejor en mi casa, pero qué voy a hacer, estoy confiando en Dios”.
Ante la avalancha de preguntas, el imputado imploró: “Ya por favor ya…”, al tiempo que se fundía en un sentido abrazo con su progenitor.
