Iglesia invita a hondureños a incrementar su fe y a no ser pasivos en esta Semana Santa

Tegucigalpa – “Asistimos a las procesiones y viacrucis de esta Semana Santa, son bellas expresiones de la fe del pueblo, pero solo adquirimos su significado profundo cuando participamos en las celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual, de lo contrario podríamos decir que somos como aquellos que presenciaban pasivamente como escupían y golpeaban a Jesús, pero no compartían el peso de su cruz”, exhortó Monseñor José Vicente Nácher Tatay, en su primer sermón eucarístico de Semana Santa como arzobispo de Tegucigalpa.

– «Esta no es una semana más, es un tiempo santo y de santificación»expresó monseñor José Vicente Nácher Tatay

«También nosotros necesitamos muchas veces de las lágrimas de nuestro arrepentimiento para lavar la cobardía de nuestro pecado», recordó el arzobispo de Tegucigalpa.

Según Monseñor Nácher Tatay, si como cristianos no vivimos el Triduo Pascual, sería una nueva burla al Hijo de Dios, al negarnos a acompañarlo durante esta Semana Santa.

El nuevo arzobispo de Tegucigalpa recordó que esta Semana Santa, es una oportunidad para conocer a Jesús, de comprender el gran misterio de la vida, el que enfatizó, no está separado del misterio de la muerte,” porque en la vida y en la muerte, somos del Señor, ese es el sentido de nuestra existencia”.

“Esta no es una semana más, es un tiempo santo y de santificación, un llamado a esperar con fe como María Magdalena y la otra María, que miraban con dolor, pero como amor, ese amor que enciende la luz interior que nos guía a la vida santa en Dios”, reflexionó el guía espiritual de la feligresía católica de Tegucigalpa.

Monseñor Nácher Tatay, refirió que lo que se vivirá en estos días que comprende la Semana Santa, es algo muy superior a nuestra fuerza y comprensión. “La gracia redentora que se va a derramar no depende de nosotros, pero si depende de nosotros, su recepción. Velen y oren para que no desfallezcan”, expresó.

Monseñor Nácher Tatay recordó que la cruz es insoportable pero en el camino de Jesús adquiere sentido.

Al referirse a la figura de Pedro, la que describió como poco identificante en su negación, dijo que aún así resulta cercana y “yo diría que le comprendemos, porque también nosotros necesitamos muchas veces de las lágrimas de nuestro arrepentimiento para lavar la cobardía de nuestro pecado”.

«En nuestra desesperación personal (¿y falta de fe?), nos quejamos muchas veces de que Dios nos ha abandonado… En verdad, el abandono único, fue con su propio Hijo, al que dejó en su condición humana para que pudiera morir», señaló.

Lamentó que como los sepultureros de la época de Jesús, «también hoy muchos sellan el sepulcro de la muerte, ¡pero desde dentro! Despreciando las promesas del Señor, quedan en una oscuridad “sin Dios”. 

En ese sentido, el arzobispo de Tegucigalpa llamó a no dejar las promesas de Jesús en la oscuridad, “muchos viven y pareciera que quieren vivir en la muerte del pecado, sin dejar que la misericordia mueva la piedra del pecado que esclaviza”, dijo al invitar a dejar entrar a Dios en nuestras vidas. VC

spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_imgspot_img