Tegucigalpa- En un amplio análisis sobre el panorama político-electoral, la socióloga Julieta Castellanos advirtió que los partidos políticos y el Consejo Nacional Electoral (CNE) enfrentan una serie de presiones, ataques y cuestionamientos que ponen en duda la integridad del proceso rumbo a las Elecciones Generales de noviembre de 2025.
Castellanos alertó que, aunque aún no se lanza oficialmente la convocatoria a elecciones, la contienda ya ha comenzado, marcada por crisis internas en los partidos tradicionales, el ascenso de fuerzas emergentes y una hostilidad sin precedentes contra el CNE, tanto desde el Ejecutivo como desde el Legislativo y el Ministerio Público.
Escenario de fragmentación y pérdida de caudal electoral
La socióloga, anotó que el Partido Nacional (PN) fue el que más votos obtuvo en las primarias de 2025, aunque perdió fuerza respecto a 2021 y enfrenta dificultades para conquistar votantes independientes. “Tiene el mayor voto duro, pero no es garantía de triunfo. Necesita más de 800 mil votos para alcanzar lo que logró la Alianza Libre-PSH-PINU en 2021”, explicó.
Por su parte, Libre —actual partido de gobierno— es el que más caudal electoral perdió. En las primarias, no logró ni de cerca los más de 1.7 millones de votos que obtuvo en 2021, muchos de ellos prestados por fuerzas independientes y aliadas. “Hoy Libre tiene su voto duro y clientelar, pero eso ya no es suficiente. El voto que necesita es el independiente, crítico, que rechaza el autoritarismo, la corrupción y el nepotismo”, analizó Castellanos.
En tanto, el Partido Liberal logró una leve recuperación, pero insuficiente. Aunque podría recuperar votantes que en 2021 apoyaron a Libre por el deseo de sacar al PN del poder, enfrenta divisiones internas que amenazan su cohesión. “Su conducción partidaria está fragmentada entre autoridades formales y fácticas, y su candidato es más afín a decisiones personalistas que colectivas”, señaló.
Emergentes a la ofensiva
Los partidos emergentes también jugarán un papel clave, especialmente al disputarse el voto independiente. Nelson Ávila, ahora candidato del PINU, le restará votos a Libre; Mario Rivera, postulado por el PDCH, podría afectar al PN; mientras que Sasan Fúnez de la Alianza Patriótica y Aníbal Cálix del PSH también fragmentan el espectro político tradicional. “El PSH podría mantener su cuarto lugar en el Congreso”, estimó Castellanos.
El CNE: entre el asedio político y el descrédito institucional
Pero el análisis más severo recayó sobre el Consejo Nacional Electoral. Castellanos denunció una campaña sistemática de ataques y presión contra el CNE, proveniente del Ejecutivo, el Congreso Nacional y el Ministerio Público. Desde acusaciones públicas de la presidenta Xiomara Castro contra la titular Cosette López, hasta la intervención intimidante del jefe del Estado Mayor Conjunto en plena sesión del órgano electoral, el CNE ha sido blanco de intromisiones que, según Castellanos, buscan subordinar el proceso electoral al poder político.
La aprobación tardía del presupuesto electoral, canalizado a través de la Partida Confidencial 449 de Casa Presidencial, refuerza esta subordinación, dijo la socióloga. “El CNE depende de la voluntad discrecional de Casa de Gobierno para recibir fondos, lo que compromete su independencia”, lamentó.
Por último, criticó al Ministerio Público por su sesgo investigativo, al centrarse en una sola parte de la cadena de responsabilidades del caótico proceso del 9 de marzo. “No se atreven a investigar al alto mando militar ni al sistema que realmente causó el desastre electoral”, afirmó.
En conclusión, la analista reiteró que, con esta estructura institucional y política, hablar de elecciones democráticas es una ficción, lo que estamos viendo es un proceso que busca legitimar el avance del autoritarismo, no garantizar la voluntad soberana del pueblo. “Las autocracias modernas no impiden elecciones; las manipulan a su conveniencia”, puntualizó. LB