Tegucigalpa – Tras mantener un bullicioso y mediático apoyo hacia el movimiento del expresidente Manuel Zelaya durante casi cuatro años, desde su salida del poder el 2009, la izquierda latinoamericana se ha llamado a un silencio desde el 24 de noviembre, cuando los electores hondureños confirmaron su lejanía a la propuesta del partido Libertad y Refundación (Libre), otorgando el derecho a gobernar por un segundo período consecutivo al partido Nacional y su candidato presidencial Juan Hernández.
– Tras arroparlo por cuatro años, la izquierda regional se llamó al silencio tras conocer los resultados desfavorables para su esposa Xiomara Castro.
– Reconocimiento de Daniel Ortega al triunfo de Hernández fue un jarrón de agua fría para la izquierda local.
El silencio latinoamericano equivale a un abandono a Manuel Zelaya, la figura política a la cual apostaron para transformar a Honduras en otra nación del bloque de países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), que vociferan por el socialismo del siglo XXI.
Zelaya, que ya decepcionó en su momento al ahora desaparecido mandatario venezolano Hugo Chávez cuando intentó que regresara a Honduras tras su salida abrupta del poder, había logrado retener la opción del bloque izquierdista latinoamericano, especialmente de los gobiernos sudamericanos, esperanzados que sus anuncios de una adhesión superior al 50 por ciento de los hondureños le permitirían regresar al poder en Tegucigalpa por la vía electoral.
Convencidos de que aventurar a Zelaya era apostar al triunfo en Honduras, la izquierda latinoamericana hizo de este país su objetivo electoral y en su encuentro político anual del Foro de Sao Paulo asumieron el compromiso de hacer todo lo posible para que la candidata presidencial de Libre, Xiomara Castro, ganara las elecciones.
Incluso en un encuentro en Tegucigalpa, antes de realizarse las elecciones, el Foro de Sao Paulo proclamó a Castro como ganadora de los comicios.
En ese marco enviaron varias delegaciones y desarrollaron varios foros en el país con la finalidad de lograr movilizar el voto hondureño hacia la candidatura de Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya.
Mensaje de Lula
El mismo fue celebrado por la izquierda regional y utilizado por Zelaya y Libre para promocionar la figura de Castro. Pero encontró en Honduras un rechazo en los sectores a quienes Castro quiso cautivar, haciéndola bajar en las encuestas, según reconocen sus estrategas.
Reconocimiento
Pero tras la votación del domingo 24 de noviembre, donde Libre ni siquiera logró captar más allá del 30 por ciento de los votos emitidos, la izquierda regional parece querer distanciarse de Zelaya y se ha llamado a un silencio, que parece más un repudio.
El primer golpe lo recibieron un día después de su tragedia electoral, cuando el propio Daniel Ortega reconoció el triunfo de Hernández y le llamó por teléfono para felicitarlo, según reseñó su esposa y vocera Rosario Murillo.
Tal declaración cayó como jarrón de agua fría para las huestes de Libre y el propio Zelaya que esperaba que sus denuncias de fraude y “robo de elecciones” fueran tomados como suyas por los gobiernos izquierdistas de la región.
Pero tal situación no ha ocurrido y al reconocimiento de Ortega ha seguido el silencio de los gobiernos sudamericanos que no han asumido la estrategia de Libre de querer desconocer el resultado electoral. En Centroamérica, el único que se ha llamado al silencio es el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, que en su momento se decantó por Xiomara Castro, pero ahora prefiere callar.

Mientras Nicolás Maduro criticó las declaraciones de la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Lisa Kubiske, en cuanto al apoyo dado al proceso como “injerencia”, aunque no mencionó la intervención de Lula da Silva.
Pero en relación a las elecciones en sí, Maduro fue claro al señalar que los resultados los define el TSE, organismo que ya definió que de acuerdo a las cifras el ganador de las elecciones es Juan Hernández.
Lo que implica que Ortega de manera directa y Maduro en forma indirecta admiten la derrota de Zelaya y el triunfo de Hernández.