Los griegos maliciaban poderes sobrehumanos en seres que en su imaginación portentosa llamaban dioses. Apolo, Hermes, Afrodita, Ceres, Atenea, Tritón, Zeus y muchos más, constituían un panteón apoteósico y para nada etéreo. Sus divinidades, en contrapunto del dios judío, tenían características similares a los humanos, comían ambrosías que les daban eternidad y por sus venas circulaba un líquido maravilloso que les proveía de una fuerza atroz. Esa sangreprodigiosa de llamaba ICOR.
Como fueron ellos -los helenos- quienes nos heredaron la palabra economía (Oiko = Casa, Nomos = cuidado), es válidoutilizar la alegoría del Parnaso griego para entender cómo la acción humana espontánea y racional, genera riqueza y bienestar para todos.
ICOR es, además de la sangre de los dioses, un indicador que los economistas usan para medir el aporte que el capital, es decir los empresarios, hacen a la producción. En otras palabras, cuanta sangre adicional necesita Atlas para ser más fuerte y producir bienestar a sus devotos; que tanta nuevainversiónse debe aportar, para que el Producto (PIB) crezca y se fortalezca.
Entre más bajo sea el coeficiente ICOR mayor eficiencia tiene el capital, o sea la inversión, en un país. Es decir, una inversión en máquinas, tecnología industrial o ideas adecuadas, a bajo costo y con una estrategia inteligente y agresiva, hará que el PIB de un país sea mayor. No debe extrañarnos entonces, que ese indicador sea mucho más alto en Honduras que en países vecinos como Guatemala y Costa Rica, ni hablar de economías como la chilena, uruguaya o peruana.
Para Honduras, el ICORha tenido un promedio cercano a 3 en lo que va del siglo; en Guatemala es 0.7, El Salvador 0.9 y Costa Rica 1. La diferencia es mucha e indica que, aunque el país tiene niveles de inversión importantes, ésta no es muy efectiva en la generación del crecimiento, tan necesario para que haya bienestar. De ahí que uno se pregunta ¿Por qué si en nuestro paísla inversión representa aproximadamente el 25% del PIB, tenemos una tasa de crecimiento tan magra, mientras que, en Guatemala, la inversión privada es del 18%, pero su PIB crece bastante más que el nuestro?
Cuando los comunicadores y analistas hablan de la importancia que tiene la inversión para reducir la pobreza, generalmente lo hacen pensando en que invertirgenera aumentos en otro factor clave en la economía: el trabajo.“Necesitamos más puestos de trabajo en el país y estos solo se crearán si más empresas vienen a invertir su dinero” dicen las columnas de opinión y los titulares en las noticias.
Intuitivamente andan bien, pero dejan por fuera un elemento clave: solo la inversión de buena calidad genera puestos de trabajo con salarios lo suficientemente elevados para que la gente viva bien.
Esta es la razón por la que,no importa cuánto inviertan los empresarios o el gobierno, la gente siempre quiere irse de Honduras y buscar un mejor futuro en Estados Unidos o Europa. ¡Claro! Debido a que el capital es más rentable en esos países, el efecto que ello provoca en el crecimiento permite que haya mayores ganancias para todos, incluyendo los trabajadores.
Por eso es tan importante que busquemos maneras de hacer que la inversión en nuestro país sea mas eficiente. El clima de negocios, la tasa impositiva, el respeto a los derechos de propiedad, la gobernanza y la apertura de mercado son claves para lograrlo. Lamentablemente, si hacemos un recuento de esos elementos mencionados, entenderemos por qué es tan poco útil que los empresarios nacionales o extranjeros inviertan en nuestro país y también por qué, aunque lo hagan, las ganancias sociales son tan pocas.
Es tiempo de dejar de lado el debate vacío y maniqueo que confronta al capital y al trabajo. Si de verdad deseamos que Honduras prospere, debemos de facilitar la productividad del capital. No se conseguirá poniendo más impuestos o simplemente eliminando exoneraciones, se requiere de visión estratégica y medidas congruentes.
Atlas requiere del ICOR de los dioses para bendecirnos con más producción, mayor riqueza y por ende mejores niveles de vida para todas y todos.