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Indignación por muerte de ex presidente del Colegio de Abogados de El Progreso

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Tegucigalpa – Indignación y condena, ha generado la muerte del abogado José Ramón Lagos de 52 años y su cliente, en un hecho violento ocurrido la mañana del sábado en un sector de la ciudad de El Progreso, Yoro, norte de Honduras, cuando pistoleros a bordo de un vehículo tipo turismo, dispararon contra el togado y otras dos personas.
 

El presidente del Colegio de Abogados de Honduras (CAH) Roy Urtecho, manifestó que existe indignación por las constantes muertes contra profesionales del derecho en el país, por lo que exigió a las autoridades resolver esos crímenes, pues no sólo se trata de togados, sino que también son ciudadanos y hombres temerosos de Dios.

“El abogado José Ramón Lagos era un hombre de familia, era un hombre de iglesia, era un hombre de sociedad y nos han asesinado a un gran abogado e igualmente como hemos tenido en otros casos particulares ahí en la ciudad de El Progreso”, expresó Urtecho.

Lagos había fungido como presidente del CAH en la ciudad de El Progreso, por lo que era un reconocido abogado y dirigente gremial.

Urtecho indicó que el Colegio de Abogados “ha venido trabajando con la secretaría de Justicia y Derechos Humanos en una ley para la protección de profesionales del derecho y de periodistas, pero ha exigido que no solamente se trate de una ley, porque la norma lo único que establece es que el Poder Judicial, el Legislativo y el Ejecutivo, le den protección a los abogados, a los defensores de derechos humanos y a los comunicadores, que la empresa privada apoye a sus comunicadores sociales, que la empresa privada apoye a sus abogados en el libre ejercicio de su profesión, porque el Estado somos todos, pero lo más importante es que más que una ley, le demos esa protección debida”.

Cuestionó que “no se la ha dado protección a los abogados que han sido asesinados y lo peor es qué se le está dando a los hijos e hijas que han quedado huérfanos; por eso nosotros lamentamos profundamente estos asesinatos y condenamos enérgicamente estos hechos brutales que ponen al descubierto la fragilidad institucional del Estado de Honduras al no tener un poder punitivo mediante una condena a los criminales para que vayan directamente a la cárcel”.

Reiteró que ante los constantes asesinatos de abogados, se debe reformar el artículo 116 del Código Penal donde se establezca que el homicidio se califique de agravado y cualificado cuando asesinen a un abogado por el libre ejercicio de la profesión.

“De no investigarse los hechos y no decir lo contrario, estaremos entendiendo que están asesinando un abogado por el libre ejercicio de la profesión y en el caso particular del abogado José Ramón Lagos, entendemos que salía de una audiencia de imputado, que llevaba a su cliente y por llevar a su cliente fue asesinado, entonces este es un mensaje claro que tenemos que ser contundentes, más que con leyes, es con la aplicación de todos los operadores de justicia”, comentó.

Urtecho reiteró que debe haber una depuración de los operadores de justicia, pero paralelamente los mejores jueces, fiscales y policías, deben trabajar por darle respuestas al pueblo y en especial al gremio de los abogados que es el más vulnerable del país.

Añadió que por respeto a la institucionalidad y en este caso al ministerio de Seguridad al que le toca hacer la investigación del crimen, esperan una respuesta inmediata, oportuna y contundente respecto al asesinato del abogado Lagos.

Indicó que ha estado en contacto con los abogados de la ciudad de El Progreso, quienes están indignados por el vil asesinato del abogado Lagos y lo mismo ocurrió cuando acribillaron al profesional del derecho Héctor Javier Padilla Velásquez de 42 años a inicios de junio pasado y otros abogados que han sido muertos violentamente en todo el país.

En ese sentido, Urtecho hizo un llamado a los tres poderes del Estado para que se sienten con los directivos del CAH para combatir la delincuencia, no solamente con leyes sino con acciones contundentes porque el fin primordial es la persona humana, la cual se defiende con el libre ejercicio de la profesión.

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