Miami, (EEUU) – Debo reconocer que tengo una envidia sana por la incansable actividad periodística de mi colega y amigo, el periodista hondureño Jacobo Goldstein, que a sus 81 años sigue trabajando sin pensamiento de jubilarse.
Jacobo dejó en el 2005 su trabajo de corresponsal en la Casa Blanca de la cadena CNN Radio En Español para venir a vivir a una ciudad del sureste de Florida para poder cuidar de su esposa Francis, enferma de Alzheimer.
Tras la muerte de su esposa mexicana, en el 2009, Jacobo se ha reinventado y ha vuelto a una actividad frenética de labor periodística.
“Nunca he dejado de trabajar debido a que me hubiera vuelto loco de haber quedado inactivo en una profesión que tanto adoro”, me dice Jacobo.
Se levanta a las cuatro y media de la madrugada en su apartamento, donde cuelgan cuadros pintados por su esposa, para enterarse de las últimas noticias por Internet.
A las seis de la mañana lo llama Radio Quito de Ecuador para una participación de diez minutos. A las 6.30 AM, Radio Actualidad, una emisora de Miami. A las 6.45 AM, Radio América de Tegucigalpa. A las 7.05 AM da cuatro notas para CNN Radio. A las 7.20 AM vuelve a llamarlo Radio América.
A las 7.30 AM lo llama el periodista dominicano Oscar Haza de la Z-92 de Miami, quien vuelve a llamarlo a las 8.30 AM. A las 1.30 PM hace 25 minutos con la radio Súper Estereo de México y tres veces por semana vuelve hacer 10 minutos con Radio América entre las 10 PM y las 11 PM.
También lo llaman emisoras de Argentina, Perú y Colombia, todas ellas afiliadas a la CNN Radio En Español, de las que cobra nada y lo hace, dice él, como una colaboración con una cadena que “siempre se portó de maravilla conmigo y le tengo enorme afecto”.
Jacobo calcula que desde 2005 habrá hecho más de 48,000 notas, comentarios y entrevistas radiofónicas para esa cadena.
En la tarde tiene que preparar su columna “Desde USA” para el diario hondureño “La Tribuna”, que acaba de cumplir 30 años, el pasado 8 de enero del 2017, de publicarse consecutivamente, todo un record en el periodismo latinoamericano.
Jacobo y yo somos los dos únicos periodistas hondureños que hemos entrado a la Oficina Oval de la Casa Blanca para entrevistar en forma exclusiva a un presidente norteamericano.
Yo lo hice en 1985 con Ronald Reagan durante 15 minutos y Jacobo lo hizo, en 1997, con Bill Clinton, por el mismo tiempo de duración.
Jacobo también lo hizo con el presidente George W. Bush, formando parte de un reducido grupo de periodistas.
Igual que él, yo también cubrí la Casa Blanca, como periodista de la agencia española de noticias EFE, pero nunca pude lograr que el portavoz de prensa me aceptara una pregunta, a pesar de levantar la mano con insistencia.
Sin embargo, Jacobo pudo hacer una pregunta a Reagan en una rueda de prensa y nada menos que 31 preguntas a Clinton durante sus ocho años de gobierno.
“En resumidas cuentas, llevo casi 52 años haciendo periodismo. Cubrí la Casa Blanca a tiempo completo de 1987 al 2005. Llevo 30 años consecutivos siendo miembro del Club Nacional de Prensa de Washington y transmití diariamente 25 años seguidos para la emisora HRN de Honduras y desde julio del 2005, lo hago diariamente para Radio América”.
Jacobo consigue tiempo libre para dar semanalmente desde 2005, charlas noticiosa a pacientes de Alzheimer en el Centro de Memoria y Bienestar de la Florida Atlantic University (FAU). Y cada dos semanas, hace lo mismo para otro centro de Alzheimer, llamado Arden Court.
Aclara que a la mayoría de los grupos a los que habla lo hace de forma gratuita, y que cuando pagan, se dona ese dinero al programa de arte del Memory and Wellness de la FAU, donde le enseñaron a pintar a su esposa, cuando ella padecía del Alzheimer.