Honduras se prepara para afrontar sequía y emergencias en 2017

Tegucigalpa – Aunque se espera que 2017 sea un año neutro, sin la presencia de fenómenos climatológicos severos, Honduras se prepara para afrontar los efectos de la sequía durante el verano y las emergencias que cada invierno se presentan.

-2017 se espera que sea un año neutro sin la presencia de los fenómenos de El Niño y La Niña, no obstante, Cenaos pronostica que el verano será relativamente severo.

Honduras es uno de los países con mayor vulnerabilidad a los fenómenos naturales causados por el cambio climático, problema generado por las naciones industrializadas.

En ese sentido, este país afronta el reto de adaptarse desde el punto de vista tecnológico y agrario para resistir los efectos del cambio climático, aumentar su productividad, y así garantizar la alimentación de su población.

Labores de mitigación

lisandro Rosales“Ya tenemos instrucciones del presidente de la República, Juan Orlando Hernández, hemos estado trabajando en la prevención, tuvimos en esta temporada con mucha lluvia, a pesar que no tuvimos un efecto directo, el huracán Earl pasó muy cerca del territorio hondureño, pero gracias a Dios, no nos afectó porque se dieron inundaciones en una zona donde ya se había retirado a las personas”, indicó el titular de la estatal Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Lisandro Rosales.

Rosales indicó que solo se espera que pase la temporada de los frentes fríos para en conjunto con las alcaldías municipales definir las acciones que permitan realizar una labor de mitigación mediante la que se evite que las personas regresen a las zonas de alto riesgo.

Asimismo, se está planificando el abordaje de la sequía para el próximo año mediante un sistema de alerta temprana analizar con los diferentes actores las consecuencias de la falta de lluvia en el verano de 2017.

Afirmó que, previendo los acontecimientos, se procedió a hacer rondas para anticiparse a los efectos de los incendios forestales como una medida para evitar que se produzcan daños.

El funcionario considera que en Honduras hay que acostumbrarse a actuar anticipadamente, especialmente en el tema de las lluvias y sus consecuencias, que se sabe comienzan en mayo y ya para abril las acciones tienen que estar preparadas como la reubicación de personas en la capital y otras zonas del país.

Año neutro

Sobre el pronóstico del clima para el próximo año, Proceso Digital, conversó con el experto en meteorología del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), Óscar Lagos, quien indicó que se espera un año neutro, sin la presencia de los fenómenos de El Niño y La Niña.

“Prácticamente diríamos que va a ser un verano muy cálido y relativamente largo, aunque no en las mismas dimensiones que el año pasado cuando era intenso el fenómeno de El Niño”, acotó.

sequia

En ese sentido, Lagos recomendó a los productores y campesinos sembrar a su debido tiempo ya que las condiciones prácticamente van a estar dentro de lo normal.

No obstante, el meteorólogo señaló que hay que esperar todavía el análisis que se hará en enero próximo a fin de dar una información más exacta.

Asimismo, detalló que hasta el momento se espera que se presente un invierno normal en 2017, el que comenzará en mayo y finalizará en noviembre.

Agregó que todavía no se tiene el pronóstico sobre la próxima temporada ciclónica, pero al ser un año neutro, el número de tormentas andaría siempre de lo normal.

Fenómeno devastador

Durante los años precedentes, la prolongada sequía causada por el fenómeno de El Niño, potenciado por el cambio climático, afecta a aquellas regiones con menos recursos, especialmente a poblaciones rurales que se ubican en el denominado Corredor Seco.

El fenómeno de El Niño ha provocado en Honduras desde fuertes sequías por el aumento de temperaturas y la escasez de precipitaciones, hasta devastadoras lluvias e inundaciones.

fuertes lluvias

En ese sentido, esas consecuencias del clima han orillado a muchos hondureños a realizar un desplazamiento o migración interna ya que muchos pequeños productores no tienen posibilidad de cultivar la tierra, ya sea por no poseerla o por la variación del clima, por lo que se ven obligados a abandonar su hogar y viajar hacia las ciudades, donde, en muchas ocasiones, se encuentran con más problemas que los que ya acarreaban.

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