Tegucigalpa – Honduras registró 781 homicidios en el primer trimestre de este año, 20,3 % menos que el mismo periodo de 2018 (980), según un informe de la Secretaría de Seguridad difundido este jueves.
La media diaria de asesinatos en Honduras, según las estadísticas divulgadas, durante el período de referencia fue de 8,7 por cada 100.000, lo que supone una reducción de 1,8 puntos en comparación al primer trimestre de 2018 (10,5).
En enero se registraron 274 muertes violentas, cifra que en febrero bajó a 255 y en marzo a 250, según el informe de la Secretaría de Seguridad de Honduras.
El documento destaca que Tegucigalpa, San Pedro Sula y Choloma son las ciudades hondureñas que registran los índices más altos de homicidios, con 93, 92 y 68 asesinatos, respectivamente.
La información oficial no precisa las causas de la reducción de las muertes en el país centroamericano.
El año pasado, según cifras oficiales, se registraron en el país 3.682 homicidios, un 4,7 % menos que en 2017, cuando totalizaron 3.864.
El Gobierno hondureño que preside Juan Orlando Hernández ha puesto en marcha varias medidas para bajar la violencia, que incluyen la creación de nuevas fuerzas de seguridad.
La violencia causada por el crimen organizado y el narcotráfico es uno de los principales problemas de Honduras, uno de los países utilizados para el paso de la droga que llega de Suramérica con destino a Estados Unidos.
Las autoridades hondureñas responsabilizan a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18 de cometer la mayoría de homicidios por la disputa de territorios para el narcotráfico al menudeo y el cobro de extorsiones.
El Triángulo Norte de Centroamérica, que conforman El Salvador, Guatemala y Honduras, lanzó en 2016 la Fuerza Trinacional Antipandillas, la cual opera en las fronteras que comparten los tres países.
Policías, militares, personal de Aduanas, Migración y de Inteligencia, entre otros, que son respaldados con equipo logístico como comunicaciones y transporte terrestre y aéreo de los tres países, integran la fuerza.
Los tres países conforman una de las zonas más violentas del mundo pese a que no se desarrolla una guerra convencional.