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Honduras: Sicarias cada vez más visibles en crimen organizado

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Tegucigalpa – En Honduras ya no sólo los niños son reclutados y utilizados por el crimen organizado para participar en hechos delincuenciales; ahora cada vez es más visible la presencia de mujeres en actos de sicariato y otras operaciones del crimen organizados, según las estadísticas que manejan organismos especializados y las propias autoridades.
 

– La semana pasada el caso de dos mujeres que asesinaron a sangre fría a un comerciante en San Pedro Sula, impresionó a la opinión pública.

– Ante el involucramiento de más mujeres en actos de sicariato proponen que se revise la ley y también se prohíba que mujeres viajen como pasajeras en moto.

– En los últimos años, la mujer se ha visto mayormente involucrada en acciones delictivas como el robo, secuestro, extorsión, narcomenudeo y hasta sicariato.

Aunque en Honduras, los crímenes como el sicariato han sido cometidos por hombres, en los últimos meses han surgido mujeres “gatilleras” que son reclutadas por bandas organizadas. Primero las introducen en las drogas para atraerlas y poco a poco las van entrenando para participar en hechos violentos como los asesinatos por encargo revelan los conocedores.

Proponen prohibir que mujeres también viajen en motocicleta


La directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, indica que ese organismo registra un caso de sicariato femenino ocurrido el año pasado y más recientemente dos mujeres que están encarceladas presuntamente por cometer un acto de sicariato en motocicleta.

A inicios de septiembre de 2013, la Policía capturó en El Progreso a una mujer que había sido filmada por una cámara de seguridad al momento que mató a un guardia de seguridad en una farmacia. El hecho ocurrió tras un atracó.


A finales de noviembre de 2013, otra sicaria asesino a un taxista en la colonia Valle de Sula 2 en san Pedro Sula. La víctima fue Fredy Contreras de 54 años.

“Esa es una preocupación porque igual la mano y el arma juntas, no importa el sexo, hombre o mujer, sino más bien el hecho de no vincularse en estas actividades delictivas especialmente las mujeres porque esas mujeres generalmente tienen familias o son jóvenes que sus padres deberían de enseñarles valores y eso es lo que no estamos viendo en este momento”, arguyó Ayestas.

Ante esa nueva modalidad para ejecutar personas, analistas consideran que debe revisarse nuevamente la ley que prohíbe que dos hombres viajen en motocicleta para incluir a las mujeres y además, investigar las repercusiones que puedan tener los casos que hasta el momento se han presentado donde se vincula a féminas en actos delictivos.

Para la rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, hay que hacer investigaciones de toda la evolución del crimen. “Creo que hay ahora una gran cantidad de muerte de mujeres, probablemente algunas víctimas, otras como victimarias, y tiene que investigarse más para saber de este involucramiento y las consecuencias”, acotó.

“Cuando los sicariatos, las muertes violentas por encargo, se estaban presentando para que en moto fueran a dar muerte a una persona y el Estado hace una legislación especial para que dos personas del sexo masculino no anden en motocicleta, entonces lo lógico era esperar que el crimen organizado, la delincuencia, pudiese establecer y preparar a mujeres y ahí hay que tener cuidado porque precisamente, necesitamos que las mujeres tengan la plena conciencia de que no se aprovechen de ellas, que no se vinculen porque luego es más difícil que puedan salir y revertir ese fenómeno”, señaló Ayestas.

Crimen ahora va aparejado

Por su parte, el titular de la Dirección Nacional de investigación Criminal (DNIC), comisionado Leandro Osorio, aseguró que cada vez más mujeres son involucradas en diferentes delitos cometidos en Honduras como la extorsión, sicariato y secuestro, entre otros.

“En todas las modalidades del crimen hay mujeres y hay menores de edad, hay mujeres tanto adultas como menores de edad”, subrayó.

Amplió que el sexo femenino está participando en delitos como la extorsión, secuestro, sicariato, robos, asaltos y en todas las modalidades del crimen.

En ese sentido, enfatizó que la acción delincuencial, “no solo es de los hombres, sino que a la par van las mujeres”.

Según Osorio, las mujeres resultan una opción para que los grupos antisociales o criminales logren recabar información y hacer vigilancias por lo que “ahora la mujer opera activamente en las diferentes modalidades del crimen”.

“No ha habido un operativo, en el que no haya mujeres detenidas, en todos los operativos, en todas las acciones y las investigaciones que nosotros hacemos con anticipación, siempre hay una mujer”, aseveró.
Unas seis mil mujeres estarán inmiscuidas con el crimen.

En ese sentido, los elevados niveles de inseguridad que azotan sin piedad a la gran mayoría de la población, también tienen rostro de mujer.

En los últimos años, la mujer se ha visto mayormente involucrada en acciones delictivas como: el robo común, secuestros, extorsión, distribución y venta de drogas prohibidas y hasta sicariato.

Distintos estudios, reflejan que en Honduras hay alrededor 2.2 millones de mujeres sin empleo, de esa cantidad, unas 58 mil buscan trabajo, pero no lo encuentran por lo que han expresado trabajar de lo que sea.

Según las autoridades de la Dirección Nacional de Investigación Criminal, de esas 58 mil mujeres entre un seis y 10 por ciento de ellas están siendo utilizadas por el crimen organizado, ya sea para tráfico de drogas, extorsiones, secuestros o para cometer asesinatos.

Datos revelados por las autoridades, establecen que en el país, existen unas mil mujeres plenamente identificadas que son parte de maras y pandillas y por ende, también tienen participación directa con el crimen.

Lo anterior refleja que actualmente unas seis mil mujeres están participando en actos violentos planificados por miembros del crimen común y organizado del país.

Esta significativa cantidad de mujeres inmiscuidas con el crimen en su mayoría están concentradas en grupos específicos en las zonas calientes de San Pedro Sula, La Ceiba, Tegucigalpa y Comayagüela.

Según, un estudio del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, divulgado el año pasado, la mayoría de esas féminas está comprendidas en edades de entre 10 y 35 años.

Las investigaciones, también revelan que hay casos en que niñas de 10 años de edad son reclutadas por los delincuentes, por lo que gran parte de ellas cuando obtienen la mayoría de edad, ya son expertas en el arte del crimen.

Asimismo, se ha documentado que cuando los cabecillas del crimen organizado han utilizado los servicios de estas mujeres posteriormente son desechadas y en el peor de los casos asesinadas para no dejar rastro alguno de las fechorías cometidas.

En la mayoría de los casos, las muchachas son utilizadas por las pandillas para trasladar armas, drogas, dinero, mensajes y cobrar impuesto de guerra en negocios, viviendas, puntos de taxis y buses.

De acuerdo con analistas, en su mayoría por sus limitaciones económicas, las mujeres aceptan participar en actos ilícitos impulsadas o apantalladas por una cuota mensual de dinero otorgado por los delincuentes para sus gastos en el hogar, también por joyas, carros, ropa y otro tipo de bienes.

No hay lugar a duda que muchas mujeres hondureñas participan en actos ilícitos que al final solamente las lleva a la prisión y en el peor de los casos a la muerte.


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