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Honduras se apresta a elegir presidente

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Tegucigalpa – Queda apenas un día, menos de 24 horas para que el proceso electoral hondureño inicie y de paso a la escogencia del sustituto de Porfirio Lobo, en un país asolado por la ancestral pobreza, una creciente actividad del crimen organizado y una ola de violencia vinculada al narcotráfico.
 

– Un millar de reporteros internacionales entre periodistas, camarógrafos y fotógrafos han sido acreditados para cubrir las incidencias del proceso hondureño.

Más de 5.3 millones de electores se aprestan a acudir a las urnas en un país de 8.5 millones de habitantes de los cuales por lo menos un 70 por ciento viven en condiciones de pobreza.

La inequidad también es un factor que marca este país centroamericano en el que la riqueza se concentra en un exclusivo y minúsculo sector.

El desempleo es otra huella que los hondureños resisten. Al menos un 45 por ciento de la Población Económicamente Activa está en el paro.

Crisis fiscal

El panorama muestra una profunda pincelada en el renglón fiscal.

El déficit fiscal para diciembre de este año se prevé en 23 mil millones de lempiras que equivalen al 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

La deuda interna ronda los tres mil millones de dólares (60 mil millones de lempiras) y la deuda externa es de cuatro mil 700 millones de dólares (97 mil 290 millones de lempiras).

El país ha tenido un crecimiento lento estimado para este año en 2.3 por ciento, una cifra que no logra cubrir ni en la mitad el mínimo que se requiere para un combate efectivo de la pobreza y el desempleo.

Crimen Organizado

En este escenario, resalta la violencia y la actividad del crimen organizado que cada vez se deja sentir con mayor fuerza en Honduras y cuya peor huella es una violencia que deja una veintena de muertos diarios a nivel nacional.

Reportes de autoridades estadounidenses dan cuenta que al menos el 90 por ciento de la cocaína que va para ese país, pasa por Honduras.

Los pinitos de la democracia

La democracia hondureña lleva poco más de 32 años en los cuales, salvo cortas rachas de alivios aislados, el país ha vivido entre la pobreza, la corrupción e intentos continuistas, marcados especialmente en junio de 2009, tras el derrocamiento de Manuel Zelaya, quien intentó perpetuarse en el poder a través de una consulta para instalar una Constituyente, entonces prohibida por la Ley.

En medio de ese ambiente y a pocas horas de arrancar las elecciones en las que ocho presidenciables se disputan el poder, se prevé que la lucha por la presidencia es entre el Partido Nacional en el poder y su candidato Juan Hernández y el novel Partido Libertad y Refundación (Libre), encabezado por Xiomara Castro, esposa del ex presidente Manuel Zelaya.

Un tercero en la disputa, con un crecimiento notable, según reputados sondeos, es el del Partido Liberal liderado por Mauricio Villeda.

En el país más de 800 observadores internacionales y 19 mil nacionales serán de alguna manera garantes de la transparencia de las elecciones. La representación observadora de la OEA ya adelantó que para ellos todo el proceso se ha registrado en normalidad hasta la fecha.

Este día la Fiscalía hondureña desplazó a 633 fiscales en todo el país para que se encarguen de tomar denuncias y poder contribuir en la depuración electoral en base a la aplicación de la ley.

Mientras tanto, las maletas electorales ya han sido distribuidas en los 18 departamentos de Honduras así como en los Estados Unidos donde los hondureños podrán ejercer el sufragio en siete ciudades. En la Unión Americana unos 46 mil podrán ejercer el sufragio.

En las redes sociales, grupos escépticos envían mensajes de intimidación a los electores mientras otros hacen llamados a ir a las urnas y ejercer el sufragio.

No faltan cadenas en las redes del Internet, previendo la necesidad de dotarse de alimentos y combustible, frente a cualquier eventualidad.

Al par, la violencia no cesa en el país, pero no hay casos en los que las autoridades den cuenta, con propiedad, de que la misma tenga que ver con el clima político, a excepción de una estadística del Observatorio de la Violencia de la UNAH.

Decomisos de arsenales entre grupos delincuenciales han puesto una nota de preocupación al ambiente, en un país donde convivir con este tipo de acciones es el pan nuestro de cada día.

El presidenciable nacionalista Juan Hernández ha dicho que ganará las elecciones con 11 puntos de diferencia sobre su principal contendor, mientras que miembros de la cúpula de Libre también han anticipado el triunfo de Castro.

Asimismo, dirigentes de Libre intensificaron, en las últimas horas, denuncias de descredito contra las autoridades del Tribunal Supremo Electoral, pero no han presentado pruebas que sustenten sus aseveraciones.

Mientras los observadores van y vienen por el país y más de un millar de periodistas internacionales hacen sus reportes; los hondureños toman sus últimos respiros y reflexionan antes de acudir a las urnas a elegir a su presidente, 128 congresistas y los alcaldes de 298 municipios en todo el país.

Diferentes sectores de la sociedad han coincidido en llamar a los hondureños a acudir a las urnas para escoger al próximo presidente del país. La excitativa es clara: “ir masivamente a los centros de votación y ejercer el sufragio sin miedo y con todo el fervor cívico”.

El Tribunal Supremo Electoral ha insistido mediantes comunicados de prensa que sólo son válidos los resultados proporcionados por ese ente y que los medios de comunicación que se anticipen a difundir resultados a boca de urna, serán sancionados como lo establece la Constitución de la República y la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas.

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