Tegucigalpa – El exdirector general de la Policía Nacional, acudió este martes al Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), para pedir protección a su vida y a su imagen, donde manifestó que el informe publicado por el periódico estadounidense The New York Times, es falso y por eso obvió referirse al mismo.
En declaraciones a periodistas que lo abordaron en la entrada al Conadeh, Sabillón reveló que un jefe de sicarios le confesó que había sido contratado por estructuras del gobierno para acabar con su vida.
«Hay un plan para asesinarme. El jefe de sicarios me dijo que lo buscaron para matarme, yo supongo que desde el gobierno porque lo expresó el jefe de sicarios«, aseguró.
Arguyó que esas amenazas pueden haber sido generadas debido a su lucha contra el crimen organizado ya que durante los ocho meses que fue director de la Policía, descabezó ocho estructuras criminales entre ellos extraditados a Estados Unidos.
Sabillón negó haber tenido conocimiento del informe de inspectoría que vincula a tres generales de la Policía Nacional en las muertes del zar antidrogas, Julián Arístides González y al asesor de seguridad, Alfredo Landaverde, aunque señaló que «hay sospechas» de la participación de policías en ambos crímenes.
«Hay la sospecha que sí participaron policías, pero que sean las investigaciones de acuerdo al Código Procesal Penal mediante la aplicación del método científico y técnico que se juzgue y si son responsables que les caiga todo el peso de la ley«, expresó.
Aseguro que «nunca» tuvo acceso a ese expediente. «Supe que había un expediente en la Fiscalía y que se le debía dar el trámite adecuado, eso es lo que supe«, arguyó.
Sobre el informe divulgado por el New York Times, manifestó que «lo descalifico por el documento que dijeron de mí persona, lo otro que se someta a la investigación respectiva. El encabezado es incorrecto, no corresponde a documentos institucionales. Hay varias características que me indican que es falso y es un burdo documento. Hay características por lo que digo que el documento no es auténtico«.
“Sería injusto que a una persona por haber hecho lo que tenía que hacer como funcionario público, en venganza le vayan a implantar una prueba, como lo dije antes había indicios de una trama institucional porque los formatos utilizados son institucionales”, arguyó.
Citó el caso del subcomisario Héctor Caballero a quien lo relevaron del cargo días antes y posteriormente salió publicado el artículo en The New York Times y eso a él le llama la atención y en ese sentido, acude al Conadeh en busca de protección.
Recordó que cuando fue cesado en el cargo de director general de la Policía, se le retiró la seguridad y hay muchos hechos que se pueden entrelazar en una cadena que incluso no solamente pueden llevar a la implantación de pruebas sino también de atentar contra su vida.
Reiteró que existen algunos políticos que son el cerebro del crimen organizado ahora y pueden fraguar un plan e influir en las estructuras del Estado para implantarle pruebas o hacer amenazas de otra forma.
Referente al supuesto informe de la Inspectoría de la Policía publicado por el New York Times, donde se señala que él ordenó a esa dependencia archivar el expediente investigativo del asesinato del zar antidrogas Julián Arístides González, aseveró que él hizo lo que tenía que hacer como inspector general y luego como director general de la institución.
Relató que en enero pasado una fuente de información le comunicó acerca de un plan para asesinarlo, pero gracias a Dios conoce a los supuestos sicarios por algunas características, pero que no tiene una identificación plena de ellos, pero le manifestaron que había un plan y que el mismo provenía del gobierno.
“Eso me llama la atención y he estado viviendo con esas amenazas y no es fácil porque si un poder organizado que tiene el dinero para mover estructuras dedicadas al sicariato, tiene los medios logísticos, tiene hasta la portación de armas de fuego de alto poder; si yo ando un carro blindado, me van a mandar un bazucazo…Dios salve los corazones de esas personas”, expresó Sabillón quien agradeció que le mandaron el mensaje a través de fuentes que le advirtieron que se cuidara.
Sabillón no quiso referirse al informe divulgado por el periódico estadounidense New York Times, porque considera que no vale la pena porque es falso.
Recordó que fue durante su administración cuando fueron extraditados a Estados Unidos ocho capos de la droga y quienes se encargaron de ejecutar las órdenes de captura fueron policías.
Refirió que la influencia del crimen organizado en los estamentos del Estado tiene el poder de influenciar sobre todo para acortarle aspiraciones que él podía tener en el sentido de un empleo o cualquier otra actividad en el ámbito público y privado y con una deslegitimación o intento de dañar su imagen para impedirle acceder a otros cargos o trabajos.