Tegucigalpa – Este martes cientos de hondureños y hondureñas acuden a los camposantos para coronar y llevar flores a sus parientes en el marco de la conmemoración del Día de los Difuntos.
“Vengo a coronar a mi madre, fue una persona ejemplar, la extrañamos, nos ha dejado un gran vacío en la familia, la recordamos y siempre la vamos a amar”, dijo una señora que prefirió no identificarse.
Ella junto a sus hijas y nietos, llevaron flores, aserrín y coronas, para adornar el sepulcro de su madre fallecida hace algunos años “este es el día de ellos, es una tradición familiar visitarlos en esta fecha”, dijo.
Las visitas a los diferentes cementerios a nivel nacional, comenzaron desde el pasado lunes, donde se desarrolló una larga jornada para conmemorar el Día de Todos los Santos.
La mayoría de los cementerios lucen limpios y ordenados, alrededor de ellos muchos comerciantes aprovechan para vender sus productos, entre ellos, flores naturales y artificiales, arreglos florales, entre otras cosas.
“A pesar que todo ha subido de precio, mantenemos costos accesibles para que nadie se quede sin visitar a sus difuntos”, comentó un vendedor en las afueras del cementerio general de La Ceiba, Atlántida.
El comerciante, añadió que las ventas están muy bajas en comparación a otros años, pero que el día viene iniciando y espera que en las próximas horas todo pueda mejorar.
Doña Diluvina Corea junto a sus hijas llegaron al cementerio general en la capital para coronar a ocho de sus familiares y aunque la zona esté deteriorada, las flores y coronas le hacen ver como un lugar digno de descanso eterno.
Las personas están llegando con sus respectivas mascarillas para protegerse del contagio del COVID, por otro lado varias personas también aprovechan para vender insumos de bioseguridad.
Empleados de la alcaldía capitalina y cuerpos de seguridad mantiene presencia en los cementerios Sipile, Divino Paraíso, El Durazno y Jardín de los Ángeles, para vigilar los visitantes y que prevalezca el orden en su visita.
De esta manera familias enteras llegan desde muy temprano para coronar a sus parientes, muchos de ellos víctimas de la pandemia generada por el COVID que ya registra 10 mil 256 decesos en 20 meses de su llegada. JP