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Israel expulsa a representantes venezolanos ante su Gobierno y el palestino

Jerusalén – El Estado de Israel ha expulsado a los dos representantes que Venezuela mantenía en los territorios bajo su control, una decisión que no adoptaba con diplomáticos extranjeros desde 1973, durante la llamada «Guerra de Yom Kippur».
 

La medida afecta al diplomático que representaba los intereses de Venezuela ante el Gobierno israelí y -en aparente represalia por la determinación de ese país de romper relaciones con Israel por la cruenta ofensiva en Gaza- también al que lo hacía ante el palestino.

Según dijo a Efe Dorit Shavit, directora para América Latina en el ministerio israelí de Exteriores, ambos diplomáticos recibieron el lunes las cartas en que se les declaraba «personan non grata» y se le exigía dejar la región antes del mediodía del jueves.

El encargado de negocios venezolano ante el Estado Judío, Roland Betancourt, no agotó el plazo, y esta misma tarde abandonó Tel Aviv para regresar por vía aérea a Caracas con escala en Madrid.

El representante ante la Autoridad Nacional Palestina(ANP), Jonathan Velásquez, tiene previsto regresar el jueves a Caracas.

«Era inevitable después de que (Hugo) Chávezrompiera las relaciones», dijo Shavit, en alusión a la determinación del líder venezolano de suspender todos los nexos de su país con Israel por la matanza en Gaza de 1.400 palestinos, la mayoría civiles.

«No hay necesidad de responder a la ruptura de relaciones diplomáticas, por lo que básicamente lo que hemos hecho es pedirles que abandonen» la región, destacó la funcionaria israelí.

Shavit recordó que para romper relaciones diplomáticas sólo es necesaria una parte, por lo que, aseguró, cuando Chávez lo hizo «ya despojó del estatus diplomático» a sus representantes en la zona.

La tardanza que, no obstante, Israel ha mostrado en adoptar «medidas de reciprocidad» con Venezuela -extraña en el mundo diplomático- se explica por su intento de agotar las posibilidades para conservar algún grado de relación con el país latinoamericano.

Israel ha expulsado a los representantes venezolanos trece días después de que Chavez hiciera el 15 de enero su anuncio, y transcurridas tres semanas desde que el Gobierno venezolano expulsara el 6 de enero a los diplomáticos israelíes en Caracas.

Entre ambas fechas, el ministerio israelí de Exteriores filtró a los medios de comunicación locales que desconocía con exactitud el alcance de las medidas que habían asumido las autoridades venezolanas, a las que había pedido «aclaraciones».

Y que en los círculos diplomáticos israelíes existía «la fuerte impresión» de que el país latinoamericano no quería en modo alguno romper «todos los puentes» con el Estado Judío.

El fracaso en el intento por restablecer el diálogo con Caracas también explica que finalmente la expulsión haya afectado también al representante venezolano ante el Gobierno palestino.

Israel se ha acogido para ello a los Acuerdos de Oslo de 1993, que definen a Cisjordania y Gaza -bajo ocupación israelí- como territorios «autónomos», y establecen que los diplomáticos ante la ANP, con sede en Ramala, están formalmente acreditados ante Israel.

La decisión fue criticada duramente por el Gobierno palestino.

«No somos parte de Israel y no aceptamos estas imposiciones de la potencia ocupante», dijo a Efe el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, que afirmó que «nuestro deseo es que el representante venezolano (Velásquez) se quede con nosotros, en Palestina».

Erekat, que también es asesor del presidente de la ANP, Mahmud Abás, aprovechó la ocasión para expresar «nuestro agradecimiento al Gobierno venezolano por su política en favor de nuestro pueblo».

Aunque no se ha tomado todavía una decisión en firme, Brasil podría ser el país que represente a partir de ahora los intereses de Venezuela en Israel y los territorios palestinos, donde en total hay registradas unas ochocientas personas con nacionalidad venezolana.

Y más allá de sus implicaciones políticas -escasas, en la medida en que la relación entre Caracas y Tel Aviv estaba en «mínimos» por la cercanía de Chavez a Irán, «bestia negra» del Estado Judío-, la nueva situación plantea a Israel cierto déficit de legitimidad.

En sus sesenta años de existencia, el Estado de Israel nunca ha tomado una decisión de este tipo a resultas de su propia iniciativa, ya que desde su creación en 1948 ha situado como una prioridad el reconocimiento del mayor número posible de naciones como medio de encontrar su sitio en el mundo, cuestionado desde el primer día.

Los únicos precedentes al caso de Venezuela se remontan a 1967, cuando expulsó a los diplomáticos de la entonces URSS tras romper Moscú relaciones con Tel Aviv en la «Guerra de los Séis Días», y a 1973, cuando lo hizo con los de varios países africanos que dieron la espalda a Israel en la de «Yom Kippur», o «Día del Perdón».

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