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Iglesia Católica llama a los feligreses a pastorear para ayudar a los marginados

Tegucigalpa – La Iglesia Católica llamó este domingo a los feligreses a pastorear y ayudar a paliar las necesidades de los marginados al tiempo que apuntó que la mayor amenaza para los seres humanos es la ausencia de amor.

En la homilía celebrada en la catedral metropolitana San Miguel Arcángel de esta capital en el marco de la celebración de la jornada mundial de las vocaciones, el cura párroco padre Juan Carlos Martínez, se refirió al pasaje bíblico del Buen Pastor encarnado en Jesucristo, que da la vida por las ovejas.

“No es un pastor más sino el verdadero pastor, hoy apenas sabemos lo que es un pastor, mucho menos lo que sería un buen pastor, en tiempos de Jesús el pastor era casi siempre el dueño de un pequeño grupo de ovejas a las que cuidaba como si fueran su propia familia y a las que llamaba por su propio nombre, era normal porque de ellas dependía la vida de su familia”, ilustró Martínez.

Enfatizó que Jesús es el verdadero pastor de la humanidad cuya voz no se ha callado todavía, cuyo eco sigue golpeando la conciencia de los hombres y mujeres de hoy, creyentes o no.

Añadió que el Buen Pastor es el único capaz de orientar nuestra vida y llenarla de sentido y esa fe en Jesús como el Buen Pastor toma relieve en una sociedad como la nuestra en la que la persona corre el riesgo de quedar aturdida ante tantas voces y reclamos.

“Los cristianos creemos que sólo Jesús puede ser nuestra referencia definitiva, nuestra guía, nuestro pastor; la cultura en la que estamos inmersos rechaza con desdén el papel de oveja y la idea de rebaño, sin embargo, nos dejamos guiar fácilmente todo tipo de manipulación y hay quienes crean modelos de bienestar y de comportamientos que nosotros seguimos, vamos detrás de ellos temerosos de nuestra alegría, acosados por la publicidad”, cuestionó.

En ese sentido, indicó que el Buen Pastor que es Jesús nos propone una experiencia de liberación profunda y pertenecer a su rebaño no es caer en la delación sino entrar en un camino de verdadera libertad y de felicidad profunda.

Insistió que el Buen Pastor da la vida por sus ovejas y cuando Jesús dice de sí mismo que da la vida por sus ovejas expresa su amor incondicional hacia nosotros.

Apuntó que la amenaza más profunda para los seres humanos consiste en la ausencia del amor, quien no se siente amado se desprecia y se juzga a sí mismo, se vuelve duro y distante de los demás, es incapaz de amarse a sí mismo y a los otros.

El prelado invitó a los feligreses a preguntarse si se sienten conocidos y amados por Jesús porque esa relación de conocimiento-amor, Jesús la compara con la existe entre Él y el Padre.

Señaló que la mayor angustia de los seres humanos no está en relación con el miedo o la enfermedad o la muerte sino el miedo a no ser amados, el miedo al rechazo y solo Él puede acogernos y amarnos así.

Enfatizó que el amor de Jesús no excluye a nadie no abandona a nadie, su amor alcanza a todos y preferiblemente a los marginados, a los perdidos, a las ovejas que vagan sin sentido, a los que sienten que su vida está vacía y no encuentran motivos para vivir.

Recordó que todos estamos llamados a pastorear paliando las necesidades de los más necesitados.

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