Al acto, celebrado en la Plaza Francisco Morazán, asistieron representantes de la Alcaldía Municipal, del Poder Legislativo y de las Fuerzas Armadas de Honduras.
El ritual patrio comprende el arrío de la bandera de la Plaza Central, la que es cambiada por una nueva y es depositada, por parte de elementos del cuerpo de cadetes de la Academia Militar General Francisco Morazán, en manos de la designada presidencial, procediéndose luego a la bendición de 24 pabellones más, los que serán distribuidos entre las distintas secretarías de Estado para ser izados a partir del 1 de septiembre.
A continuación, se procedió a iniciar una vigilia en la que se promueve una reflexión en torno al papel que cada hondureño debe jugar en el diario vivir de la patria y sus claros objetivos.
Esta primera vigilia la realizan los presidentes de los tres poderes del Estado o sus representantes, miembros del Gabinete de Gobierno y funcionarios de la alcaldía capitalina.
En ese marco, se desarrollan varias actividades cívico-culturales, en las que se resaltan los valores artísticos y folclóricos por parte de varios grupos locales, ratificando con ello el compromiso que los hondureños y hondureñas tienen con la patria.