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Hondureños hacen frente a la “cuesta de enero”

Tegucigalpa –  A punto de terminar las fiestas de Navidad y Año Nuevo el Día de Reyes, aunque la mayoría ya las dio por clausuradas, la mayoría de los hondureños comienzan a sentir el peso de lo que popularmente se conoce como la “cuesta de enero”.

– Un vía crucis económico temprano y se financian con empeños o malvendiendo sus pertenencias

La referencia de la cuesta refleja claramente lo que viven las familias hondureñas al concluir la temporada de fiestas, ya que comienzan a vivir semanas de estrechez económica que les hace la vida tan difícil como subir una pendiente.

Son muchos los pagos a realizar y pocos los ingresos que reciben este mes los bolsillos.

Y es que los hondureños no concentran las celebraciones de las fiestas de Navidad y Año Nuevo únbocamente a las fechas marcadas por el calendario (24,25, 31 de diciembre y 1 denero), sino que producto de la globalización y el dinamismo comercial inician de hecho un mes antes, en noviembre.

compras locas

La incorporación de fechas y eventos importados de Estados Unidos, como la cena del Día de Acción de Gracias, pero fundamentalmente el llamado “Black Friday” o Viernes Negro, ha hecho que los hondureños pasen más tiempo dedicados al gasto de consumo, sin que estos eventos formen parte del calendario tradicional de festividades catrachas.

De manera que la clase media y la trabajadora especializada, la que más está influenciada por estas fechas importadas, suma más gastos que ingresos, lo cual se refleja en enero del año siguiente.

Además, se encuentran las fiestas de clausuras escolares, como graduaciones en jardines de párvulos, escuelas, colegios, universidades y centros de formación técnica, lo que aumenta el gasto familiar.

Causas

Desde septiembre el bombardeo publicitario de las casas comerciales, así como ofertas de productos financieros, hacen que decenas de miles de hondureños opte por excederse, más allá de lo posible, su capacidad de compra.

En un afán compulsivo, y confiando en que en diciembre tendrá una paga adicional (aguinaldo), así como en el llamado “dinero plástico” los hondureños se entregan a la compra irrefrenable.

Adicionalmente el “dinero plástico” también ofrece un mundo irresistible para agregar más capacidad de compra. Con amplios plazos y bajos intereses, los ganchos para atraer compradores, parecen funcionar a la perfección.

tarjetas de credito

Pero también se encuentra la posibilidad de aumentar el ingreso artificialmente por medio de créditos en cooperativas, así como en prestamistas de barrios y mercados, los cuales tienen cobran intereses altos.

Por ello, los hondureños se lanzan a la feria del consumo durante dos meses continuos, lo que se traduce en la presión de sus finanzas personales y familiares.

Amargo enero

Pero enero siempre espera a las familias hondureñas con una lista de obligaciones que usualmente los jefes de hogar descuidan por estar atentos a las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Primero deben hacer frente a un aumento en el consumo de electricidad de diciembre que se refleja en enero con un alza promedio del 25 por ciento de la factura, a causa de la mayor demanda.

reciboas de LUZ

Igualmente, les esperan los gastos escolares que se traducen en la “lista de materiales y uniformes escolares” que usualmente supera los 1,000 lempiras por alumno.

A ello se debe agregar el pago de contribución que hacen las familias en las escuelas y colegios públicos por alumno para pagar vigilancia y aseadoras.

Mientras en los centros académicos privados, los padres de familia deben pagar la matrícula y hacer frente a la famosa “lista”.

Asimismo, muchas familias deben asumir los primeros pagos por la compra a crédito de los enseres de hogar (refrigeradoras, muebles, estufas, equipo electrónico) que ofrecen las empresas y por el cual les eximen del pago de la cuota de diciembre.

Y para rematar, los productos financieros, los créditos a cooperativas y prestamistas comienzan a correr, especialmente con los intereses.

A lo anterior se agrega que miles de hondureños se quedan sin ingreso en enero, ya que muchos tienen empleo bajo la modalidad de contratos, los cuales comienzan a procesarse a partir de la segunda semana de enero o febrero.

casa de empeños

Y los negocios, que contrataron a miles de personas para atender la mayor demanda de consumidores en diciembre, empiezan a prescindir de buena parte del personal.

De hecho en enero los negocios ven poca demanda de sus productos y servicios, lo que provoca un menor dinamismo comercial y con ello impacta en los ingresos de los trabajadores, ya que muchos laboran por comisión de ventas.

También se da que muchas familias que subsisten de las remesas dejan de recibirlas o ingresan solo una porción de  lo acostumbrado, ya que en Estados Unidos y Europa, donde radican la gran mayoría de los inmigrantes hondureños, los trabajos bajan por la temporada de invierno.

Una gran parte de los inmigrantes catrachos trabajan en la industria de la construcción, jardinería y obras exteriores.

En ese sentido la “cuesta de enero” se ve en las ciudades y en el campo como tiempos especiales de escasez de dinero.

Muchas familias deben devolver los productos adquiridos, otros deben acudir a las casas de empeño para obtener ingresos o venden algunos bienes a precios bajísimos.

Y en los peores casos deben cambiar a sus hijos de escuelas y colegios por no poder hacer frente a la matrícula y colegiaturas escolares.

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