Por Alberto García Marrder
Especial para Proceso Digital, La Tribuna y El País de Honduras
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a unas pocas semanas de dejar el cargo, ha cometido una torpeza que va a ensuciar su ya malogrado legado.
El indulto total que le ha dado a su hijo Hunter Biden, por casos de drogas, evasión de impuestos y turbios negocios tiene enfurecido a congresistas y senadores, principalmente de su propio partido Demócrata.
Estos lo acusan de faltar a su palabra de que nunca lo haría y de darle al presidente electo, Donald Trump, una buena excusa para conceder indultos y a perdonarse a sí mismo por juicios pendientes y condenas ya emitidas.
Pobre Joe Biden tiene ya la cara de un anciano a sus 82 años, esta vez ha actuado como un padre para salvar a su hijo descarriado, pero ha dejado un mal precedente como estadista y por el suelo a los demócratas, en mala situación ya tras la humillante derrota electoral de Kamala Harris.
La concesión de indultos es una potestad presidencial que se ejerce, generalmente en los últimos días en el cargo. Muchos con polémicas.
Gerald Ford indultó a Richard Nixon por su participación en el escándalo del Watergate, Bill Clinton a su hermanastro Roger por evasión de impuestos y Donald Trump al suegro de su hija Ivanka, Charles Krushner, que acaba de nombrarlo candidato a embajador en Francia.
Y ahora Joe Biden indulta a su hijo Hunter porque piensa que se ha politizado el asunto y que se le ha acusado simplemente por llevar el apellido Biden, para hacerle daño al presidente.
Y Biden está planeando ya una concesión masiva de indultos, según el “New York Times” , a funcionarios del Departamento de Justicia en prevención de los castigos que seguramente Donald Trump les impondrá como revancha por los juicios que le pusieron a él o a sus allegados.
¿Que legado deja Biden? Muy malo. Primero fue el retraso en decidir que no se iba a presentar a la reelección y el segundo, en elegir a su vicepresidenta, Kamala Harris, como candidata presidencial demócrata, que sufrió una humillante derrota ante Trump. Y ahora, los indultos para hundir al partido Demócrata a su peor momento, tanto en la Casa Blanca como en el Congreso y en las dos cámaras, donde ha perdido el control y… por muchos años, temo.
Los congresistas demócratas no le perdonan a Biden que les haya mentido y que por muchos años estuvo diciendo que nunca le concedería un indulto a su hijo y bajo esa premisa, la pregonaron en sus campañas locales.
Trump, por su parte, sigue mostrando un desprecio al proceso de transición pacífico que le ofrece Biden y desde Mar-a-Lago está actuando como si fuera ya el presidente. La prensa estadounidense no deja de recordar que hace cuatro años, la entonces Administración Trump no facilitó una buena transición y hasta ni reconoció la victoria de Biden, alegando un supuesto fraude electoral.
Y ahora, tras la rotunda victoria electoral de Trump, Biden se apresuró en llamarlo para felicitarlo. Son otros tiempos y las máquinas de votación son las mismas. Sólo los comportamientos políticos son distintos.