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Investigan presunto desvío de fentanilo desde almacenes de Salud

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Tegucigalpa – Los cuerpos investigativos de Honduras están detrás de dos casos documentados de desvío de fentanilo desde las bodegas de la Secretaría de Salud y que habrían ido a parar a carteles que se dedican a la fabricación de drogas sintéticas.

– El Salvador reportó esta semana el decomiso de una fuerte cantidad de frascos de fentanilo, que ingresaron procedentes de Honduras.

– Reportes internacionales dan cuenta que a 10 años de la guerra por el tráfico de cocaína a través de Centroamérica, Los Chapitos abrieron la frontera con Guatemala para traficar fentanilo.

La presencia del fentanilo, como droga sintética elaborada, fue confirmada por personeros del Ministerio Público, luego que El Salvador informara que un lote de frascos procedentes de Honduras fuera decomisado el martes de esta semana.

Una fuente oficial a la que tuvo acceso Proceso Digital detalló que se trabajan dos casos por desvío de lotes de fentanilo desde hospitales de la red sanitaria pública.

La investigación arroja que se falsearon recetas para pacientes que no existen en la base de datos del Registro Nacional de las Personas (RNP), u otros que existen pero que no tienen las enfermedades que requieren el uso del fentanilo como compuesto medicinal.

“Los hospitales tienen una previsión anual de lotes de fentanilo, entonces lo que se hizo fue que no se utilizó y se desvió no se sabe para dónde o para quiénes. Recién ocurrió un caso que dejaron abandonado un lote de ampollas en la frontera El Amatillo”, contó.

La fuente reveló a Proceso Digital que el fentanilo se convertirá en un grave problema para Honduras.

Se trató de una buena cantidad de fentanilo la que dejaron abandonada en la frontera. Para tener una idea del tamaño de un grano de arroz salen cuatro dosis de este tipo de droga sintética.

En el caso del lote del fentanilo que entró a un hospital público hondureño nunca se aplicó a pacientes y tampoco está en el almacén, por lo que se sigue la ruta del opioide.

El entrevistado explicó que la adicción al fentanilo es irreversible, una situación que no ocurre con la marihuana y cocaína que se puede rehabilitar. “Con suerte, los consumidores de fentanilo pueden durar uno o dos años, ya que sus efectos son devastadores”, advirtió.

En Honduras existe una invasión de drogas sintéticas, como es el caso de la cocaína rosa que es una mezcla con algo ligero y la ketamina que se usa para los animales. Recién en Honduras la Agencia Reguladora Sanitaria (ARSA) incluyó la ketamina en la lista de medicamentos controlados.

La fuente amplió que una dosis de fentanilo se compra entre 5 a 10 dólares (250 lempiras) y que existen variedades como el tars fentanilo que es más adictivo y más caro con una potencia de 100 veces más potentes que la cocaína.

Alertó que el fentanilo no requiere mayor modificación química para su transformación e incluso no se ocupa infraestructura clandestina para convertirlo.

Reveló que muchas de las muertes súbitas registradas en Honduras, algunas de ellas hasta mediáticas, tienen relación con el consumo de este opioide.

Un lote de fentanilo desapareció de las bodegas de uno de los hospitales públicos del país.

Honduras sin capacidad para detectarlo

Igualmente, la fuente oficial dijo que el país no tiene cómo detectar la presencia de esta droga sintética. “No hay reactivos para poder identificar las variedades de fentanilo y se requiere una buena combinación de estos insumos para poderlo detectar porque es una sustancia incolora e inodora, difícil de descubrir”, arguyó.

Consultado sobre si esta droga podría disparar más los índices criminales en el país, respondió que “la violencia mutó bastante, antes era común que las bandas criminales se enfrentaran por lucha de territorios y estos grupos eran verticales: había un jefe, un subjefe y una estructura para abajo, pero cuál fue la mutación para evadir la ley. Ahora no hay un líder, ahora cada grupo trasiega la droga de un lugar a otro y cumple con su función en la cadena de trasiego”.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los operadores de justicia, es que este tipo de droga es de fácil transporte y desconocido por las autoridades.

