– La hondureña Hernández tiene cerca de dos años de portar el grillete que le impide caminar con normalidad
– En los Estados Unidos solo vive con su hija estadounidense Juliette, de apenas 3 años de edad.
Portar el grillete electrónico les garantiza no encerrarlas en un centro de detención, mientras está en proceso el caso de deportación por haber ingresado a la Unión Americana sin papeles.
El artefacto las avergüenza y las inhibe de salir, y las dos aseguran que están pagando un alto precio por su libertad, que incluye el perder el empleo, un aislamiento social, una incesante presión psicológica, dolores de cabeza y problemas en las piernas y la columna.
Hernández, madre soltera de cuatro hijos de entre 3 y 19 años, lleva el grillete desde enero de 2012, cuando las autoridades ingresaron una madrugada a su casa en busca de un hombre que tenía una orden de deportación. La persona ya no vivía allí ni era conocido de Hernández, pero según ella, los policías le exigieron un documento de identificación y descubrieron que estaba en el país sin autorización.
Como ella solo vive con su hija estadounidense Juliette, de 3 años, no la detuvieron, pero la emplazaron a que se presentara a la siguiente semana en una oficina migratoria y allí frente a la niña, según su relato a El Diario.mx, le colocaron el grillete y le dijeron que debía arreglar los asuntos que tuviera pendientes antes de ser deportada a su natal Honduras.Leer nota.