Puntualizó que más de mil sustancias surgen cada día en el mundo, lo que dificulta la detección en países en vías de desarrollo.

De acuerdo a un informe de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC), dos organizaciones criminales decidieron trasladar el 90 % de sus operaciones para el tráfico de cocaína a Centroamérica: Los Zetas a Belice; mientras que el Cártel de Sinaloa opera con organizaciones criminales en Nicaragua, Costa Rica y Honduras.

(LEER) Coca producida en Honduras se combina con cargas de Sudamérica para seguir a EEUU

En Honduras es evidente el trasiego de cocaína, asimismo las crecientes plantaciones de coca que se procesan en los narcolaboratorios locales para luego combinarla con cargas que llegan de Sudamérica y enviarlas a México y Estados Unidos.

Cuerpos de investigación están detrás del lote de fentanilo que desapareció del sistema sanitario público.

MP confirma presencia de fentanilo

Uno de los portavoces de la Fiscalía, dijo a Proceso Digital que a raíz de labores de inteligencia se ha comprobado que el fentanilo, en su modalidad de droga sintética, circula desde hace algún tiempo en Honduras.

Sin embargo, a la fecha no hay decomisos registrados de esta droga en el país.

La fuente dijo que se han documentado decomisos de muchos tipos de opioides, entre ellos marihuanas especiales y compuestos sintéticos con cocaína.

Es importante mencionar que aunque en el norte de México la facción de Los Chapitos promovió una supuesta prohibición para traficar fentanilo, las cosas en la frontera sur son distintas, no sólo por la droga que pasa a través de Belice y Guatemala, también por el dominio del tráfico de migrantes, uno de los crímenes más redituables para los cárteles mexicanos.

En el caso de El Salvador no es la primera vez que se reporta decomiso de fentanilo, en tanto Guatemala en marzo de este año informó la incautación de precursores químicos utilizados para la elaboración de la llamada “droga zombie”. Apenas días después el Departamento del Tesoro de Estados Unidos señaló a la guatemalteca Ana Gabriela Rubio Zea como “corredora de químicos precursores de fentanilo” para el Cártel de Sinaloa, especialmente para Los Chapitos, la facción del famoso cártel que el 2 de octubre pidió un alto al tráfico de esta droga y amenazó a quienes la traficaran en el norte de México.

El fentanilo se consume en Honduras desde hace algún tiempo, dijo el MP.

El fentanilo

El fentanilo es un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Es un importante factor contribuyente a las sobredosis mortales y no mortales en los EEUU.

Hay dos tipos de fentanilo: el fentanilo farmacéutico y el fentanilo fabricado ilícitamente. Ambos se consideran opioides sintéticos. El fentanilo farmacéutico es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer.

Sin embargo, los casos más recientes de sobredosis relacionadas con el fentanilo están vinculados al fentanilo fabricado ilícitamente, que se distribuye en mercados de drogas ilegales por su efecto similar al de la heroína. Con frecuencia se añade a otras drogas debido a su extrema potencia, lo que hace que las drogas se vuelvan más baratas, más potentes, más adictivas y más peligrosas.

Adiction Rescourse, organización que sirve a personas que luchan contra una adicción, señala que las dosis de fentanilo se venden en las calles a 2 dólares o menos, y estas son de 100 a 400 microgramos, es decir, una dosis pesa lo mismo que dos granos de sal.

Un informe de la Administración de Control de Drogas (DEA) señala que un kilo de fentanilo de los más puros, obtenidos en China, cuestan alrededor de 3 mil 300 a 5 mil dólares. Este kilo se rebaja o mezcla para obtener de 16 a 24 kilos en total de la droga, misma que significa una ganancia de 1.9 millones de dólares.

Sin embargo, también se señala que las organizaciones criminales usan hasta un kilo de fentanilo para producir 1 millón de pastillas ‘falsificadas’, que deriva en una ganancia total de 20 millones de dólares. PD

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